One.

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Bajé del auto de mi madre con pesadez, envié un mensaje a Sam, mi mejor amigo que permanecía en Atlanta, sólo le avisé de mi llegada a Bardstown, Kentucky adjuntando un emoji de molestia.

Mi madre se había encaprichado en dejar Atlanta e irnos a un lugar más rústico, incluso en este pueblo nos habíamos aislado a una casa con sólo 5 vecinos a unos 20 metros de distancia de nuestra casa.

Miré a mi lado, la típica Casa Blanca de madera con alargadas ventanas, cortinas estampadas y una banca que se columpiaba al frente. Miré a mi alrededor, no me molestaba lo rústico, me molestaba el hecho de haber dejado Atlanta por los berrinches de mi madre.

-Ayuda a desempacar, Chandler.-dijo mi hermano a la vez que me daba una palmada en la cabeza.

Me giré hacia el auto para tomar una maleta cuando una dulce voz tarareando me hizo girar una vez más. Desde que entré a Bardstown pude notar que la gran mayoría de las personas eran rubias y de ojos azules, las chicas eran levemente anchas y tenían atributos de basta y sobra, por lo que aquella chica me pareció de los más extraña, tenía una bonita figura pero a diferencia de las otras chicas ella era especialmente delgada sin llegar a ser demasiado y poseía una larga cabellera negra.

Salí de mis pensamientos y comencé a bajar mis maletas del auto para después subirlas a mi habitación. Saqué mi pequeño cuaderno de pasta café y comencé a dibujar el árbol que estaba al cruzar la calle frente a mi ventana.

Eran las seis de la tarde y el sol no se había dignado a salir y alegrarme con su luz, las nubes tapizaban todo de un gris nostálgico pero hermoso.

Ahí estaba yo, mirando con tristeza las calles por la ventana hasta que apareciste tú, llevabas un short de mezclilla, una camisa blanca y unos viejos tenis sucios. Sostenías dos libros contra tu pecho, protegiéndolos como si de tu vida se tratase.

Me sonreíste, tus mejillas se elevaron resaltando las pequeñas pecas que reposaban en estas y tus ojos penetraron mi alma, levanté mi mano levemente agitándola con inseguridad, soltaste una pequeña risilla, tu sonrisa era hermosa y podía apostar a que tu risa también.

Fue ese día nublado de octubre cuando empecé a morir.


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Nueva novelaaaa 🤤❤️
Será una novela corta, este capítulo también fue corto pero intentaré extender los demás.

Cold hands. (C.R) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora