Capítulo 17.

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Esanoche me quedé allí a dormir bajo su petición. Deshicimos la camapara meternos dentro todo en silencio, las palabras eran algo que noera estrictamente necesario. Me tumbé boca arriba y ella se abrazóa mí, acariciaba con un dedo la cicatriz que  me hizo en elpecho con el sable de luz.

-Noeres tan monstruo como pensé al principio – Dijo en un tono bajo –Tienes un fondo muy noble, aunque te lo ocultes tú mismo.

-¿Túcrees? – Mis manos jugueteaban con su pelo suelto.

-Sí,tendrías que haberte oído hablar cuando has comentado que los cargosde la Primera Orden tenían sus "asistentas".

-Elproblema no es ternerlas, yo tenía una, el problema es como lastratan.

-¿Tútenías una? – Su voz sonó sorprendida.

-Dos,de hecho, Snoke me hizo matar a la primera, una twi'lek – ellaintentó alzar una ceja. – Maté a mi padre... ¿te extraña que memandase matar a una esclava? – Su gesto cambió y se relajódándose cuenta del poco sentido que tenía extrañarse – Luego mequedé, literal, con la de otro General. Era o me llevaba yo a lachica togruta o lo mataba a él, y para no ganarme el reproche deSnoke decidí lo primero. Miara era guapita, bueno, es, espero, tieneuna mancha en la cara que no es simétrica y decía que de pequeñase reían de ella. Habla mucho pero siempre está pendiente de todo,tiene mucho genio, pero sabe cuando sacarlo y cuando no. La otra eramás servicial pero cuando estás solo en un lugar que no considerastu hogar hay cosas más importantes que eso... – Estaba hablador,era raro.

-Cuandodices servicial te refieres a...eso

-Sí,Rey, me refiero al sexo – una risa leve se me escapó, Rey era taninocente en algunos aspectos que me resultaba adorable.

-Dimeque antes de eso hubo alguna más... menos colorida.

-Antesde eso era Jedi, Rey, y seguía el Código tradicional, fíjate quetradicional que aprendí a escribir en papel.

-Entonces...

-Siquieres saber si eres la primera humana con la que me acuesto larespuesta es sí. – No dijo nada más, se acurrucó y trató deevitar que le viera la cara. – Creo que el trauma de hoy ha sido yasuficiente, vamos a dormir, que estoy hablando demasiado y no megusta.

-Esoquiere decir que estas a gusto, ¿no? Buenas noches – Se acurrucómás entre mis brazos y no tardó mucho en quedarse dormida. Yo dormípoco, pero no porque estuviese incómodo o porque, como días atrás,mis miedos y preocupaciones viniesen a mi mente en sueños, sino paradisfrutar de esa sensación de paz que me inundaba cuando estaba conella.


Aldía siguiente la alarma del droide despertador que había en esahabitación sono y me hizo abrir los ojos después de frotármeloscon la mano libre. Apagué la alarma y miré a Rey que gruñíatratando de resistirse a levantarse.

-5minutos más... – La oí murmurar.

-Venga,arriba, niña, que es hora de levantarse y tengo que ir al baño, ysi no te levantas no me puedo levantar yo – giró dándose lavuelta y liberándome, volviendo a acurrucarse así. – Que vagaeres... – Dije con una sonrisa mientras buscaba mi ropa esparcidaalrededor de la cama y ponérmela. – Voy a ducharme, nos vemos enel comedor – Con otro gruñido por su parte le dejé un beso en lamejilla y salí de allí para ir a por ropa limpia y ducharme antesde ir a desayunar. Me metí en la ducha y dejé que el agua calienteacariciara mi piel y el vapor despejara mi mente. Al salir de la zonade ducha me encontré con Poe secando su pelo con una toalla.

-Buenosdías – Me saludó.

-Buenosdías.

Caminos entrelazados (Reylo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora