Capítulo 29. Rumbo a Chandrila

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[KYLO]

Cuando la nave en la que viajaban Rey y Miara despegó me dirigí hacia laspenosas celdas del Finalizer para hablar con los soldados que díasantes había mandado apresar. Todavía no había pensado qué hacercon ellos, unas condenas en las minas que iban a quedarse sinesclavos me parecía una buena opción en algunos casos. En esosinterrogatorios en los cuales no me encontraba solo había variedadde respuestas por parte de los antiguos oficiales; algunos remarcabanque ellos no iban a aceptar el mandato de un traidor como yo, otrosse arrodillaban llenos de miedo ante mí jurandome lealtad y otrosfingían esa lealtad solo para salvar su vida porque les daba un pocoigual quien gobernara estando su antiguo líder muerto. Dejé a Kolpspara el final, era él quien más me iba a llevar. Decidí quedarmesolo en esa ocasión, abrí la puerta de la celda en la que él seencontraba solo también y lo ví sentado en el suelo en un rincóncon el uniforme de Capitán sucio y los ojos enrojecidos. Susemociones eran un amasijo, se sentía arrepentido y con miedo, lasatisfacción por el trabajo bien realizado que sentí en el nada másverlo al lado de Hux en Ciudad Nube se había esfumado.

-Kolps...Parece que se te ha ido toda la grandeza desde la última vez que tevi...

-Túte has encargado de eso.

-No,lo hiciste tú solito. Si yo me hubiese encargado de eso estaríasigual que Armitage. ¿¡Por qué lo hiciste!? ¿POR QUÉ NOSTRAICIONASTE? ¡Nos dijiste que estabas de nuesta parte! ¡Confié enti, dependí mi decisión de dejar pasar al carguero de tus palabras!

-MEOBLIGARON – Gritó, asustado, algo de lo que se arrepintió nadamás hacerlo – Cuando la Resistencia se quedó al mando de las dosnaves Hux consiguió ponerse en comunicación conmigo, me dijo que ohacía exactamente lo que me decía o mataba a mi familia. Pero algome dice que no tengo familia por la que velar.

-Enel caso de ser eso cierto ¿Sabes lo que hubieses adelantado condecírnoslo desde el principio? – Me miraba a punto de romper allorar. – Lo primero no ser culpable de que por salvar la vida dealguien otra persona esté a punto de quedarse sin la suya, y losegundo es que tú no estarías aquí. Estoy dispuesto a dar unasegunda oportunidad, siempre y cuando compruebe que eso que me dicesde tu familia en peligro es cierto. Me has decepcionado mucho, pormenos querían colgarme a mí.

-Túmataste al Líder Supremo, no es menos...

-¿Encimate atreves a contrariarme? – Negó rápidamente.

-Huxnos dijo que asesinasteis a Snoke a sangre fría.

-Solonos defendimos – Mentí – Ese idiota no tenía ni idea de lo quepasó en esa sala. Ahora el Líder Supremo soy yo y soy quien ponelas órdenes. ¿Dónde puedo encontrar a tu familia?

-Laúltima vez que supe de ellos....La ultima vez que supe de ellosestaban en Cato Nemoidia.

-Losbuscaré. Si es verdad que estaban en peligro y solo queríasprotegerlos quedarás libre.

-Muchasgracias, Líder Supremo – Expresó en tono desesperado lanzándosepara brazarse de rodillas a mis piernas. Por una parte me gustarbaprovocar esas reacciones, me sentía importante (era importante),pero por otro lado me resultaba patético. Pero ese contacto mesirvió para entrar en su mente sin ningún tipo de problema y quesin que él mismo se enterara. Bueno, entrar en su mente... entrar enel lío de pensamientos que tenía por mente.

-Suelta...De momento permaneceras aquí. – Conseguí que se apartara de mí yque me dijera el nombre de su esposa y me fui de allí. Me retiré ami despacho y antes de que empezaran a acudir los oficiales paracomenzar los trámites del nuevo gobierno me puse en comunicacióncon Poe, el cual se había ido en cuanto tuvo ocasión a donde Leiahabía practicamente escondido a Kaydel en Gatalenta, con un familiarde Amilyn. – Poe, necesito que me hagas un favor.

-¿Tengoque moverme de donde estoy?

-Sieres capaz de encontrar a alguien sin moverte sí. Sino te tendrásque mover, pero puede ser con tu novia si tenéis cuidado.

-¿Dóndehay que ir? – Su tono de voz por la imagen holográfica parecíadecidido. Poe no es un hombre tranquilo ni que le guste permanecermucho tiempo en el mismo lugar, y cualquier tipo de tareainterplanetaria que se le ordenase le parecía una buena acción,sobre todo si guardaba algún tipo de peligro.

-ACato Neimoidia. Kolps ha confesado que nos traicionó porque Huxtenía retenida a su familia, dice que la última vez que supo deella fue en Cato Neimoidia. He entrado en su mente, dice la verdad.Te paso la información que tengo, aunque es poca, al datapad.

-Hoymismo nos ponemos en camino – La imagen de Kaydel apareció juntoal piloto – Nunca he ido a ese planeta.


Nopasaron muchos días hasta que Poe me llamó para informarme de que,ciertamente, un oficial de la primera orden, nadie sabía el nombre,por supuesto, mantenía retenidas a cargo de un cazarreompensas, auna mujer y un niño pequeño.

-Kolps,quedas libre. – Mi voz sonaba monótona, sin ningún tipo desentimiento. No me hacía gracia la idea de tener que soltar a eseCapitán, no terminaba de fiarme de él, pero le hice una promesa quetenía que cumplir.

-¿Cómoestán mi mujer y mi hijo?

-Misinformantes los están buscando. Solo saben qué son reales los datosque me ofreciste, eso es lo que te va a librar del juicio de mañana.– Le devolví sus pertenencias que le habían sido retiradas al serapresado.

-¿Quéocurrirá con los demás?

-Esoes algo que no te ha de importar ya.

-LíderSupremo, Rey y la togruta han llegado. – Un mensajero fue a dondeme encontraba para darme el recado.

-Latogruta tiene nombre y es mi asistenta, así que un poco de respeto.

-Misdisculpas, señor. – Se giró y marchó por donde había venido.

-Largode mi vista, Kolps. Y no dudes que voy a tenerte muy vigilado. Comome entere que planeas cualquier otra cosa contra mí no me voy aandar ni con juicios ni con historias, yo mismo hago que tu cabezahaga compañía a la de Hux. ¿Entendido? – El Capitán tragósaliva sonoramente asustado y asintió con la cabeza.

-Entendido,Líder Supremo.– Entonces fui yo quien comenzó a andar en sentidocontrario a donde estaba mirando para retirarme de aquel pasillo e iren busca de Rey.

CuandoRey bajó por la rampa de la nave yo estaba esperando en la puerta deacceso al hangar más cercana, donde me vio y vino directa a mí.Apoyé mi mano en su cuello y la besé, sin importarme quien pudieravernos, tenía demasiadas ganas de besarla como para esperarme allegar a un sitio vacío. Al separarme de ella vi a Miara, cerca,sonriendo feliz al ver la escena ya que, después de todo lo quehabía hecho por ella, lo único que la togruta quería era vermefeliz. Ella misma me lo dijo.

-¿Quétal todo por Shili? – Pregunté a Miara 

-Bueno...aquí se está mejor ahora. Voy a darme una ducha, os dejo solos –Me hizo un guiño imperceptible para Rey pero no para mí, queconocía sus gestos mejor que mi propio nombre. Se fue y tomé lamano de Rey.

-Nuncapensé que me caería tan bien una togruta...

-Seguroque tampoco pensaste que ibas a acabar con alguien como yo –Respondí con una amplia sonrisa.

-¿Acabar?Solo hemos empezado – Escuchar esa frase salir de su boca meprodujo un escalofrío pero de los buenos. Significaba que para ellaeso que teníamos que no estaba nombrado era algo más que una simpleaventura.

-Yhablando de comienzos. Ya que estás aquí podemos poner camino adonde se va a desarrollar este comienzo – Mientras hablaba tiré desu mano y comencé a andar hasta el puente de mandos para informarsobre el rumbo que había que tomar.

-¿Yahas decidido ese sitio bonito para vivir?

-Yono, entre todos, y no es que sea bonito, quizá no sea el másbonito, pero es mi tierra. – Llegaron a su objetivo. – Almirante,rumbo a Chandrila.


-Enseguida, señor. Ya habéis oído. A Chandrila.

Caminos entrelazados (Reylo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora