Capítulo 11: Eres hermosa.
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Harriet Fitcher
Una vez depilada, con piel suave, cabello brilloso y la ropa puesta, además de un bolso con un bikini; estaba totalmente lista para ir a esa fiesta en la piscina.
Me miré frente al espejo y decidí cambiar las zapatillas que Neferit me había buscado, las cambié por unas que se amarraban hasta las rodillas. Me coloqué los lentes de sol y tomé el bolso para salir de la habitación
—¡Estas hermosísima! —el grito de Neferit me sobresaltó pero de igual manera sonreí.
—Gracias ¿Me llevas? —ella asintió y luego bajamos las escaleras para dirigirnos hacia su auto.
Una vez dentro le di la dirección y mientras conducía ella iba dándome consejos para sentirme más segura y pasar una estancia más amena, además de que me aconsejó que no bebiera tanto.
Cuando llegamos a la casa me bajé del auto después de darle un beso en la mejilla. Caminé hasta el portón y toqué el timbre, el portón se abrió automáticamente y yo entré para escuchar como el auto de Neferit arrancaba. Cuando llegué a la entrada una mujer de unos 40 años me abrió la puerta.
—Hola, nena. La fiesta esta atrás. Pasa con confianza —le sonreí a la señora y pasé.
Caminé por la hermosa sala hasta la cocina y una pared de cristal me dejaba ver todo lo que pasaba en el patio. No habían tantas personas, sin embargo habían más de 10 y para mi eso era mucho. La música se escuchaba bajita y eso me gustaba.
Me armé de valor para entrar al patio, pero antes lo observé un poco más. La piscina estaba después de una extensión de césped, alrededor de esta habían muebles de piscina muy bonitos, además de que un bonito camino de piedras te llevaba hasta donde estaban. La piscina era grande y de una forma circular muy llamativa. Arboles rodeaban el patio aislándolo un poco de los demás vecinos.
Suspiré una vez más y me acerqué a la puerta de cristal para empujarla hacia un lado, cruzar y volver a cerrarla. Los consejos que Neferit me dio no me sirvieron de nada, pues estaba muy nerviosa y para nada confiada en mi misma. Cuando todos esos pares de ojos se clavaron en mi mis manos comenzaron a temblar.
—¡Harriet! —chillaron Nick y Alex al unísono. Corrieron hasta mi y me abrazaron.
—Hola, chicos —ellos me soltaron y empezaron a literalmente arrastrarme hasta donde estaban las demás personas.
—No es necesario —me quejé, pero no me hicieron caso. Creo que presentían que me iría si me soltaban.
—Estas nerviosa y tienes miedo, eres hermosa y causaras buena impresión, lo sé —las palabras de motivación de Nick me sirvieron para limpiarme el trasero.
Una vez llegamos al lugar en donde estaban casi todas las personas me sentía aún más nerviosa. No dejaban de mirarme y era extraño.
—Nunca había visto unos ojos verdes tan oscuros —una chica muy linda se acercó a mi y me abrió los ojos colocando sus manos en mi cara —son enormes —¿Y esta loca?
—Trixie, la estas asustando, suéltala —la chica morena que parecía un modelo me soltó mientras refunfuñaba.
Miré a todos lados y me encontré con Mia, esta venía caminando hacia mi con un bikini violeta que resaltaba muchísimo.
—No sabía que los conocías —asentí y ella me dio un beso en la mejilla.
—¿Cómo te llamas, preciosura? —la tal Trixie tenia un bikini color blanco que resaltaba demasiado su piel morena además de que le quedaba de en muerte con su cuerpo de modelo.

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Morticia
JugendliteraturLa vida para muchas personas es una completa montaña rusa llena de emociones nuevas y diferentes día tras día. Para mí era más una casa del terror, mientras más te adentrabas en ella más misterios y secretos colgaban de cada lugar. Pero en algún mom...