El pequeño Evan

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Fue su primer "te amo" departe suya en todo este tiempo. Fue honesto, sincero, esperado… Mi estómago se removió y parecía que estaba lleno de bichillos ♡

Ya de regreso en el Santuario, con emociones encontradas, Saga comienza a desarrollar lentamente una obsesión por mi cuidado. Y por supuesto, fue mi sostén en cuanto a apoyo, como lo prometió.

Saori, hoy estás así y seguramente imaginas que todo lo que vendrá será tremendo. Pero lo que hoy es tremendo, el día de mañana será una anécdota que recordaremos juntos entre risas. Pienso que resististe a situaciones que considero fueron peores, y sé que saldrás victoriosa, como todo lo que te has propuesto hasta ahora.

— Eres tan adorable, Saga. Creí que esta noticia tan repentina te iba a decepcionar...

— Todo lo contrario. Estoy ansioso por la llegada de mi primogénito. ¡Espera a que Kanon se entere!

— ¿Tú crees que ya es hora de revelarlo todo? Si lo consideras así, ve. Yo necesito reposar el resto de la tarde. Te veo por la noche ¿vale?

Conforme pasaban las semanas, admito que mi alegría no duró tanto como esperé. Las molestias del embarazo no tardaron en llegar. Saga sólo se limitó a ayudarme como lo prometió... fue un hombre ejemplar que estuvo detrás mío como un custodio personal, y que su obsesión por mi bienestar lo llevó a madrugar más de una noche. Mi alma se marchitaba al verlo tan cansado, no encontraba las palabras precisas para pedirle que no esté tan pendiente, pues no estoy enferma, sólo estoy gestando un bebé.  Por miedo a herir sus sentimientos, no le he dicho nada ya que él se aisló del mundo por estar solamente a mi lado y no me parecía justo.

Con el transcurrir de los meses, por fin pude empezar a disfrutar mi embarazo. Ya podíamos salir a caminar, a tomar aire fresco... también procedí a ejercitarme suavemente y a comer muy sano, no quería que mi cuerpo sufra también la consecuencia de mis malos hábitos. Llegada ya la semana 30 de gestación, mis inseguridades y baja autoestima me invadieron.

— Saga. ¿Sigues enamorado de mí, verdad?

— ¿Qué cosas dices? ¡Por supuesto que sí! Ver esa grande barriga moverse me hace sentir entusiasmado y feliz.

— Gracias por todo, por la contención y tu esfuerzo al ayudarme. Falta cada vez menos para tener a nuestro bebé en brazos, sólo te pido un poquito más de paciencia.

Cuando disfrutas algo, los días y semanas pasan volando, porque en un abrir y cerrar de ojos, ya estaba lista para dar a luz. Todos estaban expectantes del sexo del bebé, que todavía no había sido revelado. Con el geminiano tomamos la decisión de esperar hasta el nacimiento para saberlo.

¡ES UN NIÑO, ES UN NIÑO! ¡Felicidades padres, un niño sano ha llegado a este mundo!

Exhausta pero llena de felicidad, tomé a nuestro pequeño hijito en brazos. Luego de alimentarlo, se durmió en mi regazo mientras recibíamos ambos algunos consejos de paternidad.

Lo llamamos con el nombre Evan. Su significado: 'guerrero jóven', ya que desciende de la diosa de la guerra y de su padre, el guerrero que luchó junto a ella por la paz en la Tierra.

Luego de siete días de extenso reposo, ya me sentía lista para que conozcan a nuestro hijo. Me senté en el trono con el pequeño Evan, y Saga se encontraba a mi lado. Gradualmente, mis Santos llegaron ansiosos a conocerlo. El primero en llegar antes que todos fue Kanon, por supuesto.

— Señorita Saori. Usted me ha cautivado en múltiples oportunidades. Cuando perdonó mis pecados, comencé a dudar de su capacidad para juzgar a la gente. No le veía sentido a la bondad con la que me trató, claramente merecía un castigo severo y esa reacción inesperada provocó muchas emociones en mi corazón. Luego, me otorgaste la Cloth de Géminis, siendo que yo jamás he sido un Santo oficial, ya que todo lo aprendí imitando a Saga... Sentí en carne propia ese inmenso amor por las personas cuando estuvimos frente a frente en el Santuario, y de ahí en más supe que todo iba a estar bien. Disipaste el odio que sentía por tí y mi hermano. Ahora, ese amor los ha unido a ambos de una forma muy pura, y todavía no puedo creer lo que tengo en brazos... ¿quién iba a pensarlo? ¡Un sobrino!

— Tú también formarás parte de su crianza, Kanon, pues eres un familiar directo. Estoy segura que también le darás mucho amor a esta personita que ahora tienes en tus brazos.

— Muchas gracias señorita. ¡Gracias inmensas!

A lo lejos, se sintió el ruido de la puerta abrirse nuevamente. ¿Quiénes eran? Los Santos de Oro, que se aproximaban a toda marcha a conocer al nuevo integrante. El segundo en tomarlo en brazos fue Aldebarán de Tauro.

— Mire eso Saori, este niño es el clon de Saga, veo sus rasgos por todos lados.

Aphrodite de Piscis rompió el silencio para también dar su opinión, mientras el resto miraban al niño con mucha dedicación.

— Yo no creo que sea así, también veo rasgos de Saori, aunque no tantos como los de Saga, pero sí los veo.

Estaba lejos de entender cómo hacían para detectar tantas cualidades en un recién nacido. Se sentía mucho amor y armonía en el aire. Haber pasado un período oscuro en el Santuario, dónde los Santos se enfrentaban entre sí; esos fantasmas del pasado han sido aplastados y enterrados para siempre.

Me siento conforme por el vuelco importante que ha dado mi vida, desde lo psicólogico hasta lo físico. Lo que importa es hoy, nuestro presente, mi pequeña familia. El futuro que voy construyendo con cada gesto y palabra...

Esta es mi vida, inesperada, hermosa, intensa. Y las cosas por fin empiezan a ser como siempre quise.

— Mi querido Saga: Te he visto en tu peor estado, en el mejor también, te ví dormir y me di cuenta que lo único que necesitabas era que te cuiden bien. ¿Al final qué importa si das demasiado? La satisfacción no te la saca nadie.

~ Historia concluída ~

© Maira Milianovich | ¡Muchas gracias por leer mi relato hasta el final! 💖

Saori Kido - Relato de una diosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora