Capítulo 15. La culpa

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Hora de cenar, todos en el comedor comentaban lo ocurrido en la batalla. Los pilotos sobrevivientes lo contaban por expriencia, el resto o hablaba con otros por lo que había oído a lo pilotos o visto en los radares. En una mesa apartada estábamos Poe, su novia, Rey y yo. La Teniente no tenía buen cara, estaba ocultando algo a Poe, el movimiento de sus manos, rápidos y temblorosos, la delataban, pero el piloto no se deba cuenta de aquel pequeño detalle.

-Hola grupo – Saludó mi madre al llegar junto a nosotros – Poe, ¿podemos hablar un momento? – Mientras realizaba la pregunta hizoun gesto con la cabeza señalando hacia la mesa donde estaban los peces gordos de la Resistencia cenado.

-¿Tiene que ser ahora mismo? – Mi madre asintió – En seguida – Se levantó y siguió a la General tras dejarle un beso en la mejilla a Kaydel.

-¿Puedohablar con vosotros un momento antes de que vuelva Poe? Necesitohablar conalguien.

-Claro,¿qué pasa? – Preguntó Rey preocupada.

-Estoyembarazada, y no sé como decírselo a Poe.

-¿Quequé? Ay, Kaydel enhorabuena... porque es enhorabuena, ¿no?

-Notiene cara de muy enhorabuena, Rey.

-Queno sea un buen momento porque tiene veintipocos años, estamos en guerra y tenga miedo de decírselo a su novio con el que casi acabade empezar no quita que sea enhorab... vale, quizá no es la mejor noticia de todas.

-Pues no lo tengo muy claro, la verdad. – Respondió la chica llevando sus manos a los laterales de su cabeza. – No sé como decírselo,solo lo hicimos una vez. Y le dije que parara, pero parece que no mehizo caso... 

-Hevisto más niños nacer así de de las "asistentas" de la primeraorden que niños hay en la Galaxia, esa técnica no funcionan.

-¿Asistentas?– Preguntaron las dos mujeres a la vez, a coro. Si lo hubiesenensayado no hubiese salido tan perfecto como fue.

-Asistentas,chicas humanoides de diferentes razas que trabajan como asistentaspero que los Generales y otros cargos utilizan de putas personales,bueno, esclavas sexuales practicamente, les da igual que ellasquieran o no; son animales. A la que nunca he visto embarazada es ala de Armitage, – eso lo dije más como un comentario para mímismo pero en un tono para los demás – el idiota de Hux no sabeni hacer críos. Pero bueno, el hecho. No es algo que se puedaocultar, y por lo que noto al mirarte se te está acabando el tiempoantes de que lo empiece a ver con sus propios ojos díseloclaramente. Nunca me ha pasado, no soy tan descuidado en ese aspecto,pero si me pasara preferiría que confiaran en mí, sin rodeos. Quese plantase delante de mí, tranquila, decidida, con la barbillaalta, que se aclarara la garganta y me dijese "Ben, aprende a ponerpañales que vas a ser padre". – Cuando quise darme cuenta estabade pie, imitando la postura que había descrito. Por el rabillo delojo vi como Rey se reía, y Kaydel sonreía. – Me gusta que lagente vaya de frente y sea sincera.

-Exacto,díselo directamente. No creo que le siente mal. Te quiere. Y laculpa es más suya que tuya.

-La culpa es de los dos. – Comenté.

-Buenoya, sí... Pero n...

-Supongoque tenéis razón – Cortó la rubia a Rey – No debería pensalotanto. Además tienes razón – dijo mirándome – Ya no lo puedoocultar, ya se me nota, Leia lo notó, tu lo notaste, no sé como éltodavía no. Te voy a hacer caso, de esta noche no pasa. Muchasgracias. – Acompañó el agradecimiento tomando mi mano entre ambassuyas. Al entrar en contacto mi mano con la suya noté perfectamentesu nerviosismo y la pequeña vida creciendo dentro de ella; tambiénnoté su amor puro y sincero por el piloto, así como la preocupaciónpor lo que pasaba. Esta es una de las cosas maravillosas que tiene laFuerza, la capacidad de sentir todo lo que me rodea. Traté detransmitirle algo de tranquilidad aunque no tengo del todo claro queconseguí hacerlo.

-Por nada – Respondí.

-Tengo que irme, antes de que acabe el horario de duchas, que ya no habránadie. Luego nos vemos, y ánimo Kay.

-Yo me quedo un rato con ella – Tras despedirnos, me dejó un guiño yse fue. Kaydel se levantó y se sentó a mi lado.

-¿Qué te traes con Rey?

-Nada...

-No mientas. No leeré mentes como tú, pero sí sé leer miradas. Y Leiay yo os vimos besaros.

-Solofue eso... Y seguro que fue por los nervios del momento.

-Nocreo yo eso. ¿Qué sientes por ella? Puedes utilizar metáforas site da vergüenza hablar conmigo.

-Nosoy bueno con las metáforas... Pues no sé, llevaba mucho tiemposolo sintiendo rencor y odio hacia todo y todos. Sin embargo hallegado y aunque sigo con esos mismos sentimientos hay algo que mehace sentir diferente. Me siento tranquilo, me siento que puedo seryo mismo. Cuando ella está cerca mi oscuridad no se va, pero la luzse hace notar más fuerte, no hace que se vaya, pero la deslumbra.

-Quepoético suenas cuando estás tranquilo.

-Pareceque se me da bien hablar... De pequeño quería ser Senador como mimadre, algo se me habrá pegado – Reí algo nervioso. No mereconocía en esos momentos

-Senota. – Rió ella también – Pero eso es amor, K...Ben. Habla conella. Y que de esta noche no pase. Tenemos cada uno un propósitopara esta noche. – Poe volvió y dejamos la conversación.

-Uy,que marujeo os traéis vosotros dos... ¿De qué habláis?

-Nada...– Comenté en bajo.

-Quea Kylo le gusta Rey.

-¡Kaydel!– Me quejé levantándome, sintiéndome tentado en decir su secretoya que ella había dicho el mío, pero cuando iba a empezar a hablarme callé, no le iba a hacer el favor. – ¿Y si le digo yo lo tuyo?

-¡No!

-¿Quétuyo? – Preguntó Poe alzando una ceja, o intentándolo al menos.

-Osdejo solos, tenéis que hablar, me voy – Sin decir más me fui parair a buscar a Rey, tenía que hablar con ella

Caminos entrelazados (Reylo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora