-Seacerca una nave, señor – Informaron desde el radar. – Espequeña, un carguero normal.
-Supongoque entrarán y saldrán cargueros continuamente de aquí pero abreradio, no nos podemos fíar ni de nosotros mismos. – Ordené. Mesentía bien dando órdenes
-Porsupuesto señor. – El técnico encendió el intercomunicador yconectó ambas naves.
-Aquíla Resistencia. ¿Identificación?
-Nu-mie,de Naboo. Codigo 0573B, suministros.
-¿Habéispedido suministros? – El Capitán, que se encontraba a mi ladoasintió. – ¿Qué suministros?
-Alimentación,sobre todo – Kolps volvió a asentir – Adelante. Espero que no meesté engañando, Capitán.
-Porsupuesto que no, señor. Nadie más que yo quiere que no vuelva ahaber un imperio. Mi familia formó parte de los campos de trabajodel imperio.
-¿Ypor eso te metiste en la Primera Orden? Muy lógico.
-Meobligaron. Mucho estamos así.
-Bueno,haré que te creo... Rey, bajas tú al planeta para supervisar o bajoyo.
-Voyyo, no te preocupes. Yo te informo de lo que vea.
-Vale,te acompaño a la lanzadera – Fui a su lado hasta el hangar. – Nome fío de ese carguero, noto algo extraño, pero a la vez no notoque Kolps mienta. Ordena registrar la nave y dime si hay rastros deque hubiese ido más personas que los comerciantes. Y siefectivamente es alimentación lo que traen. – Asintió me dejó unbeso rápido tras mirar que nadie nos viese y se fue.
-Tehas podido ir tú también – Oí a Amilyn y negué.
-No,yo todavía tengo qué hacer aquí. ¿Te hacen caso?
-Máso menos. ¿Qué tal la charla con el Capitán? – Me preguntómientras volvíamos a donde estaba anteriormente.
-Bien,muy manipulable. Me ha estado diciendo que muchos de los soldados sequedaron por propia voluntad así que eso facilita y aumenta lapredisposición a nuestras órdenes.
[Rey]
Trasdespedirme de Ben fui con un soldado de la Resistencia y uno de losque estaban en la nave al mismo lugar donde había aterizado elcarguero.
-Traemosorden de Registro. – Los dos pilotos del carguero, un humano y unrodiano llevaron sus manos a la cabeza algo asustados.
-Solollevamos alimentos – El humano parecía nervioso, algo escondía.
-KyloRen ha ordenado que se proceda al registro, no yo. – Con unmovimiento de cabeza los dos soldados entraron en la nave. Todavíano me acostumbraba a dar órdenes. "Tengo un mal presentimiento".Pensé.
-Todoel orden – Informaron los soldados.
-Perfecto,podéis seguir. Me quedaré por aquí, necesito contactar con eldestructor. – Entré en la lanzadera de nuevo y me puse encomunicación con Ben. – Aparentemente todo bien, Ben, pero noconfío del todo.
-Yotampoco. Quédate allí y cualquier asunto extraño me informas.
-Esoharé. Cuidate, y que no se te suba el poder a la cabeza, eh – Reídándole aquel consejo. Tenía miedo que estando allí, con la gentetratándole como Kylo Ren volviera a ser Kylo Ren.
-No lo haré, ya está aquí Amilyn sustituyendo a mi madre, o peor, queAmilyn me da collejas. – No pude evitar reir con ese comentario. Lavicealmirante era una mujer rara, pero muy buena persona,había apoyado a Leia desde que eran pequeñas y fue su principalapoyo cuando Alderaan desapareció. Leia confiaba plenamente en ella,y hacía que los demás, aunque no quisiésemos, también lohicíeramos.
-Meparece bien, le doy mi permiso. – Noté una sonrisa salir de suslabios. – Voy a dar una vuelta por la planta.
-Hasta luego.
Cortamosla comunicación y pedí hablar con el director, que me estuvoenseñando la planta, como funcionaba así como lo problemas derepresión que habían sufrido con la Primera Orden, estabanilusionados con que fuera la Resistencia quien tuviese el control deese lugar, aunque también sabían que podría durar poco. Elintercomunicador sonó, active la imagen holográfica y lo sujeté enla palma de mi mano. Era la imagen de Leia, un mensaje que enrealidad iba para Ben y él me había reenviado.
"Informacionesnos han avisado que la Primera Orden ha secustrado hace escasas horasun carguero que iba a Ciudad Nube con suministros para infiltrarse enel planeta. No dejéis entrar a ningún carguero".
Tarde.
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Caminos entrelazados (Reylo)
Hayran KurguA veces una acción puede cambiar tu destino, tu percepción del mundo, y, en general, tu vida.