Buenas duchas

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Capítulo dedicado a JLycorisRadiata, ya que gracias a su aporte elegí el nombre de este capítulo y a Dove-25 que dio nombre al capítulo anterior. Ya saben, cualquier petición o idea para la historia, mándenmela por mensaje privado y veremos ( ͡° ͜ʖ ͡°)

Gracias a todos los que participaron dando nombres! Estuvieron muy buenos. Puede que este concurso vuelva a repetirse aquí o en cualquiera de mis otras historias.

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Todo había pasado demasiado rápido como para que Alec lo procesara; un momento estaba molestando a Jonathan junto a Magnus y, al siguiente, estaba a punto de perder su virginidad en una de las duchas de la escuela.

Sí, habían tenido el susto de que uno de sus compañeros había ido a ducharse cuando ellos estaban en pleno acto, pero todo indicaba que no habían sido descubiertos.

–Magnus... ya, cambia... tus dedos por–

Alec había pasado de tener miedo a estar con Magnus a desesperarse por estarlo. Ahora que habían iniciado eso, Alec no quería que terminara.

Los dedos que estaban en su interior lo abandonaron, más no reclamó nada. Él lo había pedido y Magnus sólo estaba cumpliendo sus órdenes.

El agua de la ducha fue cortada por el de ojos rasgados.

–¿No estás cansado? –preguntó Alec, jadeante, preocupado ya que Magnus estaba soportando todo el peso y fuerza que implicaba tener en alto la pierna de Alec.

La respuesta de Magnus nunca llegó, no obstante, lo besó, lo dejó en libertad, oh, pero sólo para voltearlo y colocarlo contra la pared. La piel de Alec se erizó, porque las baldosas a las que su pecho se pegaba están frías.

–Necesito que te relajes en esta parte –le susurró Magnus, tomándolo por la espalda de las caderas, para que su pene rosara la entrada de Alec.

–Dios... –jadeó Alec, agachando la cabeza y cerrando los ojos, nervioso.

–Relajado –recordó Magnus, besando la nuca de Alec–. Dolerá si no te relajas.

–Dolerá de todas formas –atacó Alec, mirándolo con miedo sobre su hombro.

Magnus no supo que decirle. Alec tenía razón: no importaba cuánto lo preparara Magnus, era su primera vez e iba a dolerle, quisieran o no.

Acercó a su pelvis un poco más el trasero de Alec, notando la espalda tensa de este. Era ahora o nunca. Si iba a doler, que doliera el menor tiempo posible.

–¡HIJO DE TUS PUTÍSIMOS PADRES! –gritó Alec, arqueando bruscamente la espalda.

Quizás Magnus no tendría que haber entrado completamente de una sola y dura estocada, pero al menos ya había pasado lo peor... ¿no?

Sh... sh... –intentaba calmar Magnus, pegándose a la espalada de Alec, intentando no moverse aún–. Lo lamento, pequeño. Piensa en esto como cuando quitas una bandita: mientras más rápido mejor.

–Dolió... –susurró Alec, girando su rostro para verlo.

Y Magnus murió de ternura al ver las lágrimas cayendo de los ojos de Alec y el adorable puchero que éste hacía con sus labios. ¿Era sano que le gustase ver a Alec así de vulnerable? ¿Era normal que eso lo excitara aún más?

–Prometo que haremos esto más seguido para que tu cuerpo se vaya acostumbrando –dijo Magnus, besando uno de los hombros de Alec.

–Esa no es la solución que quería escuchar –refunfuñó Alec, pero sonrió cuando uno de los brazos de Magnus lo abrazó por la cintura y su mano se apoyó en su vientre.

Bottoms Up! | Malec auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora