Desesperanza. Cuando Alec vio la sorpresa en los ojos de Will ante la frase dicha por Lydia, sintió que todo se había ido por el retrete: la relación con Magnus, los nuevos sentimientos que estaba descubriendo... "Lydia Brandwell. Novia de Alec". No había cómo desfigurar tal declaración, era demasiado directa y cierta.
–¡Así que tú eres la famosa Lydia! –exclamó Will, sonriendo como siempre.
Alec suspiró aliviado, aunque sólo en parte. Su compañero lo había cubierto, pero sabía que nada terminaría allí.
Ordenaron lo que tomarían y comerían. Will les cobró e hizo efectivo el descuento que Alec tenía como trabajador. Si bien Lydia tenía la costumbre de no dejar que Alec pagara todo y que cada quien pagara lo suyo, el bolsillo de Alec seguía siendo frágil.
Se sentaron en uno de los sillones de dos cuerpos que había en el centro a conversar mientras consumían sus alimentos. Alec seguía sintiéndose incómodo, aunque lo disimulaba bien. Le gustaban estos momentos que podía compartir con Lydia, pero la mirada de Will sobre él, desde la caja, lo hacía sentir culpable.
¿Culpable? ¿Culpable de qué? Y es que la situación era más bien bizarra. Sabía lo que Will debía estar pensando de él: que estaba engañando a Magnus con Lydia. Gracioso, porque era al revés, pero eso no quitaba el hecho de que fuera un infiel.
En un punto de la tarde, Lydia tuvo que irse, porque sus padres le habían ordenado ir a casa. Alec había tenido todas las intenciones de ir a dejarla, pero el chofer de la familia de Lydia había interrumpido cualquier plan cuando había ido por la chica a la cafetería.
–Alexander Lightwood –escuchó junto a él. Se había quedado sentado en el sillón, esperando la conversación que acababa de llegar–. Sé que sólo somos compañeros de trabajo, pero creo que debes explicaciones, ya que tuve que cubrirte.
–Will –suspiró Alec y vio que el chico ya no traía puesta la ropa de trabajo.
–Mi turno extra ya acabó y dudo que quieras hablar de esto aquí. ¿Nos vamos?
Alec asintió y salieron de la cafetería. Comenzaron a caminar sin un rumbo específico, en un silencio incómodo. Cualquiera que los viera pensaría que eran un par de hermanos que sencillamente no podían llevarse bien.
Un gran parque apareció ante ellos y decidieron sentarse en una de las tantas bancas que había, bajo la cálida luz del sol de invierno.
–Bien, en verdad no tengo idea de qué ocurre en tu vida amorosa y no sé qué preguntarte, así que te dejaré explayarte como gustes –dijo Will.
Soltando todo el aire que mantenía retenido, Alec suspiró.
–Siempre que me refería a que estaba con alguien, me refería a Lydia –comenzó–. Lydia es mi novia oficial. Para ella, Magnus es uno de sus mejores amigos y nosotros sólo somos amigos por coincidencia.
Will se mantenía en silencio, sin mirarlo. Prefería ver la gente pasar y, realmente, Alec se sentía más cómodo así.
–No quiero aburrirte entrando en detalles, pero en resumidas cuentas, Magnus y yo estamos juntos... a espaldas de nuestras novias –confesó Alec.
–Quién lo diría –bufó Will–. Diría que me decepcionas, porque no me lo veía venir de ti, pero en verdad sería hipócrita de mi parte, ya que he hecho cosas peores.
Permanecieron en silencio unos minutos, mirando a los transeúntes.
–¿Y hasta qué punto planean llegar? –preguntó Will, rompiendo el silencio–. ¿Quieren comenzar una relación seria o simplemente es algo basado en sexo?
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Bottoms Up! | Malec au
Любовные романыSe conocieron gracias a sus novias, se hicieron amigos por mera coincidencia. Pero cuando las cosas comienzan a subir de nivel, Alec y Magnus no saben bien qué hacer con los nuevos sentimientos que tienen el uno con el otro. Ser amantes nunca estuvo...