La boda

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Después del abrazo de felicidad por mi bebe, el chicle me llevo a realizarme una ecografía, todo está bien según la doctora que me atendió. Me despido de mi cuñado hemosho, salgo del hospital me monto en el volvo mientas suspiro de felicidad, coloco en el Gps, donde quiero ir y conduzco hasta allí.

Recuerdo que estuve aquí con mama un millón de veces, recuerdo su sonrisa, mientras me veía jugar con la arena o cuando corría para que no me tocaran las olas. Esta playa es de los recuerdos más bonitos que me dio mi mama... ahora ella no está, me gustaría contarle lo feliz que estoy, pero lo único que puedo pedir, es ser tan maravillosa como madre, así como lo fue ella.

Tomo mi teléfono y llamo a mi guapo y dramático esposo.

- Hola cariño

- Hola guapo, ¿Estas ocupado?

- Para ti, nunca.

- Necesito tu ayuda.

- ¿Qué pasa?

- Es que vine a la playa, pero el auto no quiere encender, ¿puedes venir por favor?

- Me siento halagado.

- ¿Cómo?

- Es que antes si le pasaba algo a tu carro, lo arreglabas tu sin que yo me diera cuenta, si no podías llamabas a Adams, Saymon o Ben. Me daba cuenta cuando Saymon me decía que debía llevar tu carro al taller.

- Si quieres, llamo a alguno de ellos.

- Noo, ya yo voy, mándame el location.

- Vale.

Cuelgo la llamada, le mando el location por WhatsApp y espero pacientemente, mientras siento que la brisa me despeina y ese olor a salitre, me lleva a recuerdos antiguos muy felices. Pero ninguno de esos recuerdos me hace tan feliz, tan feliz como lo estoy ahora. Me siento en la arena y me dedico admirar ese mar tan azul, con la vista fija con esa parte que la percepción hace creer que se une con el cielo. No sé cuánto tiempo llevo asi, hasta que Noah me habla.

- No sé por qué, pero tengo la idea de que a tu carro no le pasa nada.

- ¿Porque piensas eso?

- Antes de tu accidente me traías aquí engañado de vez en cuando, solo para admirar el paisaje... me encanta que retomemos algunas costumbres.

- Pues bien, caballero siéntese y acompañe a esta dama admirar el mar.

Se sienta a mi lado, en silencio, y se mantiene asi hasta que decido mirarlo, me sorprendo cuando me doy cuenta que me está mirando a mí, con una mirada que no sé cómo descifrar.

- Noah...

- Em.... – nos reímos- habla tu primero.

- Bien... deberíamos casarnos.

- ¿Casarnos?

- Siiiii, C-A-S-A-R-N-O-S - deletreo cada palabra como si el no entendiera de lo que hablo.

- Ya estamos casados.

- Claro que no.

- ¿Cómo qué no?

- No lo recuerdo, asi que no cuenta, la canción dice y si no me acuerdo no paso.

- Deberías mirar las fotos de nuestra boda.

- Montaje, puro montaje, puro, puro montaje- le canto a ritmo de la canción de Shakira.

- No creo que sea necesario cariño.

- Pues me rehúso.

- ¿A qué?

- A tener sexo fuera del matrimonio.

- Ya estamos casados, eso es una estupidez y eso debiste decidirlo hace un mes.

Uso al máximo mis dotes de actuación, no sé de donde, pero saco lágrimas, pestañeo lentamente y las siento correr por mi cara.

- Cariño no llores, por favor no llores no me gusta que lo hagas, si te hace feliz, nos volvemos a casar- le sonrío- asi estamos mejor.

- Qué bueno que cambiaste de opinión, porque también me rehúso a que nuestro hijo nazca fuera del matrimonio.

- Ay por Dios Em, no seas dramática... espera, lo dijiste en presente.

- Si

- No en pasado

- No

- Y no en futuro.

- No

- O sea... ¿Qué estás embarazada?

- Si

Me besa, como amo cuando este hombre me besa, su mano se enreda en mi pelo, el beso se hace más profundo, hasta que una voz de señora amargada nos saca de la excitación.

- Váyanse a un hotel, esta es una playa pública.

- Cállese vieja envidiosa.

Nos levantamos y caminamos hasta el parqueo.

- Noah, debemos de manejar los malos comentarios delante de él bebe no es un buen ejemplo. Te imaginas que sus primeras palabras, sean vieja envidiosa...

Me regala una hermosa sonrisa...

Ya encontré algo más bonito que el cielo.

¿Quien rayos  eres? (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora