Capítulo 28. Shili

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[Rey]

-¡Miara! – Gritó la madre de la togruta al verla bajar de la nave con la que llegamos a Shili. Ella corrió a los brazos de su madre entre lágrimas, hacía muchos años que no se veían y que, seguramente, pensasen en la posibilidad de no volver a verse. – Mi niña, que mayor estás ya.

-Ya casi tengo 20 años, mamá, normal que esté mayor. – La madre se parecía mucho a mi nueva amiga, se le notaba el peso de los años,de las horas al sol trabajando y de las penurias de los campos detrabajo, pero en su juventud debió de haber sido tan guapa como loera su hija. Del interior de una pequeña vivienda salió quiensupuse que era el padre, que se unió al abrazo de las mujeres.Todavía no se habían dado cuenta de que yo estaba allí. – Papá, mamá, ella es Rey, es de la Resistencia.

-¡Sabía que antes o después la Resistencia te rescataría! – El tonoutilizado por el padre era alegre, ya me había dicho Miara que él confiaba plenamente en la Resistencia. Su familia siempre habíaestado de parte de la República y en tiempos de los Jedi, incluso mecomentó que cuando ella era pequeña su padre le contaba que unaprima suya fue aprendiz de Jedi durante la guerra de los clones.

-No siempre la Resistencia son los únicos que hacen cosas buenas, papá. La guerra ha acabado, la Primera Orden liderada por Kylo Ren ha vencido.– El padre puso mala cara cuando recibió aquella noticia, por un lado parecía asustado, y por otra decepcionado. – KyloRen no es tan malo como parece, ha estado ayudando a la Resistencia.

-Ya veo como la ha ayudado.

-Pues sí que la ha ayudado, es difícil y largo de explicar, y tampoco tengo todos los detalles. Pero que haya ganado la Primera Orden no quiere decir que la Resistencia haya sido destruída. Solamente ha salido menos beneficiada. Rey sabe más, que está en el medio de toda la situación.

-Encantada de conocerte, Rey. Gracias por traernos de vuelta a mi hija – Me saludó la madre tomando mis manos entre las suyas.

-Yo solo soy piloto – Comenté con una sonrisa –Encantada – Tras saludarnos entramos en la casa. Era una viviendapequeña, típica de la zona en la que también se notaba el bajonivel social que tenía la familia. Apenas había muebles aunque enalgunas zonas había marcas de que en algun momento los habíahabido. El salón lo formaban una mesa redonda con sillas que no emparejaban las unas con las otras y al fondo unos cojines en elsuelo que hacian de sofá, y una central de comunicación algoantigua.

-Os ofrecería tomar algo pero poco más que agua podemos ofrecer.

-No te preocupes, hemos comido de camino, de hecho más bien os traemoscomida a vosotros. – Comentó Miara señalando la nave que se vepor la ventana – Sabemos como está la situación aquí y supusimos que la comida es algo que no abunda.

-Pues tienes razón, hija. Las sequías de estos últimosaños hacen que no crezcan los cultivos y que los pocos animales quesobrevivieron al Imperio no tengan donde alimentarse bien y los más débiles mueran.

-Os traemos  provisiones para un par de meses, lo suficiente para que busquemosla forma de ayudaros a todos.

-Con pozos, por ejemplo. Yo soy de Jakku, que es casi todo desierto, y el agua la sacamos de debajo de la tierra con pozos. Son caros de construir porque necesitan mano de obra especializada pero muy útiles.

-Podría ser una solución, pero la economía del planeta no está para tales construcciones. Lo estaría si el dinero del que disfrutan los dirigentes se repartiera entre los ciudadanos, pero ya sabemos como son las cosas. Nosotros nos morimos de hambre mientras ellos disfrutan de caros productos de importación.

-Yo buscaré la forma para ayudaros, mamá.

-Pues sufriendo estos problemas no sé como lo vas a hacer... – Respondiósu padre en un tono preocupado por su hija. Aunque la chica llevasesaños retenida por la Primera Orden sabían que había estado con mejores oportunidades que allí, al menos no le habría faltado un plato de comida.

-No las voy a sufrir, vengo solo de visita, me quedo con ellos. – Los padres abrieron los ojos todo lo que pudieron, sorprendidos por aquella noticia  – Kylo Ren me ha ofrecido quedarme con él, con un trabajo de verdad, con un sueldo y unos beneficios para mí y para vosotros. Beneficios que incluso sacarían a Daren de las minas  – Supuse que Daren debía de ser el hermano, nunca me había dicho su nombre.

-¿QUE VAS A TRABAJAR PARA LA PRIMERA ORDEN? – El padre sonaba muyenfadado, practicamente fuera de sí – ¡Después de lo que hasufrido esta familia por defender la República ¿vas a trabajar paraquien la ha destrozado?!

-No voy a trabajar para la Primera Orden, voy a trabajar para la Galaxia.En el nuevo Gobierno también estará la Resistencia, papá – Miarase acercó a su padre y tomó sus manos. – Estará el tío también.El tío ha confiado en Ren, ¿por qué tú no? Él es bueno, ademásme cuida.

-Porque su abuelo destruyó la anterior república y a los Jedi, y entreellos a mi prima. Y luego ha venido el propio Kylo a destruir la Nueva República. No puedo fiarme de alguien que ha traicionado a la República.

-La propia República se traicionó a sí misma al no confiar en Leiacuando más falta les hacía – Comenté yo. Ben me había contado lahistoria de por qué su madre dejó el Senado poco tiempo antes deque se pasase él al lado oscuro.

-¿Estás de su parte?

-Si él ha traicionado a alguien o algo hasido a la propia Primera Orden matando al Líder Supremo. Ha estadomeses luchando junto a la Resistencia y me ha dado tiempo suficientepara conocer que él es el primero que merece una oportunidad. Lo primero que ha hecho nada más parar la guerra ha sido ofrecerle una nueva vida a Miara y sus compañeras. Unos buenos trabajos con los que ganarse la vida. 

-No me parece bien aun así. – Volvió a dirigirse a su hija – Llevasaños siendo no más que un objeto para ellos, ¿crees que te van atratar diferente?

-Éllo hace y es lo que me importa. A diferencia de muchos otros el tiempo que estuve con él en vez de tratarme mal y forzarme a hacer cosas que no quería me enseñóun montón sobre historia, economía... me protegía de los demás y nunca me llegó a tocar ni el montralsin que yo quisiese. Además, él ahora tiene otros intereses comopara querer tocarme – Miara me miró de reojo, estaba claro que sabía que entre Ben y yo había algo

-No me vas a convencer...

-No seas así con la niña – La madre tomó el brazo de su marido –Me alegro que hayas aceptado ese trabajo, cariño. Aquí no te vas aencontrar nada bueno. Pero ¿de qué es? Dices que te ha ofrecido que te quedes con él pero ¿qué trabajo?

-Como su asistenta personal. – Miara comenzó a contar sin mucho detalle en lo que consistiría su trabajo tranquilizando un poco a sus progenitores.

Caminos entrelazados (Reylo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora