La Palomita de Santa Cecilia [Fanfic Coco]

4.

Como lo quiso, Héctor llegó puntual a la casa de la Dama. Tocó la puerta siendo recibido por dos hermanos gemelos que parecían un poco intimidantes.

-Buenas tardes -Saludo amablemente. -Mi nombre es Hector y vengo por la señorita Imelda.

-Felipe. Un gusto.

-Oscar. Somos los hermanos de Imeldita. Y queremos decirte unas cuantas cosas.

Ambos muchachos miraban seriamente a Héctor. Óscarsin aún soltarlo de su agarre. Héctor se pudo más nervioso.

-Como es posible que... ¡Imelda aceptara por fin una cita!

-¡Felicidades Compadre! Debes ser alguna clase de brujo para que algo así pasará.

-Pero ven pasa y espera dentro de la casa.

Héctor se relajó un poco al ver lo amables y relajados que habían resultado los hermanos de Imelda.

-¿Te gustaría un tequila en lo que esperas? -Ofreció Óscar.

-¡No será necesario!

Los tres voltearon hacia la escalera que es de donde provenía la voz que se negó y de ella bajo una Imelda aún más arreglada que de costumbre, con un vestido azul rey muy bonito que marcaba sus curvas. El primero en Impresionarse más fue Hector, estaba realmente embobado con la dama.

-Imelda... qué linda estás.

-Muchas gracias Héctor. Bueno, vamos que se hará tarde.

La pareja salió de la casa con Óscar y Felipe detrás deseándoles suerte. Y vaya que Héctor la iba a necesitar.

🔹🕊️🔹

Camila tomo dirección rumbo a casa de Ernesto, estando frente a la puerta tocó, siendo recibida por este mismo.

-Camila Hola, no esperaba encontrarte a ti frente a mi puerta. ¿Quieres pasar? -Pregunto cortésmente el muchacho.

-Hola Ernesto de hecho vengo a visitarte ya que es Sábado por la noche y Héctor salió con Imelda entonces no tengo con quien estar.

-Ya veo. ¿Entonces soy tu plato de segunda mesa? Eso sí me duele señorita.

-Oh Ernesto no lo tomes así. De hecho no conozco aun a nadie más que a ustedes 3 en el pueblo. Podría haberme quedado en casa leyendo o salir sola pero preferí venir a verte. Además así nos podemos conocer mejor.

-¿Sabes que? Tienes razón Palomita entonces solo tomaré mi saco y saldremos por ahí. ¿Que te parece?

-¡Excelente! -Contesto entusiasmada la muchacha.

Ahora ambos caminaban por el parque, hablando un poco y conociendose otro tanto.

-Ah ya veo. Entonces tú mamá era de Málaga España y por eso tus rasgos son algo diferentes.

-Asi es. Mi mamá conoció a mi papá en uno de sus viajes a México y pues el amor fue inevitable. Soy mitad española y mitad Mexicana. Aunque llegué a viajar de pequeña a la ciudad de mi madre siempre me ha gustado más aquí.

-Entiendo. Y esque México es sin igual. Su cultura, sus tradiciones. Todo aquí es maravilloso y siempre es bueno. Por ejemplo aquí en el pueblo es muy difícil que alguien te trate mal o sea un delincuente. Ya que todos nos conocemos y nos cuidamos como si fuésemos una gran familia. Y ahora también tú eres parte de ella.

-Gracias Ernesto, espero que la gente me acepte a pesar de ser algo diferente.

-Aquí la gente no discrimina, aquí enseñamos a todos a aceptarnos como somos Palomita.

-Ahora que lo repites, ¿Por qué me llamas así?

-Ah, ¿No te enteraste? Desde tu acto de ayer en las audiciones. Cantaste tan bien que Héctor y yo llegamos a escuchar a algunas personas llamarte así. La Palomita.

-¿De verdad? Yo jamás había tenido un apodo.

-No te preocupes, no es un apodo malo. Se refiere a lo bello de tu canto. Porque realmente tienes una hermosa voz.

El muchacho miro de frente a su acompañante, con la poca luz del ambiente sus ojos le parecieron más hermosos. Estaba comenzando a gustarle la tal palomita.

-Te agradezco el cumplido Ernesto. Pero desde que llegué tengo ganas de probar el tequila de aquí. ¿Por qué no vamos a un bar?

La muchacha interrumpió el cortejo de Ernesto, le parecía que era un hombre muy interesante, incluso muy dulce pero no sentia ninguna clase de atracción por el. Ernesto gustoso acepto y llevo a la joven al bar al que acostumbraba ir los fines de semana con Héctor. Lo que no imaginaban es que al entrar al lugar se llevarían una gran sorpresa.

-Mira nadamás lo que nos encontramos. Héctor e Imelda en el mismo lugar que nosotros.