Que germine la semilla

512 41 2
                                    

Había llegado el día. Tras mucho esperarlo y desearlo, Honoka por fin tendría su primera batalla de gimnasio, y tenía plena confianza en que saldría airosa de aquel reto.

- Teddiursa, hoy ganaremos nuestra primera medalla. ¡Faito dayo!

- ¡Teddiursa!

Casi como una señal de buena suerte, el sol brillaba con fuerza en el cielo.

- Honoka-san, ¿no crees que te estás confiando mucho? Hanayo-san es una líder de gimnasio; no será fácil vencerla. Además, los Pokémon planta pueden ser muy problemáticos en manos de un entrenador experimentado.

- Podremos lidiar con eso.

- ¡Teddiursa!

- Mmm, dudo que Hanayo-san sea una oponente sencilla. Mi onee-chan decía que muchos de sus oponentes se dejaron llevar por su apariencia tranquila al principio y terminaron derrotados con facilidad. Ojalá este no sea el caso.

Mientras las chicas se dirigían al gimnasio, la figura misteriosa salía del centro Pokémon. Se las había arreglado para que Honoka no supiera de su presencia, y ahora se disponía a seguirla.

- Ya casi, ya casi.

(...)

- Bienvenidas. Hanayo-san las está esperando.

- Gracias, Yurika-chan.

Honoka y Alisa fueron guiadas por Yurika al fondo del invernadero, donde la líder de gimnasio aguardaba. Teddiursa, al igual que el día anterior, veía las hortalizas con ojos de hambre, pero el fuerte agarre de su entrenadora impidió que se escapara e hiciera de las suyas.

Hanayo ya se encontraba en el campo de batalla. Se veía tranquila y dispuesta a combatir.

- Sean bienvenidas al gimnasio de ciudad Tasukete -saludó con suavidad mientras hacía una ligera reverencia-. Esperaba su llegada.

- Hola, Hanayo-chan -respondió Honoka-. Estoy lista para combatir.

- Se nota -señaló la castaña soltando una pequeña risita-. Alisa-chan, los espectadores deben ponerse detrás de la valla.

- De acuerdo -dijo la rubia mientras se dirigía al lugar señalado. Ya en su sitio, sacó a Iney de su Pokébola para que viera el combate con ella.

Ambas entrenadoras se pusieron en posición. La pelijengibre mostraba pasión y determinación en su mirada, mientras que la de lentes se mantenía sumamente serena.

- Yurika-chan, explícale las reglas a la retadora.

- Como mande, Hanayo-san. Este es un duelo de gimnasio oficial y válido por una Medalla Tallo. Ambas entrenadoras podrán usar un máximo de dos Pokémon y la batalla terminará cuando los dos Pokémon de alguna de ellas sean incapaces de continuar. No se permiten las sustituciones.

- ¿Quedó todo claro, Honoka-chan?

- Como el agua, Hanayo-chan.

- Muy bien, ahora veamos cómo enfrentarás a mis Pokémon planta. Me agradas y todo, y te agradezco por ayudarme ayer, pero no pienses que será sencillo derrotarme. ¡Este es mi gimnasio y aquí me doy a respetar! ¡Si quieres la medalla, tendrás que ganártela dándome todo lo que tengas!

Honoka no se esperaba que Hanayo tuviera un lado tan entusiasta en su personalidad. Su tranquilo yo contrastaba con lo que estaba viendo: alguien que parecía emocionarse con las batallas y que no pensaba perder bajo ninguna circunstancia.

Love Live: En busca de la maestraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora