Último suspiro

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Cuando subí el capítulo anterior, me di cuenta de que estamos acercándonos cada vez más al final de esta historia (omg). Antes se sentía tan lejano este momento, y ahora lo siento tan cerca...

¿Qué creen que pasará? ¿Final feliz o final triste?

WHO KNOWS

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Las películas de acción eran las favoritas de Magnus. Le fascinaba que, al menos las que él consideraba buenas películas de acción, sabían sorprender con alguna pelea u explosión en el momento menos esperado.

Sí, Magnus amaba las películas de acción...

Pero no en la vida real.

Sólo se descuidó un segundo y ya tenía a Alec sobre Meliorn en el suelo, golpeándolo en el rostro. ¿Desde cuándo Alec sabía pelear tan bien? Meliorn no devolvía los golpes, estaba más concentrado en intentar detener los que le llegaban. Lydia, por su parte, gritaba para que la pelea parara, pero Alec parecía poseído.

–¡Magnus, detenlos! –lloró Lydia, al verlo ahí. Magnus había dejado el escondite y Lydia no parecía cuestionarse el por qué su novio estaba con otro chico en un lugar tan privado.

Sin embargo, Magnus se encontraba congelado. No por miedo a salir golpeado. No por miedo a herir a Alec por un mal movimiento. No. Lo que tenía congelado a Magnus era ver a Alec peleando... ¿por el amor de otra persona? ¿O tal vez simplemente estaba peleando por su orgullo herido? Magnus quería creer en la segunda, pero muy en el fondo de su desolado corazón, sabía que era la primera.

–¡Paren! ¡Alec, para! ¡Lo vas a matar! –gritaba Lydia, intentando detener los brazos de Alec, llevándose sin querer un golpe en la mejilla.

–¡Lydia! –se asustó Alec, alejándose de la chica y de Meliorn.

Lydia sostenía su mejilla, con una expresión de dolor en el rostro. Meliorn seguía en el suelo, ahora de lado, intentando detener la hemorragia de su nariz.

–Yo... Yo... –balbuceaba Alec.

Magnus sintió que era hora de involucrarse.

–Alec, vámonos –lo tiró, intentando guiarlo a las escaleras, pero Alec estaba inmóvil–. Alexander, vámonos.

Como si toda la adrenalina lo hubiese abandonado, Alec se dejó llevar por Magnus, como un zombi. Lo último que alcanzó a ver fue a Lydia agachándose para ayudar a Meliorn.

~

Al despertar, vio que era de tarde. ¿Dónde estaba? No era su cuarto, ni ninguna habitación de su casa. Tampoco era la enfermería de su escuela. Mucho menos la casa de Magnus. A no ser que fuese una habitación que no conozca, después de todo, esa casa parece castillo, pensó. No obstante, el lugar tenía más el aire a un departamento, que a una casa normal.

–Veo que ya despertaste, Rocky –apareció por la puerta Magnus–. ¿Cómo te sientes?

Alec era un revoltijo de emociones en ese momento. Lo último que recordaba era ir bajando las escaleras, con Magnus tomándolo de la mano.

–¡Auch! –se quejó, y es que la cadera derecha le dolía horrores.

–Lo lamento, es mi culpa –se sonrojó Magnus.

–¿Qué...? –soltó impactado–. No me digas... Magnus, tú... ¡prometiste que no lo volverías a hacer mientras duermo! –gritó rojo de vergüenza.

Bottoms Up! | Malec auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora