Sembrando un campo de ilusiones

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- ¡Por fin llegamos!

- ¡Teddiursa!

Tras atravesar el bosque e incluir un nuevo Pokémon al equipo, Honoka y Alisa finalmente habían llegado a su destino. La primera batalla de gimnasio estaba a la vuelta de la esquina.

- Ahora vayamos al gimnasio. Pronto tendré mi primera medalla.

- La verdad..., me gustaría recorrer el lugar primero. Es mi primera vez aquí.

- Pero...

- Por favor, Honoka-san.

El plan de la pelijengibre era el siguiente: luchar, ganar y después seguir su ruta hacia Kotori y Umi. Sin embargo, la rubia tenía sus propios deseos. Era verdad que Honoka de vez en cuando podía ser un poco egoísta, pero procuraba no serlo cuando se trataba de cosas grandes o de los deseos de la gente.

- De acuerdo. Demos una vuelta -dijo con una sonrisa sincera.

- ¡Harasho!

- ¡Teddiursa! -se quejó el Pokémon.

- Tranquilo, pequeño. Después iremos al gimnasio, ¿sí?

- Ursa -dijo haciendo un berrinche.

(...)

- ¿Qué habría pasado si hubiese sido más egoísta? De seguro ahora estaría viajando con Kotori-chan y Umi-chan. Pero ellas tenían ganas de dejar el pueblo e iniciarse como entrenadoras cuanto antes: no podía cortarles las alas.

Honoka recordaba con nostalgia cuando sus mejores amigas dejaron Pueblo Faitodayo. Si bien una persona puede empezar a ser entrenador desde los diez años, Kotori y Umi lo hicieron a los trece. El motivo: Honoka.

(...)

Tres años antes

- Honoka, sé que dijimos que te esperaríamos, pero ya llevamos haciéndolo tres años y Kotori y yo queremos iniciar nuestro viaje pronto. No quiero sonar dura, pero nos estás retrasando.

- ... Lo sé, Umi-chan, créeme que lo sé. Es solo que mis padres dicen que debo encargarme de los asuntos de la tienda y que no estoy lista para viajar aún. ¿Podrían esperarme un poco más?

- ¿Cuánto más?

- ... No lo sé.

- ¿Lo ves? Siempre la misma respuesta. Ya llevamos tres años escuchando eso.

- Honoka-chan..., yo sí estoy dispuesta a esperarte, pero...

Los ojos de Kotori mostraban tristeza; ella nunca se atrevería a decirlo en voz alta, pero estaba de acuerdo con Umi. No obstante eso, todavía tenía la esperanza de que las tres pudiesen viajar juntas como habían planeado.

- Kotori-chan...

- Honoka, no uses a Kotori como tu tabla de salvación. La profesora Minami entregará Pokémon a los novatos la próxima semana y ambas queremos estar ahí. Si no te apareces el día de la entrega, nos iremos sin ti.

El ultimátum fue un mazazo para la ojiazul. Sus dos mejores amigas, sus hermanas no sanguíneas, estaban a punto de dejarla sola después de varios años de juegos y camaradería.

- Debo tratar de convencer a mis padres otra vez. Si fallo...

Empezaba a sentir la tristeza en su alma.

- No, lo lograré. Me aseguraré de lograrlo.

(...)

A pesar de intentarlo, los esfuerzos de Honoka terminaron siendo inútiles. Sus padres nuevamente le negaron la posibilidad de viajar con Kotori y Umi.

Love Live: En busca de la maestraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora