¿Quien rayos eres? (Terminada)

Visitas

Entonces no fue un sueño... si no más bien un recuerdo.

Me quedo callada a la espera de que la conversación siga, pero no todo queda en silencio, al cabo de unos minutos cuando mi corazón se ha calmado, decido entrar a la cocina y los miro ambos, están en silencio con la mirada perdida, pensando en no sé qué— no adivino los pensamientos aún... Me gustaría ese súper poder.

—Ama, ya estoy lista.

Ama dirige su mirada hacia a mí y luego fija su vista en Benjamín.

—Ben, por favor la cuidas mucho.

—No seas exagerada Ama, estaré bien, ¿Ben nos vamos?

—Lo que usted diga señora.

Camino hacia donde tengo mis autos... Eso suena especialmente bien... Mis autos, escucho los pasos rápidos de Ben, al llegar le pido que utilicemos el Volvo, desaparece unos minutos, y cuando vuelve lo hace con la llave del vehículo, nos acercamos y Ben abre la puerta trasera del vehículo para que me monte, le digo que no con la cabeza, sonríe y me habré la puerta delantera que está al lado del conductor.

—Usted habrá perdido la memoria mi señora, pero sigue con las mismas costumbres.

—¿Enserio?

—Sí, para usted era una ofensa ir en la parte trasera.

Me entra la risa.

—Me cuentas cosas de mí, pero cosas que no te comprometan.

—Bien señora... Usted ama correr, considero que en la misma magnitud que le encanta su trabajo, tenía la facultad de siempre tener tiempo para escuchar y el don de decir las cosas oportunas en los momentos indicados. Usted siempre ha sido muy inteligente y de gran corazón.

Esas palabras suenan como si me admirase... pero no sé si merezco ese sentimiento. Hemos salido de casa, le indico a Ben donde quiero ir y asiente con una sonrisa en la cara, mientras el maneja yo miro por la ventanilla, cada lugar que le dedico mi atención me parece familiar, se siente bien, por un lado, el otro... el otro es incomodidad por no saber porque me son familiares.

Llego a mi punto de destino, es un lugar imponente, no puedo evitar admirarlo, el edificio es de varios niveles, todo lo que logro ver desde aquí es de cristal y más cristal, el color azul hermoso que tiene es el reflejo del cielo, es como si el lugar en si fuera un espejo gigante... tengo ese vago recuerdo de que también lo admire en un día nublado... al parecer el lugar es hermoso como sea. Ben me abre la puerta y me indica cuales puertas debo tomar, me siento bastante nerviosa, no sé si hice lo correcto viniendo a este lugar, aún estoy a tiempo de volver a casa... No seas cobarde Em... Vamos a seguir adelante. Camino a paso decidido entro al edificio y atravieso recepción a paso firme me acerco a la chica que está mirando la computadora con demasiada atención, espero unos segundos y no capto su atención, carraspeo y me mira con poco interés.

—¿Puedo ayudarle en algo?

—Si... Quiero ver a Noah Smith

—Lamento informarle, pero si no tiene una cita con el no podrá recibirle, él es un hombre ocupado. —Está enamorada de él o lo admira demasiado... para mi es la primera opción. —¿Necesita algo más? —me dice con desdén. No me gusta su actitud.

—No creo que necesite una cita para verlo.

—¿Y quién es usted para que el señor la vea sin cita?... Su admiradora ... No mejor aún una ingeniera con un gran proyecto entre manos para que el financie...

—¿Te parece que siendo su esposa es suficiente??... O ¿necesitas que lo llame por el celular?

Esta mujer está más blanca que la leche... que cambio, no dice mucho y su respiración cambia, parece que la asuste. Tal vez esta no se la manera correcta de proceder, pero me siento muy incómoda con la situación, si esta es la manera que ella trata a las personas que vienen aquí, los debe hacer sentir mal con su actitud pedante.

—Lo siento señora Smith, soy Ma..

—No me interesa— No me siento bien tratándola de esa manera, pero no me siento muy benevolente que digamos- Solo avísale a Noah que estoy aquí.

—Si...—Toma el teléfono marca unos botones— Laura por favor avisa a Noah, que su esposa está aquí— Como que Noah, para ella debe ser señor, le dedico una mirad de furia— Disculpa al señor Noah que su esposa está aquí.

—Así está mejor—le digo— ahora indica a donde tengo que ir... o no mejor llévame a la oficina de Noah.

—Si señora.

Se levanta de su escritorio y me guía por varios pasillos, cada vez que llega a un área nueva coloca un código en un cuadro metálico pequeño, cada vez que lo hace, se abren y se cierran puertas.

—Señora este el ascensor, hasta aquí puedo acompañarle este es el de la oficina del señor, arriba le recibirá Laura.

Cuando se abren las puertas del ascensor, entro y la miro fijamente hasta que las puertas se cierran, respiro hondo, cuando tome la decisión de venir aquí, no me esperaba esto. Las puertas del ascensor se abren de nuevo y al salir me encuentro con una chica rubia de hermosos ojos azules con unos enormes lentes, es muy bonita.

—Buenos días señora Emma, un placer volver a verla, lamento de su accidente- Dice todo muy rápido, parece buena chica— Noah la espera— Al parecer todos aquí le llaman únicamente por su nombre, pero que Laura lo diga no me molesta en lo absoluto... en cambio...

—Gracias Laura.... ¿Es tu nombre?

—Si señora.

Le sonrío levemente y ella me señala la puerta que debo traspasar, le hago caso y me dirijo a la oficina del guapo, la puerta esta entreabierta y lo veo caminar en la oficina de un lado a otro, pasando sus manos constantemente por sus cabellos, está nervioso. Estoy seguro que sabe lo que esta visita conlleva. Decido entrar y al hacerlo Noah detiene su caminar y fija su mirada en mí, miro con atención su cara, lo conozco demasiado para saber que no sabe cómo proceder... un momento ¿Cómo se...? al parecer mi memoria me está haciendo pequeños regalos.

—¿Em?

Entonces recuerdo que cuando yo estaba muy molesta con él le decía "querido", no estoy molesta, pero decido no hacerle saber que es así, se me acaba de ocurrir algo para conseguir información.

—Noah, Querido, vengo a invitarte a comer.

Ja, hoy parece el día de cambios de colores de piel drásticamente... Este hombre está más blanco que un papel.

¡El Guapo Noah!