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-Y eso fue lo que sucedió. La dejé ir sin más.

Decía Héctor sosteniendo el tarro con cerveza mientras bebía de su contenido.

-Estas perdido amigo.

-¿Quién deja ir a una mujer como esa?

-¿Sabes que ahora mismo es la sensación de este pueblo?

Decía el resto de los muchachos de la carpintería, tratando de hacerle ver que cometió un error al no corresponder a esa mujer.

-Ya, déjenlo -El dueño de aquella taberna intervino.-Muchacho, ¿Estás diciendo que seguiste a esa Dama hasta acá solo porque la viste ir otro hombre?

-Si

-¿Y te emborrachaste porque ambos estaban muy acaramelados?

-Si

-¿Y más de una vez han estado a punto de besarse?

-¡Si!

-Mijo, eso definitivamente es amor.

-¿Qué? Claro que no señor, yo solo me preocupe demasiado por ella y ahora estamos confundiendo las cosas. -Héctor trataba de excusarse con los hombres frente a el.

-Definitivamente lo es Héctor.

-Si eso no es amor, no sé qué podría serlo.

¡No lo podía creer! Dos de ellos estaban apollando completamente la idea de que el podría estar sintiendo algo más.

-Están muy equivocados, además aún me siento muy dolido por el fracaso de mi última relación.

El joven no puedo evitar agachar la mirada frente al pensamiento que había cruzado su mente, esa mujer a la cual amo con locura lo había traicionado y de la peor manera posible. Los tres amigos y el dueño del lugar notaron la tristeza que aún embargaba al joven Rivera. Se notaba a kilómetros que realmente me ataca dolido y quizá era verdad que el no tenía interés en ninguna otra mujer de momento, sin embargo eso no era lo que pensaba del todo el buen señor.

-Héctor dime, ¿Que sucedió exactamente con tu última novia?

El joven se quedó callado, recordar verdaderamente le afectaba como si el dolor tuviese solo minutos de haberse provocado.

-Descuida, no tienes que darme detalles, quizá fui muy imprudente.

Por un momento el joven se congelo, aún así decidió contar aquella historia.

-Cuando mi mejor amigo y yo comenzamos un dueto, acudíamos a bares y eventos a tocar de vez en cuando. Y entonces en uno de ellos la vi, Imelda era chica de mis sueños. Era hermosa y autosuficiente, no necesitaba de nadie para defenderse y eso me enamoró.

-¿Y te acercaste a ella?

-Jamas pude, siempre tuve temor de ser rechazado, me limité a saludarla cada vez que la veía y así fue durante un año. Entonces apareció ella, Camila se acercó un día a saludarla y le dijo que yo moría por tener una cita.

-Y ella, ¿Acepto?

-Dijo que si. Salimos un par de veces y entonces me le declaré, todo fue increíble duramos algunas semanas de novios, hasta que supe que se metió con mi mejor amigo.

-¿Qué?, ¿Esa niña Imelda se metió con tu amigo?. -Sin querer los muchachos carpinteros escucharon la conversación que Héctor mantenía con el barman.

El hombre se limitó a darles una mirada de enojo para que continuarán en lo suyo, Héctor se deprimió al recordarlo, que ni siquiera les presto atención.

La Palomita de Santa Cecilia [Fanfic Coco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora