Noticia inesperada

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Hace más de dos semanas que Ale se fue, sé que está bien, porque Además contrato a un detective y me aseguro que hasta ahora está bien, por bien de ella, ni siquiera hablamos del lugar en donde ella está, estoy sentada con Duncan en una cafetería hablamos de todo un poco, mientras compartimos un café. Mientras me sonríe pienso, quien te ve, te compra... pensarías que eres el hombre más dulce de la existencia, pero no, eres malo, si te murieras lucifer no te querría en el infierno... porque serias su competencia. Son las cosas que me gustaría decirte, pero aún no sé qué voy a hacer contigo.

- Emma ¿sabes dónde está Ale? - estoy segura que él está escuchando mi corazón latir tan fuerte.

- ¿Por qué debería saberlo?

- Es que tengo varios días sin saber de ella.

- ¿dame una razón?

- ¿De...?

- ¿Por qué motivo, razón o circunstancia, hablaría con la mujer que intento bajarme el marido millonario que Dios me dio?

- ¿Es asi como lo ves? - Dios sabe que no, pero debo buscar la manera de congraciarme con el Dundun- yo pensando que lo amas.

- Sabes, ni recuerdo que lo amo y hasta ahora no encuentro una razón de porque debería.

Se ríe, estoy anotando puntos, mientras le hable mal de Noah, el será feliz. Hablamos alrededor de una hora, hasta que le digo que me debo ir, no le digo, pero le llevare comida al hospital al chicle. Le comprare la mejor comida gourmet que él podría comer...

Comida rápida.

Paso por un Burger, me entregan la comida en fundas de papel, no las abro, por el miedo a que me la coma toda y el guapo pase hambre... aunque pensándolo bien no está mal esa idea. Manejo con calma y cuidado hasta que llego al hospital, busco donde aparcar, me bajo del vehículo y camino hacia la entrada del hospital, al cruzar por la puerta eléctrica, comienzan a saludarme, yo encantada devuelvo los saludos, voy muy caminando feliz de la vida, hasta que me detengo en una puerta pintada con animalitos de la selva, al lado de la misma esta una placa con mi nombre... llegue a mi consultorio sin ni siquiera pensarlo... Nunca había venido aquí, o más bien no había venido después del accidente, llegue como en automático, como si nunca hubiese olvidado el camino. Llamo a Adams para que sepa dónde estoy, lo espero con paciencia.

- Hola Em.

- Hola mi cuñadito hemosho...

- Odio cuando hablas asi Em.

- Y yo odio cuando no te ríes de mis chistes y míranos aquí, una vez más.

- Eres una idiota.

- ¿Necesitas que te repita todo lo que eres?

- No, no gracias.

- Eso creí.

- ¿Qué hacemos aquí, Em?

- No lo sé, solo llegue, ahora vamos a la cafetería, que esta belleza tropical que está aquí, se muere de algo... o sea de hambre- empezamos a caminar, él me va indicando el camino.

- Después dices que el dramático es mi hermano, pero le estas siguiendo los pasos.

Lo miro mal, Dios me libre de ese mal.

- Con un dramático en la familia es suficiente...- Llegamos a la cafetería, es un lugar con mucha luz bastante, amplio, escogemos una mesa al lado de la ventana y en mi mente me visualizo comiendo con Adams y Noah aquí, cientos de veces, sonrío, el chicle me devuelve la sonrisa mientras saca la comida de las fundas, al mirar la comida no me está gustando como se ve y peor aun como huele, siento mi estómago revuelto, y algo que me sube por la garganta. Camino o más bien corro al zafacón más cercano y saco todo lo que tenía en el estómago... oh rayos ahí va mi café... te extrañare cafecito- esa comida esta echada a perder.

- ¿Estás bien, Em...? - Él se dedica a oler la comida- no Em, esa comida huele igual de fabulosa que siempre.

- Esa no me la voy a comer, podemos pedir un café aquí por favor, siento el estómago hecho una mierda.

- Vamos.

Me compra el café y me lo pasa, me pide que vayamos a su consultorio, caminamos en silencio, me tomo el café a sorbos mientras llegamos, él me dice que lo espere y sale por unos instantes, cuando vuelve me entrega una caja... no entiendo el porqué, ni para qué es.

- ¿Esto qué es?

- Una prueba de embarazo – no ira a pensar este hijo de la fregada, que yo... yo... yo...- Em, ¿has estado teniendo relaciones sexuales con mi hermano?

- Malo, sería que fuera con otro.

- ¿Han usado protección?

- No hemos usado gorrito.

- ¿Gorrito?

- Los condones, Adams, los putos condones.

- ¿Cuándo fue tu último periodo?

- No lo sé.

- ¿Estas tomando tus pastillas anticonceptivas?

- ¿Qué?... se te olvida que no tengo memoria.

- Pensé que recordarías tomarte la pastilla, porque recuerdas como se hace un niño.

- Ese es un golpe bajo, Doctor Adams.

- Pero es una realidad, mi doctora Emma.

Me señala una puerta, camino hacia a ella, abro, entro y cierro... es un baño pequeño. Leo las instrucciones y hago lo que dice la caja. Dice que debo esperar dos minutos... eso es demasiado tiempo, dejo la prueba en el lavamanos y me dedico a mirar al techo, al cabo de un rato el chicle toca la puerta.

- ¿Qué?

- Era solo para saber si estabas viva, no vaya a ser que te ahogues con el agua del inodoro- pinche chicle, este no es momento para tus bromas.

- Ya cállate. - miro la prueba... dos rayitas... miro la caja... una raya, negativo, dos positivo. Miro alternadamente la caja y la prueba, mientras mi corazón late tan fuerte, que estoy segura que se escucha en todo el hospital. Estoy embarazada... otra vez. Estoy tan feliz que mi corazón va a estallar de alegría, me dirijo a la puerta y la abro y ahí está el chicle sentado en su escritorio. - vas a ser tío padrino, estoy embarazada.

- Ahora, justo ahora no sé qué responder.

Nos reímos juntos, él se para camina hacia a mí y me abraza. Tengo tantas cosas que decir, pero no sé cómo decirlas, justo en este momento decido, que debo acabar con todo lo que representa un peligro para mi familia.

Ese peligro al que cariñosamente llamo Dundun.

¿Quien rayos  eres? (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora