Un millón de razones

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Este capítulo lo escribí escuchando "Million Reasons" de Lady Gaga, una y otra vez jaja. Por si alguien gusta leerlo mientras tiene la melodía de fondo, es más bonito.

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Sentía el corazón latir a mil, el alma estaba que le salía del cuerpo. Definitivamente, Magnus se sentía muy culpable por la discusión que había tenido en la mañana con Alec. Y es que, si bien no había sido idea suya poner el tema sobre la mesa, sí podría haber reaccionado de mejor forma a las palabras dichas por su... ¿su qué?

Bien, Magnus comprendía totalmente –o al menos lo intentaba– cómo se sentía Alec, Alec, quien es un chico demasiado bueno para su propio bien. A Magnus no le extrañaría que el hecho de engañar a Lydia fuera la primera cosa 'no buena' que Alec hubiese hecho en su vida entera.

Había tantas cosas que había hecho mal Magnus durante su vida. La lista era larga y no se sentía orgulloso, pero tampoco podía ignorarla. Creerse superior por tener dinero, jugar con los sentimientos de las chicas, tener la tóxica relación que tenía con Camille, donde ambos parecían jugar a ver quién engañaba con más personas al otro.

¿Alec es otro amante más en tu lista?, fue la pregunta que surgió desde lo más profundo de su mente.

–No es uno más –susurró para sí, una vez entró al último baño que le faltaba por revisar.

Alec seguía sin aparecer y una parte de él quería desear que las chicas tuvieran más suerte y lo encontraran, pero otra parte de él deseaba no recibir ninguna llamada, sino ser él quien encontrara a Alec. Quería estar a solas con él. Quería pedirle disculpas por todo: por ser un patán, por arruinar su vida de chico bueno, por hacerle pensar que jugaba con él.

Jamás jugaré con Alec, se prometió Magnus, caminando con rapidez a la terraza. Ya quedaba poco para que sonara la campana para volver a clases.

Subió al último piso de la escuela y finalmente llegó a la gran terraza. Como ya todos parecían saber que estaba acabando el receso, ésta se estaba vaciando.

–Magnus –escuchó a su lado.

Era Theresa.

–Hola –saludó a medias, buscando a Alec con la mirada.

–¿Buscas a alguien? –preguntó la chica.

–Sí... –la miró sin poder ocultar la preocupación en su mirada.

La chica pareció conmoverse al verlo.

–Alec está en el rincón de maceteros –dijo Tessa, mirando en esa dirección.

Magnus la miró intrigado.

–Me explicaba todo lo que debía saber para reemplazarlo en la cafetería –sonrió Tessa–. No quiero causar más problemas a Alec, así que quiero dar todo de mí.

La campana sonó y Tessa se despidió de Magnus para ir a su clase.

Ya a Magnus no le importaba tener que saltarse una clase, además de que lo primero que hizo fue enviar un mensaje a Lydia y Camille de que había encontrado a Alec y que no entrarían a clases, que por favor le dijeran al profesor que el motivo de su ausencia era que Alec no se sentía bien y que pasarían a la enfermería.

Divisó las macetas al fondo de la terraza y corrió la corta distancia que le faltaba para llegar. Ahí, dándole la espalda y mirando más allá de los barandales, estaba Alec.

Y ahí fue que Magnus no supo qué hacer. ¿Saludar como si nada y ver cómo avanzaba la conversación? ¿Pedir disculpas de golpe y suplicar por una segunda oportunidad?

Bottoms Up! | Malec auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora