¿Quien rayos eres? (Terminada)

El regalo de cumpleaños

Después de eso no había podido dormir. Y como tenía la cabeza como en el aire.

Noah había tenido que salir de la ciudad por cuestiones de trabajo, prometió que estaría en casa pronto, junto con mi regalo de cumpleaños. Esta vez decidí que le contaría todo Noah y que juntos iríamos a la policía. Me había pasado el día respondiendo mensajes de felicitaciones por redes sociales por mi cumpleaños hasta que Benjamín me interrumpió.

- Señora ¿me acompaña al garaje por favor?

- ¿para...?

- Solo venga por favor.

Me levanto del lugar donde estaba sentada y lo sigo hasta el garaje. Llego hasta allá y me quedo mirando a Ben, no entiendo porque estoy aquí, hasta que me señala hacia una dirección y lo veo... mi carro en ese con el cual tuve el accidente.

- Ben, ¿Cómo...?

- El señor Noah lo mando a arreglar para ti- me dice Saymon- le dije que te comprara uno nuevo, pero él dijo que este tenía valor sentimental- claro es el primer auto que compre con el esfuerzo de mi trabajo.

- Se ve hermoso...- Ben y Saymon me ayudan a revisarlo por todos lados, está perfecto, es más parece que nunca nada le ha pasado, incluso reviso su número de chasis, para comprobar que es el mismo- si me disculpan debo ir a dar las gracias por mi regalo.

- No se moleste con él, señora, dijo que, si no había llegado a casa, cuando llegase el auto, se lo enseñáramos a usted, asi ya estaría perdonado por la tardanza, cuando él pueda llegar.

Sonrió y me retiro... mi esposo vale su peso en oro y no me refiero a todo el dinero que tiene en el banco. Comienzo a llamar al guapo, al celular, pero me sale el buzón, es raro, su celular siempre suena, aunque no pueda contestarlo. Paso media hora intentando, hasta que decido llamar a Laura, para que me ayude a localizarlo. Pasan solo diez minutos y ella me avisa que ni siquiera había llegado a la reunión de la mañana, eso me deja un mal sabor de boca. Llamo a Adams y le informo lo que ocurre.

Pasan horas, nadie sabe nada de Noah, me estoy angustiando, hasta que recibo una llamada que no esperaba, pero me puede indicar que está pasando.

- ¿DunDun?

- Feliz cumpleaños Emma.

- Gracias...- me quedo en silencio, no sé qué decirle ahora.

- Y felicidades por tu embarazo.

- ¿Cómo lo sabes?

- Trabajamos en el mismo hospital, todos hablan de eso.

- Gracias- esa es la razón por la que Noah no esté aquí conmigo ahora, debo salvarlo, aunque en eso se me vaya la vida- Duncan, mi marido me dejo sola en mi cumpleaños, ¿me invitas a cenar?

- Claro, aunque no puedo invitarte a los lugares a los que estas acostumbrada.

- ¿Recuerdas aquel lugar que íbamos a comer cuando éramos novios?

- Claro, seria estupendo llevarte ahí.

- Perfecto, nos vemos en una hora ahí, ¿Te parece bien?

- Excelente.

Me arreglo lo más rápido que puedo, un vestido corto azul marino, zapatillas y bolso de noche color negro, al igual que los accesorios. Me dejo el pelo suelto y me lo acomodo de un lado. Mi maquillaje es sutil pero llamativo. Bajo a mi despacho, luchando para que Adams no me vea, entro abro mi caja fuerte y busco una pistola, la se usar y tengo hasta un permiso, ni Noah, ni Adams saben que la tengo... bueno hasta ahora.