Alta

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Alec sentía una gigantesca ansiedad por ser al fin libre de las malditas vendas que lo tenían preso de moverse a gusto. La hora del médico era a las dos de la tarde, así que ese día, luego de salir de clases, él y Magnus irían a la clínica donde trabajaba el Dr. Gray para que viera cómo había mejorado su fractura y le diera el alta definitiva.

Así que ese viernes, Alec estuvo muy feliz toda la mañana y es que, además de que era su última mañana de vendas, ese era el último día que Jonathan estaría suspendido por haber golpeado a Jace.

Sí, Alec aún lamentaba que su hermano hubiese sufrido ese ataque, pero también extrañaba a su mejor amigo. Tenía tanto que contarle... Porque sí, lo había llamado por celular para avisarle que ahora Isabelle ya sabía de su relación con Magnus y lo había aceptado. Pero aún no le contaba sobre la experiencia que había tenido con Magnus en las duchas y lo comprensivo que había sido este cuando le había confesado que era virgen. No podía arriesgarse a que alguien en casa o en la escuela lo escuchara contando ese tipo de cosas... no heterosexuales y casi sexuales.

Alec sabía que Jonathan se reiría de él por ser virgen casi teniendo 18, pero a él poco le importaba.

Como la última clase de ese día había sido gimnasia, Alec y Magnus, junto con todos sus compañeros, habían partido a los camerinos para ducharse. Obviamente Alec no debía ducharse porque estaba exento de ejercicio hasta nuevo aviso, pero quería sacarse las ropas deportivas por unas más informales para ir al doctor con Magnus.

–Iré a bañarme –le informó Magnus, sólo con una toalla atada a la cintura–. Espera a que vuelva para ayudarte a cambiarte, ¿sí? No quiero que hagas movimientos bruscos justo el día que se supone te darán el alta.

–De acuerdo –asintió Alec, sonriente.

Y Magnus desapareció camino a las duchas.

–Se preocupa mucho por ti, ¿eh? –escuchó una voz junto a él.

Era Meliorn, quien no parecía estar apurado para ir a ducharse. Y Alec se lo hizo saber.

–No me gusta ducharme cuando están todos ahí –contestó Meliorn a la duda de Alec–. No soporto el olor que se almacena al inicio. Prefiero ir cuando sólo queda el olor a champú y jabón.

Eso provocó un vuelvo en el estómago de Alec.

Las duchas estaban todas juntas, sí, pero se dividían en cubículos individuales donde no se podía ver en su interior. Si bien la semana pasada cuando se había besuqueado con Magnus no se había escuchado ningún sonido de agua caer, Meliorn podría haber estado por los alrededores... ¿no?

–Es gracioso ver al "intocable Magnus Bane" preocupado por alguien más además de sí mismo –dijo Meliorn, volviendo al tema por el cual había comenzado a hablar con Alec–. Del tiempo que llevo conociéndolo, nunca lo había visto así, ni siquiera con Camille.

Y Alec no era capaz de emitir palabra alguna, porque no sabía por qué Meliorn decía todo aquello. Además, hablaba tan despreocupado, sin ninguna mala intención aparente. ¿Está sorprendido de verdad o sospecha algo de mí y Magnus?

–Es un muy buen amigo –contestó Alec, viéndose tranquilo, gracias a dios.

–Me imagino –sonrió Meliorn, sin maldad–. Después de todo, alguien debía hacerse cargo de ti si el diabólico de tu mejor amigo sigue suspendido.

–Ya vuelve el lunes –rió Alec, recordando a Jonathan–. Fueron dos semanas eternas.

–Jonathan debe ser algo así como tu grillo de la buena suerte. Se va y a ti te atropellan.

Bottoms Up! | Malec auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora