7.

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Han pasado tres días desde que Camila y Héctor se vieron por última vez. Jamás debió bailar así con el, con tanta pasión, algo que se volvía casi íntimo. Después de aquel baile en el que sus labios quedaron a centímetros de distancia ella lo soltó y después de recibir la flor se marchó de inmediato dejando al pobre atrás y sólo. Tal vez huir no fue la mejor opción, sin embargo ya no había vuelta atrás, no podía regresar el tiempo para no hacer tal cosa y que el no se diera cuenta de que si le afecto. Y ahora ¿Que podría hacer? Se sentía tan culpable y más por la chica que tenía sentada frente a ella.

—Camila ¿Estás bien?

—Eh si, si Imelda no te preocupes.

—Que raro, te imaginaba más parlanchina.

—Normalmente hablo de más, pero ahora estoy un poco distraída.

—Bueno, si tienes algún problema puedes contármelo. Para eso salimos, para conocernos mejor y si es posible  apoyarnos.

—Claro, lo se, pero no es nada importante. Aun así gracias por preocuparte. Mejor cuéntame ¿Que sucedió con Héctor?

—Ah Héctor. Me siento muy apenada por lo que paso. Es solo que estaba algo nerviosa y pensé que si le aventaba un reto me vería más increíble frente a el. Nunca imaginé que le ganaría tomando. Y ahora no se como hablarle después de que le dije que no saldríamos de nuevo.

—No te sientas mal, tú solo tratabas de quedar como una chica genial. ¿Pero sabes? deberías hablarlo con el. Creo que está muy esperanzado en que lo harás.

—¿De verás lo crees? —Pregunto animada la pelinegra.

—No lo creo. Estoy segura de que le encantaría.

—De acuerdo, ¡Hablaré con el tan pronto sea posible!

Camila no sabe si hizo bien, pero ahora se siente menos culpable de la situación en la que se envolvió hace pocos días. 

🔹🕊️🔹

Héctor por su parte se siente peor que la muchacha. Hace tres días que no la ve y eso le preocupaba. ¿Se habrá sentido tan incómoda como para haberse alejado así? Al momento del baile no lo parecía, más bien se notaba que lo estaba disfrutando pero todo cambio de un momento a otro. Dejando de lado eso, también estaba lo que él había sentido, no puede negar que tuvo una especie de conexión con ella al bailar y que se sintió muy bien, aún más atraído a su belleza. ¿Será posible que esta muchachita le pueda llegar a gustar?.

El día transcurrió normal, como de costumbre después de trabajar Héctor y Ernesto se retiraron a sus hogares. El joven Rivera estaba a punto de llegar a su hogar, no podía creer a quien tenía frente a su puerta.

—¡Se-señorita Imelda! ¿Que hace usted por acá?

—Hola Héctor. Yo solo quería hablar contigo y disculparme por ese tonto reto que te propuse. La verdad es que creo que eres un gran muchacho.

—No se preocupe, eso podemos dejarlo en el pasado. ¿Ya ve? Esta olvidado. ¿Quien recuerda ese reto? Yo no. —Efectivamente el siempre se ponía nervioso cuando de Imeldita se trataba.

—De acuerdo ¿Que te parece si comenzamos de nuevo?

—¿Me... Esta... Diciendo que podemos salir otra vez?

—Claro que si Héctor, estaré encantada de tener otra cita contigo. ¿Te parece bien el viernes?

—Ese día está perfecto señorita.

—Excelente entonces nos vemos. Y por favor háblame de tu.

—Esta bien... Imelda... Adiós.

La joven se retiró a su hogar con Héctor sacudiendo su mano en el aire, aún cuando ella ya no podía verlo.

🔹🕊️🔹

La palomita ya estaba en su casa, en su cama leyendo un poco, cuando alguien comenzó a lanzar piedritas a la ventana de su dormitorio. Se asomó a la calle topándose con Héctor mirando desde abajo.

—¡Por todos los santos! El está aquí. —Se dijo así misma con la cara más roja que un tomate.

Pero ya no podía ser más una cobarde y ocultarse de el, no señor y menos cuando es uno de sus pocos amigos aquí. Más le valía solucionarlo pronto. Bajo lo más rápido que pudo y abrió la puerta.

—Hola Camí. ¿Me dejas pasar?

—Hola Héctor, claro, adelante.

La joven dio paso a su amigo para que esté pudiese ingresar a su hogar.

—Quiero preguntarte. ¿A caso tú te sentiste mal de bailar conmigo?

—Ay Héctor que te digo, la verdad si.

—¿Por qué? —Pregunto curioso.

—Porque no fue adecuado. Te sentías mal por lo sucedido con Imelda y si ella llegaba a vernos bailar como lo hicimos quizá habría pensado mal. —La joven no miraba a los ojos a su amigo, se encontraba nerviosa recordando con pena el baile.

—Pero chamaca mírame. ¿No te gustó nada? ¿Te incomode a caso? Porque si me permites decirlo. —Tomo el mentón de la joven para que está volteara a verlo a la cara —Jamas había bailado tan increíble con alguien. A mí me encantó.

Camila quedó atónita al escuchar las palabras de su amigo. Trago saliva y entonces hablo.

—Hector.

—Perdón si te incomoda pero yo solo digo la verdad.

—Perdon, perdón por irme y dejarte así. Es solo que como dije antes, yo no quería que la gente lo llegara a malinterpretar. Y bueno, la verdad a mí también me gustó, mucho.

Ahora se encontraba más relajada y féliz de saber que Héctor había disfrutado del baile tanto como ella. Tal vez su mayor incomodidad era pensar que a él no le hubiera gustado.

—¿Lo vez Palomita? Somos una gran pareja de baile. Y ahora que todo está bien quiero saber otra cosa. ¿Tú hablaste con Imelda sobre la cita?

—Si, un poco. De hecho hoy salí con ella ¿Por qué?

Sin más el joven se arrojó a los brazos de su amiga.

—¡Eres genial! Hoy fue a verme a mi casa, no se qué le habrás dicho pero ¡Tendremos otra cita! ¡Y todo Gracias a ti!

Camila no podía con la emoción que su buen amigo mostraba. Todo este asunto de haber hablado con Imelda era para solucionar la incomodidad que había en ella sobre el dichoso baile pero más que aliviarla, ahora parecía molestarle. Aunque no lo dijo y no lo dirá nunca, terminó en ese momentos por admitirlo muy dentro de su ser  y para ella misma. Y es que Camila Martínez, estaba profunda e irrevocablemente celosa.

🔹🕊️🔹

¡Hola!
Gracias por tomarte un tiempo para leer mi novela. 😉 Te pido por favor y si no es mucha molestia comentes y/o votes en la historia. Me servirá mucho para saber si te está gustando y mejorar algunos aspectos. 🌸🏵️😃

Muchas gracias. 😚🌹

La Palomita de Santa Cecilia [Fanfic Coco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora