Especial Omegaverse 1

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Hola! Bueno, para no generar confusiones, este especial está basado en un universo completamente Alterno de Bottoms Up!, donde el omegaverse existe. 

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Alec desde un principio supo que algo así podía pasar. En retrospectiva, de hecho, la idea de Lydia de esperar hasta el matrimonio ya no parecía tan descabellada. Pero claro, él tenía que ser un cabezota omega que no podía escuchar a su alfa y que, peor aún, la había comenzado a engañar con otro alfa: Magnus Bane.

Y, precisamente, ahora estaba encerrado en el baño de la habitación de ese alfa.

–Alec, cariño, ¿realmente te sientes bien? –escuchó los golpecitos de Magnus desde el otro lado de la puerta–. Aún no huelo las feromonas, pero ¿no será que tu celo volvió a llegar?

–¡Que no! –grito Alec, histérico. Precisamente ese es el problema, pensó, mi celo no volverá a llegar... al menos no en los próximos ocho meses.

Había sido idiota e inocente. No, eso se quedaba corto: había sido el omega más estúpidamente ingenuo que podía pisar la Tierra.

Claro, las primeras veces que se había acostado con Magnus no habían usado preservativos –lo cual ya era bastante estúpido–, porque como Alec nunca había sufrido un celo, su cuerpo claramente no estaba preparado para embarazarse y no corrían el riesgo de hacer un bebé.

–¡Pero piensa en las posibles enfermedades que puede contagiarte, maldito estúpido!

Su mejor amigo, Jonathan, no paraba de repetirle una y otra vez lo estúpido que era por no usar protección, así que ¡hasta lo llevó a una farmacia para comprar condones! Alec nunca olvidaría cómo toda la gente los había mirado, pensando que eran pareja, cuando Jonathan pidió con total descaro una caja de cien condones.

–Haber si con esto evitamos que el idiota de Bane te contagie quién–sabe–qué pendejada.

Sin embargo, una de las tantas noches de viernes en las que Alec se quedó en la casa de Magnus, a Alec le vino su celo por primera vez. Alec aún lo recuerda como si fuera ayer...

~

Hace aproximadamente un mes...

Se encontraba armando su mochila para ir a dormir a casa de Magnus, con su pijama, cepillo de dientes y ropa interior limpia. Aunque no es como que Magnus me permita dormir mucho, pensó con las mejillas enrojecidas.

–Condones –se recordó en voz alta y sacó tres preservativos de la caja que mantenía escondida debajo de su cama, aquella que Jonathan le había obligado a comprar... o que había comprado para él, ya que, ahora que Alec recordaba, su amigo nunca le había cobrado los cuarenta dólares que había costado la caja.

Aún faltaba una hora para que Magnus fuera a buscarlo en su auto, así que aprovechó de darse un buen baño (su cabeza lo había estado matando ese día) y de elegir bien sus ropas. Dentro de las muchísimas cosas que le agradecía a Magnus, era cuando este le hacía "pequeños" presentes: un pantalón, un par de zapatos, chamarras... Oh, y eso sin contar cuando, en más de una ocasión, le había llevado presentes a su familia.

En un principio a ambos les había preocupado que la familia Lightwood se sintiese pasada a llevar al recibir esos regalos, pero Magnus –usando su tan bien practicado don de la palabra– los había logrado convencer de que era lo mínimo que podía hacer, por todas las veces que lo habían recibido en casa, le habían dado de comer y, aunque no lo dijera en voz alta, por ser responsables de crear a alguien tan maravilloso como Alec.

Bottoms Up! | Malec auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora