Capítulo 18. Problemas

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-Ben,¿dónde estabas? He ido esta mañana a buscarte y me han dicho queno has dormido en tu habitación – La voz de mi madre me asaltópor el pasillo. Sonaba enfadada y preocupada. Sobre todo enfadada.

-Bueno...se me hizo tarde hablando con Rey y como está sola me quedé allí –No era mentira del todo lo que le dije, me quedé con ella yestuvimos hablando, entre otras cosas, pero hablamos. De todas formashabía algo en la mirada de mi madre que no me creía.

-Harécomo que me lo creo. Tienes que venir a la reunión de hoy. LaPrimera Orden ya sabe que estás con nosotros. ¿Qué narices hicisteayer para que se dieran cuenta?

-Quizáporque sabíamos lo de los cañones inferiores – Mentí. Fui yoquien se hizo notar a posta a Hux.

-Puesla has liado. En una hora en el puente de mandos. Te quiero elprimero allí. Voy a buscar a Dameron.

-Allíestaré. Voy a desayunar – Asintió y se giró para irse. Lleguéal comedor. Allí estaban Finn, ya me había acostumbrado a llamarloasí y su novia o lo que fuesen, tampoco me importaba mucho, ni meimporta ahora. – Buenos días – Murmuraron algo en respuesta.Finn aún no se fiaba de mí, pese a todo lo que yo había hecho ya por la Resistencia, y a Rose, simplemente no le caía bien. Rey llegóa nuestro lado corriendo.

-¡Hola!– Saludó casi en un grito.

-Queenergía tan temprano – Dijo Rose con una pequeña risa.

-Digamosque he dormido especialmente bien. ¿Entramos ya? Poe vendrádespués.

-Puesa Poe lo está buscando mi madre... Hay problemas.

-¿Ycuándo no? – El tono utilizado por Finn fue seco y desganado, comocasi siempre que me hablaba. Descruzó los brazos y fuimos a por lacomida. Me senté al lado de Rey tras llegar a la mesa donde solíamossentarnos y apoyó su mano en mi muslo ya que ambas mías seenontraban sobre la mesa.

-Heoído que los heridos que consiguieron salvarse ayer entán fuera depeligro – Comentó Rose para comenzar una conversación.

-Ayerfue una gran victoria para nosotros – Añadió Finn.

-Yono diría lo mismo... – Quise decirlo para mí, pero el volumenutilizado fue demasiado elevado para pretender conseguirlo, haciendoque todos oyesen mis palabras.

-¿Porqué? Se retiraron.

-Perosaben que estoy con vosotros. Se acabó vuestra ventaja, solo tienenque cambiar estrategias para volver a adelantarse – Me habíapropuesto ser imparcial con ellos dos y decidí comentar ese detallepese a las malas palabras que sabía que iba a recibir, ahora todo seiba a volver mi culpa a sus ojos.

-¿Cómono ibas a tener que ver tú con los problemas? Siempre estás en elmedio cuando aquí hay problemas.

-Puessi no hubiese sido por mí estaríais todos convertidos en polvoestelar masacrados por la Supremacy. Si no hubiese sido gracias a mídos destructores no formarían parte de la flota de la Resistencia nicontrolaría las minas que financiaban la Primera Orden. Así que quehayan descubierto que estoy con vosotros solo quita que ya no sirvemi informacion – Al oirme decir esa frase me di cuenta que sonabamás fea que en mi cabeza. Ya no me necesitaban y todavía habíaalgunos a los que no les entraba por el ojo y querían mi cabeza.

-Ben,ya. No le hagas caso. No es tu culpa, sabíamos que se acabaríanenterando. Y Finn, deja de ser así con él. Todos merecemos unaoportunidad, también la tuvimos contigo.

-Losé, pero todavía no termino de creer que Kylo quiera esaoportunidad – Él miraba a Rey, como si quisiera obviar que yoestaba allí.

-Finn,Ben ha demostrado que quiere y que es digno de esa confianza – Lavicealmirante Holdo apareció detrás de mí, su voz cantarina perofirme la delataba – El rencor solo da problemas. Hay que saberperdonar cuando hay sinceridad. Y otra cosa no, pero a este hombresinceridad le sobra a veces, deberías aprender a callarte de vez encuando – Eso último lo dijo apoyando su mano en mi hombro ybajando la voz. – ¿Habéis visto a Leia?

-Estababuscando a Poe cuando la vi antes – Informé.

-Llevadesde temprano buscando a todo el mundo. Debe estar ya arriba.Queremos hablar contigo, no tardes.

-Yame lo ha dicho, termino esto y subo, no tardo. Hasta luego – Amilyntomó en sus manos una manzana y salió con su característico andarque recordaba de siempre. Era una mujer muy rara pero genial.

-Supongoque querrán que les ayudes con las estrategias nuevas. Si hanllamado a Poe también... – Comenta Rey mientras unta su pantostado con un poco de crema.

-Seguramente– Terminé de desayunar – Me voy ya, no quiero enfadar a mimadre, suficiente enfadada está ya y llevo mucho sin tener que ir alavar. Le voy a llevar algo de comer, que conociéndola no habráprobado bocado.

-Queno te extrañe. Cuando salgas me avisas, estaré echando una mano conlas naves-

-¿Porqué no me extraña? – Reí y la besé, allí, delante de laasombrada mirada de los amigos de Rey. – Luego nos vemos – Melevanté y me fui tras recoger algo de comida – ¿Llego bien? –Pregunté una vez llegué al puente de mandos donde estaban Leia yAmilyn viendo una grabación holográfica en la que reconocí la vozde Hux. Aunque las dos mujeres me tapaban la grabación el sonidoestaba claro.

-...Por mucho que lo intentéis, por mucha esperanza que tengáis en quelo vais a conseguir la Primera Orden, yo, soy el presente y el futurode la Galaxia. La República ha quedado en el pasado, y vosotros conella.

-¿Leia?– Cuando se dieron cuenta de que estaba allí cortaron la grabacióny se giraron.

-Quépronto llegas.

-Medijiste que me querías el primero. El primero he venido... Además,quiero hablar contigo a solas. – Amilyn asientió y se dirigió ala puerta – No, tú te puedes quedar, eres de la familia. Además,mejor que lo sepa más gente.

-Meestás preocupando, Ben.

-Máslo estoy yo. He tenido una visión – Pensé no decirle que llevababastante tiempo con esa visión. No quería que creyera que estabaahí por ese motivo. – En ella parece que mueres y yo estoy en elmedio.

-¿Cómoque estás en el medio? No te entiendo.

-Yoera quien te mataba... Sin querer... Bueno, Hux provocaba que lohiciera. – Las dos mujeres, una a casa lado, me miraban ensilencio. La mirada de Leia mostraba la preocupación que sentía,Amilyn apoyó su mano en mi hombro tratando de mostrarme confianza. –No quiero hacerte daño, con Han tengo suficiente.

-Losé. Te prometo que no me va a pasar nada, ¿vale?

-Nodepende de ti.

-Ben,si tu madre dice que lo promete ya se las apañará para que dependade ella – Comentó Amilyn con una sonrisa quitándole tensión alasunto – Saldrá bien, ya verás. Ahora mejor que dejemos de pasaren lo que puede pasar y pensemos en lo que va a pasar.

Caminos entrelazados (Reylo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora