Momotarou intercalaba su mirada en Rin, quien se encontraba sentado frente a él en uno de los sillones individuales forrados con terciopelo dorado, y en su fiel sirviente. El silencio se había instalado en la sala desde la llegada del rey, pues tampoco parecía dispuesto a romper la afonía del ambiente.
Mikoshiba carraspeó para aclarar su garganta y le hizo una seña a Nitori para que también tomara asiento a su lado, en el sofá grande. Aiichiro titubeó antes de obedecer; conocía cuál era su papel en Bahía de Calaveras, pero también sabía que con su príncipe ese rol cambiaba y se tenían confianza.
Una vez más, los tres enmudecieron. Momotarou se sintió nervioso, la presencia de Rin Matsuoka imponía mucho en él, y no hallaba la razón al haber una diferencia entre ellos; beta y omega, clase normal y clase débil, o era lo que su hermano le había enseñado. Entonces, ¿por qué le descolocaba de esa manera? ¿Por qué se sentía tan atraído?
Es verdad, el pelirrojo poseía una hermosura sin igual. Nunca había visto a un hombre o mujer que pudiera competir contra ese par de rubíes y ese rostro angelical. Y entendía por qué Seijuro quería destruirlo a cualquier precio; porque la belleza aturde a las personas y un omega es capaz de aniquilar barcos y flotas con sólo una palabra.
—Bueno, ya que no hablarán, lo haré yo —indicó el gobernante de Rockland con una preciosa sonrisa enmarcando sus finas facciones—. ¿Por qué quieres que te ayude? Ustedes invadieron un país que no les pertenecía, tomaron las riquezas y tierras, y se proclamaron como los reyes. ¿Cómo puedo servir a una familia impostora? —cuestionó furioso, provocando que los otros temblaran de miedo—. Todavía no olvido que ustedes son los responsables de la muerte de Kisumi y jamás los perdonaré. Quiero que lo comprendan, yo no soy su amigo, no cuando pienso vengarme en la memoria de mi primer esposo.
—Mi príncipe...
—Nitori, no —negó el de melena anaranjada, interrumpiendo a su subordinado—. Sí, nosotros asesinamos a Kisumi Shigino porque sabíamos que era el futuro rey de Rockland —aceptó, a pesar de que sabía que podrían clavarle una estaca al pecho o ejecutarlo en público—. Mi hermano envió a varios hombres con la intención de acabar con toda su familia, incluyendo a su esposo y a su hija, pero no contábamos con la presencia del comandante John ni con barcos de Rajar.
—Son unos hipócritas —gruñó, empuñando sus manos. Debía contenerse y terminar de oír las explicaciones para formular un veredicto.
—Él quería dejar sin descendientes a Rockland, lo quería debilitar porque es un reino fuerte, pero sus planes fueron truncados por John —habló, recreando en su mente las memorias de conversaciones y disputas con Seijuro—. Tú sobreviviste con tu hija y pensamos que había tiempo, que tú no estorbarías, pero tampoco fue así. Kurosawa te adoptó como su hijo, te salvó, te dio un hogar y una familia. Él te amaba y eso no le convenía a mi hermano, porque eso significaba que La Corona de Rockland tendría un heredero.
—Y también mandaron a alguien para que finalizara mi embarazo —enfatizó, recriminándole al príncipe embustero, pero éste frunció las cejas en desacuerdo.
—No, tu supuesto fallecimiento fue una sorpresa para nosotros —informó, sorprendiendo a Rin, que no se esperaba esa respuesta—. Es cierto, tú te convertiste en nuestro mayor enemigo desde tu boda con Haruka Nanase, pero jamás ordenamos ponerle fin a tu embarazo. No podíamos, seríamos descubiertos.
—Si no fueron ustedes... —murmulló, agachando la cabeza. Por más que evadiera ese pensamiento, él lo sabía; sabía quién era la culpable—. N—No, es imposible —balbuceó reticente. No era fácil decirlo, no era fácil pensar que Gou le había causado tanto daño a él y a sus bebés—. ¡No! —vociferó, reincorporándose. Se sentía tan deshecho y lastimado por su propia hermana.
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Tú, mi diamante
FanfictionLa economía pobre de Rajar y el oro de Karabis provocó que dos poderosos reinos se unieran en un pacto que los beneficiaría a ambos con una boda entre los príncipes Haruka y Gou. Kazuma Nanase prometió semillas, frutas frescas y un vino que embriaga...