100 Razones para amarte (Dylmas)

Capitulo 1

Sentí que algo caía sobre mi hombro, y abrí mis ojos. Dylan se había quedado dormido. Al verlo desde tan corta distancia podía admirar cada uno de los rasgos de su pacifico rostro mientras dormía, los parpados cerrados, ocultando esos ojos color miel que hacían que un nudo se formara en su estómago, las largas y obscuras pestañas que casi tocaban sus pómulos, los pequeños lunares que se esparcían en todo su rostro pero en especial los que se acumulaban en su mejilla izquierda, y por último la curva de sus labios entreabiertos. Era una vista digna de apreciar, o lo era hasta que el semblante pacifico cambio a uno un poco más preocupado. Parecía que el pobre tenía una pesadilla. Mire hacia la ventana, recordando cómo había terminado en esta situación.

Hace unos días Dylan me había llamado para contarme acerca de la gran pelea que había tenido con Britt. Inicialmente creí que no era una gran novedad todas las parejas pelean a veces, sin embargo después de una larga conversación, Dylan me hizo saber que las cosas no iban muy bien en su relación, pues habían estado separados durante varios meses por cuestiones de trabajo, y en todo ese tiempo se habían ido distanciando, habían pasado de llamarse a diario a solo enviar mensajes de texto en sus tiempos libres, y cuando al fin se habían reencontrado las peleas comenzaron. Se sentía mal por su amigo sabia lo difícil que era saber que una relación de varios años está empezando a desmoronarse. Así que cuando este lo invito a pasar unos días en su casa en Los Ángeles hasta que empezara el tour de prensa en Corea.

Hice lo que cualquier amigo hubiera hecho en mi lugar, arme mis maletas y tome el primer avión hacia L.A que estuviera disponible. Los días posteriores a su inesperado viaje habían sido casi todos iguales, saliendo con Dylan a visitar la ciudad, o yendo a algún bar a pasar el rato. Intentaba hacer todo lo posible para que Dylan se sintiera mejor y parecía estar funcionando, el tema de Britt no había salido a la luz desde hace 2 días. Sabía que mi amigo seguía pensando en ella. No obstante yo me encontraba en un gran predicamento por un lado quería que Dylan sea feliz, incluso sabiendo que solo lograría serlo al arreglar las cosas con su novia. Y por otro lado veía esta situación como la primera oportunidad en años para poder revelar sus sentimientos hacia su amigo.

Un murmullo me devolvió a la realidad. La cabeza de Dylan había caído unos centímetros, y este se encontraba susurrando cosas imperceptibles para el oído humano.

-Dyl, despierta – Sacudí su hombro para ayudarlo a despertar – Dylan, ya despierta hermano.

-¿Qué?... Ya llegamos – Dylan lucia desconcertado, levanto la cabeza, y parpadeo varias veces confundido. Era adorable ver lo desconcertado que lucía al despertarse.

-No, te desperté porque parecía que tenías una pesadilla.

-Oh, sí tuve el sueño más loco del mundo ¿Recuerdas la escena de Ki Hong con el penitente? – Hice memoria y después asentí al recordar de que escena hablaba – Pues en mi sueño, yo era el que estaba tratando de huir de esa cosa, y justo cuando estaba a punto de atraparme se convirtió en un perro y empezó a lamerme la cara ¿Qué crees que signifique?

- Que no deberías volver a dormir en un avión nunca más – dije entre risas. Hace años Dylan me había contado acerca de los extraños sueños que lo asolaban cada vez que viajaba. A veces son solo sueños donde estoy cayendo y otras veces son disparates locos como aquella vez que soñé que un pollo gigante intentaba comerme, en venganza de todos sus amigos. Me había dicho mientras yo intentaba no reírme.

- Tal vez tengas razón, pero en parte es tu culpa, el avión ni siquiera empezaba a moverse y tú ya estabas dormido, que esperabas que hiciera en un vuelo de 11 horas, además de dormir.

-En primer lugar pudiste ver una película, jugar en tu teléfono o leer un libro. Y en segundo lugar no estaba dormido solo cerré mis ojos durante un momento y cuando los volví a abrir tú ya estabas dormido.