6 | ¿El qué y a quién?

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Capítulo 6: ¿El qué y a quién?

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Harriet Fitcher

—Esos chicos con los que estabas en el almuerzo ¿Quiénes son? —me preguntó Neferit mientras me ayudaba a preparar la cena.

—Unos nuevos que conocí hoy, la chica comparte clases conmigo —asintió.

—Son lindos —admitió y yo sonreí.

—Sobre todo uno que tiene ojos de colores —sonreí sin poder evitarlo —¿te gusta?

—¿El qué y a quién? —la voz de Darius detrás de nosotras me hizo temblar.

—Hablo de los ojos bicolores, ya sabes esos que cambian de color dependiendo de las emociones —explicó Nefer a Darius.

—¿La cena esta lista? —preguntó ignorando el tema.

—Si, ya casi —dijo Nefer.

Darius salió de la cocina y Nefer y yo no volvimos a hablar, solo nos dedicamos a servir la comida en los platos para luego llevarla al comedor.

Por primera vez en mucho tiempo cené amenamente en el comedor con mis hermanos, papá no había llegado y eso me hacía muy feliz, porque de estar él aquí yo no estaría sentada en esta mesa..

—Enserio que no se que hacías con ese idiota —me dijo Calix.

—Estaba en esa mesa por la chica, ella y yo compartimos clases —dije bajito.

—El tipo tropezó conmigo en el pasillo y casi me golpea, ¿puedes creerlo? —se hizo el indignado.

—¿Estas seguro de que no fuiste tu quién lo empujó? —pregunté riendo, él se encogió de hombros.

—Esta bien, si fue mi culpa —y echamos a reír, excepto Darius quien había terminado de cenar.

—Yo me iré a mi habitación, chicos. Estoy muy cansado —todos asentimos y seguimos charlando hasta que tuve que ir a fregar los trastes, pero esta vez quienes lo hicieron fueron Eros y Calix mientras que yo estaba sentada en la isla de la cocina preguntándoles acerca de sus vidas y novias.

Luego de terminar con la cocina me fui a mi habitación, pues ya estaba tarde y mañana había escuela. Cuando entré en ella todo estaba oscuro y antes de que pudiera encender la luz alguien me tomó del cuello haciendo que yo soltara un pequeño chillido. Me pegó de la pared y empezó a apretar mi cuello.

—Si me entero de que estas teniendo algo con otro hombre te va a salir muy caro, Harriet —estaba respirando con dificultad y él solo apretaba más el agarre.

—No... estoy... saliendo... con... na-nadie...

—Eso espero, de lo contrario ya sabes lo que te espera.

—Me ahogas —dije en un susurro ahogado.

Él me soltó y caí de bruces al piso respirando erráticamente mientras tocia como pez fuera del agua, me retorcí en el piso hasta que había recuperado por completo mi respiración. Escuché como la puerta de mi habitación se cerraba y algunas lágrimas de frustración salieron de mis ojos. Maldito infeliz.

Me levanté despacio y caminé hacia el interruptor, luego lo encendí y camine hacia el baño con pasos lentos. Me despoje de mi ropa y luego me di una ducha rápida para luego secar mi cuerpo, ponerme mi piyama y acostarme a dormir, no sin antes haber cerrado la puerta con seguro. Después de todo el día si terminó bien, fue lo ultimo que pensé, entonces me dormí con una sonrisa en el rostro.

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