Ciudad Nanisore, una de las urbes más importantes de la región Otonokizaka. Si había algo a lo que le debía su fama, era al enorme hospital que tenía, siempre a la vanguardia en lo referente a tratamientos médicos. No solo eso: el edificio también tenía a su disposición el centro Pokémon más grande de la región, por lo que entrenadores de todas partes iban allí para que sus Pokémon recibieran los mejores cuidados posibles.
A cargo de todo estaba el doctor Nishikino, jefe de médicos, enfermeras y enfermeras Joy. Era sumamente respetado por todos sus subordinados, así como también por sus pacientes. Sin embargo, para los aspirantes a participar en la Liga Pokémon era un escollo a vencer, pues el doctor era nada más y nada menos que el líder del gimnasio Nanisore... hasta hacía seis meses.
Aparte del hospital y el centro Pokémon, el gigantesco edificio era sede del gimnasio de la ciudad, el cual se ubicaba justo en el sótano. Por supuesto, los Pokémon que participaban en los combates eran admitidos inmediatamente después de estos en el centro para que las enfermeras Joy se hicieran cargo de ellos. Pero volviendo al tema del líder de gimnasio en sí, el doctor había abandonado su puesto para, según él, abocarse a las labores administrativas del recinto, dejando a su única hija, Maki, como la nueva líder.
El cambio de mano se notó de inmediato.
Una vez en su nueva posición, la pelirroja decidió modificar la especialización del gimnasio, pasando de ser tipo acero, el tipo que empleaba el doctor, a tipo fuego, el que usaba ella. Muchos oponentes, confiados por el hecho de que los Pokémon de fuego presentaban mayores debilidades que los de acero, no la tomaban en serio, lo cual resultaba ser un craso error. Al igual que Eli en ciudad Harasho, la Princesa Escarlata, como se la empezó a llamar, demostró ser sumamente despiadada con los rivales; ganar la medalla del gimnasio Nanisore siguió siendo un reto difícil a pesar de los cambios.
Fuera de su labor de líder, sin embargo, Maki demostraba un lado un poco más suave. Tenía planeado convertirse en una doctora Pokémon, por lo que estudiaba mucho sobre estos y los mejores tratamientos para aplicarles cuando sufrían problemas de salud. Sus padres la ayudaban también y la dejaban encargarse de procedimientos sencillos en el centro Pokémon, algo para lo que ella mostraba capacidad.
Solo había una cosa que le molestaba a Maki sobre su situación, algo que para muchos entrenadores podría parecer poco, pero que para ella se relacionaba con su orgullo como líder: nunca había podido derrotar a su padre en una batalla. Él fue quien le enseñó lo que sabía sobre Pokémon y le estaba muy agradecida por eso, pero en el fondo, quería demostrarle y demostrarse a sí misma lo buena que era, y la única manera que le parecía apropiada era venciendo a su progenitor y mentor. Lo que más le molestaba de todo aquello era que sus Pokémon tenían ventaja de tipo sobre los de él, y aun así sus esfuerzos eran insuficientes.
Decidida a anotar un punto a su favor en el marcador, un día se dispuso tener una sesión de práctica a solas en el gimnasio. En el camino se encontró con Eriko, una enfermera que solía actuar como réferi cuando había batallas oficiales y ejercía como su asistente principal.
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Love Live: En busca de la maestra
FanfictionUna historia sobre Honoka, una nueva entrenadora Pokémon, y su viaje por la región Otonokizaka.