29 | No está muerta.

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Capítulo 29: No está muerta.

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Harriet Fitcher

Se Podría decir que me encontraba bien, a salvo en un lugar donde era intocable. Pero muy dentro de mi no me sentía bien. Quería que esto acabara de una vez por todas, pero la situación solo se alargaba más y más cada día, pues cada día que pasaban sin encontrar a Darius era un día más que se agregaba a mi estadía en la casa de seguridad.

La comisaria Analía había ayudado mucho. Había dejado su casa para venir todas las noches aquí cuando salía del trabajo. Según ella yo le había dado el caso de su vida y lo menos que podía hacer por mi era mejorar un poco mi situación.

Se encargaba de traerme materiales para dibujar, además de que llevaba y traía mis clases casi todos los días. Cenábamos y desayunábamos juntas y por lo general ella me ayudaba a arreglar mi cabello los fines de semana que solía tener libres. Se había encerrado tanto o más que yo gracias a esta situación.

Decir que no extrañaba cosas de mi antigua vida sería una mentira, me hacían falta mis hermanos y los amigos que había hecho. Aunque Jazmín me mandaba cartas continuamente cuando me enviaba las clases con Analía. Ella resultó ser indispensable en mi vida, algo que nunca hubiese imaginado.

A veces me enviaba fotos que tomaba de los chicos en la cafetería, pero principalmente de Sergey y estas las observaba con una sonrisa triste, porque él era tal vez, la persona que más extrañaba del exterior.

Me dejé caer en el sofá soltando las hojas que sostenía. Estaba estudiando algunas cosas del alemán que se me dificultaban, ya que iban a comenzar los exámenes finales y aunque no sabía cómo los tomaría, debía estudiar para estar preparada.

El teléfono que me había dado Analía para comunicarme con ella comenzó a sonar y yo rápidamente me levanté de mi lugar para tomarlo.

De seguro era para preguntarme que quería de cenar.

—¿Sí? —dije en cuanto contesté.

—Se que no ves la televisión, pero debes encenderla —su voz se escuchaba algo agitada y me pregunté que sucedía, ayer no había venido a dormir porque tenía mucho trabajo y ahora su voz sonaba algo agobiada.

Sin pensarlo mucho me acerqué hasta el control y encendí la TV.

—¿Qué canal? —pregunté.

—Esta en todos los canales locales.

Puse uno cualquiera y las noticias de último momento estaban pasando.

—El caso que ha tenido a la ciudad revuelta desde hace tres meses trajo consigo una sorpresa más —comentó una mujer sentada en un escritorio —Darius Ficher se entregó ayer a la policía declarándose culpable del delito que se le acusaba y de otros más que según nos informaron eran de casos no resueltos hacía dieciocho años y es de nada más ni nada menos que del caso de la señora Dayana Fitcher la cual fue acusada de desfalco y lavado de activos, nunca se logró apresar a Dayana Fitcher ya que ella salió del país antes de poder ser apresada. Este asunto había quedado en el olvido hasta que Darius Fitcher entregó pruebas que limpiaban su nombre y acusó directamente a su padre de haber cometido los crímenes y haber inculpado a su madre Dayana para luego hacerla pasar por muerta frente a toda su familia.

Me senté de golpe en el sofá aún con el teléfono junto a mi oído.

—Tu madre no está muerta —escuché la voz de Analía del otro lado del teléfono —ya casi llego a casa.

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