Capítulo 16. Conversaciones

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Trassalir del comedor fui a buscar a Rey a donde sabía que dormía.Había diferente camarotes, dependiendo del cargo estabas en una yotra. Llegué sin problemas, el de Rey era una bastante pequeña condos literas, las cuales se habían quedado casi vacías ya que de las3 chicas que estaban una había caído en la batalla y la otra setrasladó con su hermana al camarote de al lado. Me senté en la camay esperé a que llegara.

-¡Ben!¿Qué haces aquí?

-Estabaesperándote. Tengo que hablar contigo. – Me levanté y me acerquéa ella.

-Creoque sé de lo que quieres hablar, no te preocupes por lo de antes, séque fue por un cúmulo de nervios, euforia y quien sabe que m... –No fue capaz de acabar la frase puesto que antes de que lo hicieramis manos estaban en su cuello y mis labios sobre los suyos.

-Loque hicieron los nervios fue lanzarme, y lo que ha hecho hablar conKaydel ha sido darme cuenta de te necesito. – nuestras carasestaban muy juntas y mis pulgares acariciaban sus mejillas.

-¿Menecesitas en qué aspecto?

-Entodos. Y cuando digo en todos es en todos. – Instintivamente mismanos pasaron a su cintura y nuestros cuerpos estaban pegados.

-Enalgunos más que otros, por lo que parece. – Me separé rápidamenteal notar como estaba malinterpretando aquel intento de abrazo.

-¡No!No es eso lo que queria most... – no pude terminar la frase pues micabeza golpeó ligeramente el somier de la cama superior y alinstante estaba semitumbado con Rey sentada en mi barriga besándome. –¿Rey?

-Calla.– Sus labios pasaron a mi cuello y sus manos buscaban la forma dedesabrocharme la camisa, acción a la que la ayudé. – Quieroquitarme de la cabeza el recuerdo de las manos de Hux tocándome y susonrisa de victoria. Y las tuyas aquí y ahora me parecen una opciónmaravillosa para hacerlo.

-PeroRey. ¿Nohas aprendido de Kaydel?

-Yono dejo nada suelto.

-¿Estássegura?

-Nuncahe estado tan segura de algo. – Volvió a besarme, esta vez conpasión. Pronto estábamos desnudos, ella mantenía los músculos entensión, debido a los recuerdos, pero sus intenciones eran firmes.Haciendo respuesta a su petición mis manos recorrían su cuerpo consuaves movimientos mientras sus labios hacían lo mismo con el mío.– Hazlo – Dijo mirándome con una mirada casi suplicante, llenade deseo, mordiéndose el labio inferior. Asentí y se acomodó paraque procediera. Con un rápido movimiento de cadera acompañado porun suspiro de Rey entré en ella. Los movimientos eran suaves,haciendo que ella poco a poco se relajara y cesara la tensión de sucuerpo. No existía nada más que nosotros, ni siquiera existía unnosotros, pues ambos cuerpos, ambas almas, se habían fusionado,creando un ente. Yo era ella, y ella era yo. Yo veía lo que ellaveía, sentía lo que ella sentía. Y ella lo mismo conmigo. Unbalance perfecto que hacía más intensas las emociones propias delmomentos. Escondí la cara en el cuello de Rey, puesto que ahora erayo quien ocupaba su lugar inicial, dejándole suaves besos que ellacorrespondía con pequeños tirones de pelo. Una rápida corrienteeléctrica recorrió mi cuerpo, dejándome por unos segundos sinrespiración y noté como llegaba al culmen. Me separé lentamentepara mirar a Rey, que estaba con los ojos cerrados. Su pecho, igualque el mío se elevaba y bajaba rápidamente, los pulmones buscabanaire desconsoladamente. – Gracias. – Una sonrisa iluminaba sucara, una sonrisa sincera que me hizo sonreir a mí también.

-Yote tengo más que agradecer.

-Shh– Murmuró y con sus brazos apretó con cuidado mi espalda, ya latenía bien pero ella seguía teniendo cuidado, para que me volviese atumbar.


[Poe]

-¿Sepuede saber qué te pasa? – Le dije a Kaydel cuando llegamos a lasala donde normalmente se hacían las reuniones, ahora vacía. –Estoy con la intriga desde que volví de hablar con los jefes...– Mi novia suspiró, se cuadró y se aclaró la garganta, como silo hubiese estado ensayando – Poe, quiero enseñarte algo – Alcéuna ceja, sin saber muy bien qué quería decir mirando comolevantaba su camiseta, dejando a la vista la piel de su vientre notan plano como debería. Llevé la mirada a la suya, vi miedo enella. Ella posó su mano en su vientre y no necesité más para unirlos cabos – Estas... ¿Estás embarazada?

-Estoyembarazada – Ella trataba de que su voz sonase firme, sin embargo nopodía ocultar un ligero tono temploroso. Tardé en responder quizámás de lo que debería.

-¡Peroeso es maravilloso! – Me acerqué rápido a ella y la abracéfuerte. La verdad que no era la noticia que más me esperaba pero erala mejor noticia que me podrían dar. Un poco de esperanza, de luz enesas noches tan oscuras.

-¿Deverdad?

-Porsupuesto, cariño. ¿Cómo no? Vamos a ser papás – Acaricié susmejillas y besé sus labios con mucha ternura – Y yo preocupado porsi te pasaba algo grave con los mareos y todo ese lío que te pasaba,y era por esto...

-Sí,era por esto. Estoy perfectamente, aunque me voy a poner gorda comoun shaak.

-Seguroque eres menos torpe... – Reí y ella se hizo la ofendida perocomenzó a reír también. Volví a besarla y me agaché quedando derodillas. – Vamos a ser papás – Repetí más para hacerme a laidea que para otra cosa y dejé un beso en la barriga de Kaydel.

-Yeste bebé necesitará a su papá, así que por favor, no mueras,¿vale? – Comentó acariciando mi pelo.

-Noestá en mis planes – La miré, me sonrió aunque triste y dejéotro beso en la barriga

Caminos entrelazados (Reylo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora