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Héctor siguió sigilosamente la camioneta durante una larga y extensa hora. Cada vez se alejan más del pueblo. Ahora han parado frente a una cafetería y los dos han bajado. Él, muy cortésmente le ha tendido la mano al salir de la camioneta y ella le ha regalado una sonrisa como agradecimiento. Ya han entrado al lugar, se sientan y al parecer están ordenando. Mientras más indaga en el asunto menos le gusta la situación. Pasa el tiempo demasiado lento para su gusto, la pareja no sale de la cafetería, lo más sorprendente es que Héctor ha permanecido todo ese tiempo dentro de la camioneta y mirando hacia su dirección, recargado en el respaldo del piloto, con los pies sobre el volante, jugando con algún objeto que encontró en el vehículo pasándolo de una mano a otra, tratando de evitar el estrés. Si, está molesto. Pero ¿Qué es lo que le molesta realmente? Claro, Camila es una joven muy bella y cualquiera caería a sus pies y Carlos es un hombre y según las mujeres es uno atractivo, no es mala persona pero por tal razón se ha hecho fama de rompecorazones. Pobre Camila, no va a aguantar una doble decepción amorosa pero... ¿Quién dijo que así sucedería? Tal vez Carlos no tiene intenciones de rechazarla. Héctor tiene miles de preguntas para ellos dos y no, no está de acuerdo, no aprueba que Cami tenga una relación con ese hombre. No cuando sabe que de quién está enamorada es de él. No lo podría permitir. De un momento a otro está asombrado y preocupado por lo que acaba de pensar y queda en estado de shock.

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-Muchas gracias por el desayuno Carlos. Estuvo delicioso.

-No agradezcas, es lo menos que podía hacer para agradecerte el favor que nos harás a mi padre y a mi -Respondió Carlos regresando la sonrisa amable y ciertamente era una de esas sonrisas que estaba reservada solo para las mujeres, una sonrisa que mata de amor. Camila ahora está sonrojada, por lo que ha decidido cambiar de tema.

-¿Me dijiste que habrá el doble personas de las que había en las audiciones?

-Asi es. ¿Te sientes nerviosa por ello?

-Un poco. Jamás he cantado frente a tanta gente.

-Descuida, lo harás muy bien -Contestó él de forma agradable. Posó su mano encima de la de ella, demostrando su apoyo.

-Gracias. -Mostró una bella sonrisa. -¿Podemos irnos? Quisiera comenzar a ensayar lo más pronto posible.

Carlos se levantó de su asiento y se dispuso a sacar dinero para pagar la cuenta.

-Has venido practicando la canción todo el camino. Que te parece si mejor te llevo a probar el mejor pulque que jamás imaginaste.

De camino a la salida por alguna extraña razón, quizá por nervios Camila tropezó, sin embargo los brazos de Carlos la tomaron antes de tocar el suelo. Ambos permanecieron abrazados, mirándose por largos segundos hasta que ella se alejó.

-Disculpame. Yo no me fije. Pero mientras más pronto lleguemos será mejor y asi no cometeré errores y alejaré los nervios de mi.

-Descuida. La mejor forma de curarte esos nervios es llevandote a beber algo. Te aseguro que te va a relajar.

Salieron de local y entonces emprendieron nuevamente su camino. A una hora más se encontraba aquella pulquería de la que el muchacho hablo y definitivamente fue mejor acudir a ella. El pulque estaba bueno, cosa que Camila jamás había probado, pero le gusto y se prometió a sí misma entre risas y mareos que volvería a ese lugar. Los dos jóvenes pasaron el tiempo charlando de si mismos acompañados de la deliciosa bebida que sin duda relajó a la palomita, pero la tarde caería pronto y tenían que llegar lo antes posible.

-Bueno, llegamos, te dejaré aquí yo tengo que arreglar algunas cosas pero volveré para la cena, toma todo lo que necesites.

Y entonces Carlos estacionó la camioneta y emprendió camino al orfanato a pie, de ahí quedaba a unas cuántas cuadras. Debía asegurarse que todo estaba listo y que seguía en pie el número de Camila.

🔹🕊️🔹

El joven Rivera ha continuado su camino, por un momento había perdido de vista la camioneta pero preguntando logró dar con ella una vez más. Ha entrado en una avenida y para su suerte la camioneta que busca está justamente estacionada frente a sus ojos en el patio de una casa, la reconoce por el color, el modelo y las placas que grabó en su memoria durante las casi dos horas de almuerzo, ahora baja y se dirige a la puerta. Tiene un par de cosas que decirle a esos dos.

Camila ha tomado un baño y una merecida siesta después de su largo viaje, se siente ahora mucho más relajada hasta que un ruido fuera la saco de sus pensamientos. Un golpe, definitivamente fue un golpe afuera. Se acerco a la ventana para ver quien o qué podría ser. No veía a nadie pero volvió a dar un brinco al escuchar el ruido proveniente de la puerta principal. Tomó todo el valor posible y entonces abrió llevandose consigo una inesperada sorpresa.

-¡Héctor! ¿Qué haces aquí?

-¿Quién? ¿Yo? -Preguntó él riendo. No señorita, tú eres la que no debería estar aquí. ¿No te da vergüenza salir con tu propio jefe? Y a escondidas.

Camila no comprendía el hecho de Que Héctor le estuviese hablando así. Estaba desconcertada. Pero su duda fue resuelta al ver una botella de cerveza a medio tomar en la mano del joven.

-Estas borracho. No voy a hablar contigo en este estado. Lo mejor será que regreses a casa, después hablaremos

Estaba dispuesta a cerrar la puerta pero el aún no perdía los sentidos del todo, al darse cuenta de que tendría la puerta estampada en la cara detuvo a la muchachita.

-¡No he terminado contigo! ¿Por qué no me lo dijiste? Ya no me quieres ¿Cierto?

Respondio dolido. Ella estaba parada frente a él sin saber que responderle. Lo cierto es que la pregunta la tomo por sorpresa.

-Ahora lo entiendo todo. Como te rechacé vas en busca de un nuevo hombre. Que decepción.

-¿Perdona? -Finalmente salió algo de su boca.

- Yo pensé que no te rendirías tan fácilmente. Que tu si podías querer de verdad pese a los obstáculos. Pero veo que no. Eres igual que Imelda, o quizá peor.

¿Es enserio? ¿De verdad la ha comparado con la situación de Imelda? No es posible, el no sabe nada, no sabe porque ella se encuentra en ese lugar y sin embargo solo está ahí borracho acusándola de cosas que no son. Pero no va a hablar, ahora no es el momento, no en ese estado así que sin más se limita a entrar a la casa cerrando lentamente la puerta. Una lágrima corre por su mejilla pero no se tiraría al valle de lágrimas solo por esto, por el comentario de un hombre medio borracho y quizá dolido. Ya después hablaría con el, por ahora, el show debe continuar.

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¡Nuevo capítulo!
El trabajo, el gimnasio y el anime y manga de Nanatsu no taizai han consumido mi tiempo las últimas semanas. ❤️ Pero tengo un deber aquí y voy a cumplir lo que prometo.

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Bye.
😚🌹

La Palomita de Santa Cecilia [Fanfic Coco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora