Capítulo 33. Visita a la mina

158 9 0
                                    

[Miara]

Desde demasiados años atrás mi raza había sido esclavizada tanto para trabajos físicos como, sobre todo, el ámbito sexual. Mi familia casi entera lo había sufrido, yo incluída. Pero todo había acabado para nosotros. Los togrutas tomaríamos importancia gracias a mi nuevo trabajo, algo por lo que yo estaba muy contenta y me constaba que mi familia muy orgullosa, aunque lo negaran.

-Listos para salir del hiperespacio, la lanzadera está preparada y el director de la mina esperando – Asentí y alisé la chaqueta de mi nuevo uniforme, el cual mezclaba el estilo militar con la categoríade mi puesto: unos pantalones negros, con una chaqueta blanca ajustada abrochada con corchetes en el centro con el logotipo del Nuevo Gobierno bordado en naranja, con cuello alto, y una capa que me la pondría al salir de la nave, tenía que acostumbrarme a esas prendas aún, y a los colores de los uniformes. Me dirigí hacia la entrada de la lanzadera, donde me estaban esperando con mi capa. La coloqué y monté en la pequeña nave que me llevaría a la superficie de Onoam.

-Bienvenida a Onoam – Saludó el director de la mina donde mi hermano estaba sirviendo al verme llegar junto a él. Había podido hablar con Leia antes de venir, aunque fue solo por holograma, y me dio algunosconsejos para hacer lo que venía a hacer. El primero, y másimportante, mostrar seguridad. Me dijo que si mi postura era rectapero no rígida y mostraba decisión en mi rostro la gente me tomaríaen serio y, aunque no tuviera ni idea de lo que hay que hacer,parecería que sí. La segunda es el tono de voz, claro y preciso,diciendo las palabras adecuadas, algo que me resultaba difícil perohabía estado practicando durante el viaje.

-Esperoque sea buena la venida, desde luego. – Uní mis manos detrás dela espalda, algo que permitió mantener la espalda recta. – ElLíder Supremo me manda como representación suya para hablar conusted sobre los... trabajadores de la mina – La pequeña pausasirvió para dar énfasis que no hacía referencia a los pocostrabajadores voluntarios. – Hace días que se envió lacomunicación de la obligatoriedad de modificación en laadministración y formalización de los trabajadores.

-Señorita,trabajamos con los últimos sistemas de seguridad y gestión,obtenemos una alta productividad uniendo en balance la fuerzapersonal con la tecnológica, usamos los más modernos programas d...

-Nome refiero a esa administración. Estoy hablando de la comunicaciónde prohibición de la esclavitud y los trabajos forzosos, una formamás de esclavitud. La tecnología con la que se lleve a cabo lastareas mineras no me interesan.

-Notenemos esclavos, los que no están contratados son delincuentes yalborotadores.

-Tiene72 horas para formalizar a todos los trabajadores con contratos ysalarios o nos veremos obligados a destituirlo de su puesto y tomarrepresalias legales por incumplimiento de normativa lboral vigente.

-Descuideseñorita Nnamani, no serán necesarias esas represalias, ahora mismoaviso al equipo para que se lleven a cabo los procesos.

-Confíoen ello. Ahora quiero hablar con uno de esos alborotadores. Se llamaDaren, es mi hermano – El director hizo una señal a uno de losguardias de seguridad, que me guió a ver a mi hermano.


[Poe]

-Poe,tenemos que rescatar a ese niño – Dijo Kydel a mi ladoacariciándose el vientre. Seguíamos en Cato Nemoidia, recopilandomás información sobre la mujer y el niño que Kylo nos mandóbuscar. De hecho habíamos encontrado a la mujer, o más bien ellanos había encontrado a nosotros, la noticia había corrido rápidopor el lugar. Nos contó que el cazarrecompensas al enterarse que Huxhabía muerto pensaba verderla como esclava en Tatooine, al estarfuera del dominio de la Primera Orden estaría exento de la normativaque quería implantar, así que en un despiste en los preparativospara el traslado consiguió huir y se enteró que había miembros dela Resistencia aquí y vino a buscarnos así que pudo huir pero sinsu hijo.

-Tenemosno, tengo. En tu estado no voy a dejar que arriesgues tu vida y ladel bebé. Yo solo puedo rescatar al chico, quédate con la madre,que ahora mismo necesita ayuda y las mujeres os entendéis bien.

-Prométemeque tendras cuidado.

-¿Cuándono lo he tenido? – Me miró frunciendo el ceño – Vale, quizá nosuelo prestar mucho cuidado en estas cosas pero al menos lointentaré, ¿vale? – Suspiró poco convencida y me dejó un rápidobeso en los labios.

-Estebebé estará orgulloso de tener un papá tan valiente. Vete ya,anda. Cuanto antes te vayas antes volverás.


Trasun rato despidiéndome de ella marché con mi droide mecánico haciadonde la mujer nos había indicado que los tenían encerrados. A millegada al lugar todo parecía tranquilo, demasiado. Era una pequeñacasa, no muy cuidada rodeda de otras más grandes, llamaba demasiadola atención para el cometido que guardaba.

-Bb8,quédate en el speeder y estate pendiente al intercomunicador, grabatodo lo que te diga – El droide mostró unos pitidos. – No, nopuedes venir conmigo, necesito que te quedes aquí y estés pendiente– Le dejé algo parecido a una caricia y bajé del speeder. Me dabamala espina tanta tranquilidad. Encendí y comprobé elintercomunicador y entré en la casa. Forcé la cerradura de lapuerta, la cual cedio con facilidad. Todo permanecía en silencio,mas llevé mi mano al broche que sujetaba la empuñadura de miblaster. Caminé despacio por las diferentes salas hasta que noté laenergía de un blasterazo junto a mí y, como acto reflejo, saquémi bláster de su protección y apunté a la procedencia de aqueldisparo mientras me protegía, hasta que el sonido de un cristalromperse me hizo salir a correr en aquella dirección. Alguienintentaba huir – Bb8, has salido por las traseras de la casa. –Salté por la misma ventana por la que habían salido y comencé acorrer, viéndo a dos hombres correr con un niño en brazos. Arma enmano apreté el ritmo de la carrera tenía que alcanzarlos comofuera, le había prometido a Kaydel que rescataría al niño y esaera, seguramente, mi única oportunidad. Si sabían que estábamosdetrás de ellos se andarían con cuidado. Las calles estabanconcurridas a esa hora de la tarde y se hacía difícil correraunque, algunos, al verme con el arma en la mano, se separabanasustados. Toda esa gente era el motivo por el que no disparaba a loscontrarios, porque había más posibilidades de que le diera a algúntranseunte que a alguno de ellos dos, disparar con naves se me dabade maravilla, con blaster corriendo era otra historia. De repente,sin saber como vi a ambos caer al suelo soltando al niño, quetambién cayó. Llegué hasta ellos y vi mi droide entre ellos,había sido él quien les había hecho tropezar. Los dos hombres selevantaron rápidamente y se abalanzaron contra mí. Eseacontecimiento llega a ocurrir unos meses antes y me hubiese visto enalgo más de desventaja pero tenía que agradecer a Kylo por losentrenamientos que habíamos tenido. Conseguí evitar el golpe queuno de ellos dirigía a mi cara y esquivé al otro. Si yo no eraexperto en la lucha cuerpo a cuerpo esos dos cazarrecompensas debíanser unos inútiles, porque siendo dos no sé como no me molieron agolpes. Me costó mantenerme pese a los golpes que no lograbaesquivar pero, aún así, cuando nos dimos cuenta de que el niño noestaba no me encontraba en peor situación que ellos, aunque lostres estábamos magullados. Corríamos los tres entre la gente,preguntándole a la gente que si había visto a un niño pequeñosolo, pero nadie respondía. Hasta que lo vimos, los tres. Nosmiramos por unos segundos y volvimos a correr, yo fui el primero enllegar porque estaba más cerca. Tomé al niño en brazos rápidamentemientras ellos llegaban y me alejé unos pasos apunándoles con elblaster. – Un solo movimiento y uno de los dos tendrá los sesosfritos.

-Solocumplimos órdenes – Dijo al que estaba apuntando al verse enpeligro.

-¿Quiénos manda? ¿Quién os ha pagado?

-Nopodemos decirlo, además está muerto y no nos ha pagado.


-Puessin pagar os vais a quedar. Voy a llevarme al niño y no os vais amover de aquí. Y si volvéis a ver a alguno de los que os mandóesto, me niego a pensar que solo hay uno, le decís de mi parte quela Resistencia ha ganado. – Comencé a andar sin perderlos devista, no me fiaba de darles la espalda. Cuando ya me alejé losuficiente y los habitantes del lugar ocupaban el espacio entrenosotros me giré para volver a la casa y a mi speeder con el niñollorando en brazos, aunque no tenía muy claro por donde debía ir.

Caminos entrelazados (Reylo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora