¿Quien rayos eres? (Terminada)

B.F.F.

Si se preguntan cómo pase esa noche... Les informo que no dormí.... Y si dormimos en la misma cama, ya ha pasado una semana de eso y aún seguimos durmiendo en la misma habitación.... Más bien duerme el... Yo no soy capaz ni de respirar en esos momentos...

MI vida (aparte de eso), ha seguido tan aburrida como el primer día, los sirvientes casi ni me hablan, huyen cuando me ven siempre... Y ya me di por vencida, me pregunto si antes del accidente como era mi trato con ellos, para que ahora ellos se comporten conmigo de esta manera.

Ya camino mucho mejor con las muletas, me considero una muletera experta, ya no hay necesidad de que nadie me ayude, hago todo por sí misma... En mis tiempos libres me he dedicado a leer... Si sé que dije que no me gustaba leer.... Pero es que me aburrí tanto en esta inmensa casa que algo tenía que hacer para no morir de aburrimiento crónico extremo... Moraleja: * he encontrado libros que me gustan* ahhhhhhh verdad eso no es una moraleja.

Ama cuida de mi perfectamente, el guapo casi no me habla, solo me ladra... Perdón me habla para cosas necesarias, como por ejemplo el hecho de avisarme que el sexy doctor.... ¡Sorry! Mi cuñado, vendrá a visitarme.

Deseo ir de compras y aunque me dicen que tengo dinero no sé dónde o como buscarlo, se preguntaran que quiero comprar... Gasolina y un encendedor, debo quemar una habitación... Nahhhhh ya quisiera... Lo que en realidad quiero hacer es cambiar de ropa, vestir tanto en rosa me está afectando mi salud mental, empiezo a acostumbrarme y por tanto lo estoy aceptando.... Y me rehúso por todos los medios a eso, no puedo pasar jamás.... ¡Me niego!

Estoy sentada en una de las salas cuando empiezo a escuchar a Ama dialogar, más bien discutir con una mujer, pero por más que lo intento no logro reconocer de quien se trata... Eso pasa cuando borras diez años de información.

— Solo váyase y ya!

— Quiero ver como ella esta —seguro estará hablando de mí, digo de quien más va a ser, si yo soy la única coja de la casa —Solo déjame en paz.

—Al niño Noah no le va agradar que usted este aquí, ¡así que váyase, ahora!

—Ama, no eres nadie para decirme que hacer.

Esto se está poniendo interesante, me levanto lo más rápido que puedo y camino hacia donde esta Ama, necesito saber con quién discute ella. Al abrir la puerta, Ama esta de espaldas a mí, parada en frente de la mujer, como si la nana fuera una muralla impenetrable (ya quisiera la nana tener esa fuerza), levanto la vista... Esta mujer la conozco... Se parece a Alexandra.

—Ale... ¿Eres tú? — le pregunto, veo que se pone nerviosa.

—Creí que no recordabas nada.

—Muchas cosas no recuerdo, pero como olvidaría a mi mejor amiga—rodeo a Ama y voy a abrazar a Ale— al fin alguien familiar en medio de esta locura.

—Niña Emma, no creo que el señor Noah, le agrade que la señora este aquí.

—¿Porque Ama?, es mi amiga.

—Pero...

—Ama ¿no dicen que esta es mi casa?

—Si mi niña.

—Pues quiero recibir a mi amiga.

— Me retiro.

Dice esto y se va apurada, jamás la había visto de esa manera.

—Emma debes estar incomoda, vamos a sentarnos —caminamos hasta la sala donde yo estaba anteriormente pensando en quemar la habitación... No.... donde descansaba tranquilamente como la angelita que soy —Cuéntame todo— y eso hago, le cuento todo, desde que desperté en el hospital, lo que ha pasado, como me siento, como se comportan los demás conmigo... Todo, hasta la idea de quemar la habitación —vaya, tu vida esta complicada.

—Si... Lo sé, no sé qué hacer para saber.

—Si quieres yo te cuento.

¡Al fin ¡un alma samaritana.

—Por favor Ale.

—Pues veras...

La puerta se abre de repente y entra el guapo Noah—enserio es un sueño de hombre — y el sexy doctor... Digo mi cuñado a la sala.

—Hola Emma —me saluda el doctor.

—Ale, podemos hablar —dice Noah y me entra la curiosidad —ahora.

—Estaba hablando con Emma....

—No te preocupes —dice el doctor —yo debo hablar con ella.

—Adiós Emma —dice Ale mientras me abraza —cuídate.

—Claro.... Por favor vuelve pronto a visitarme Ale.

—Eso no pasará —dice el en un susurro, pero logro entenderlo perfectamente, ahora si mi curiosidad es más grande que yo, Ale sale de la habitación y Noah la sigue, ambos salen de mi campo de visión.

—Ahora hablaremos tu y yo Emma...

No doc., ¡esta no es la conversación en la que quiero estar, de la suya me pienso escapar!