—Pix, no es lo que tú crees.
—Dua, por favor, vi todo.
—¿Nos estabas espiando?
—No—alargó esa "o" para que la hiciera más creíble.
—Estábamos en consulta de ginecología, la tenía que revisar—corregí.
—Sólo estábamos teniendo un poco de sexo.
La chica alta estaba mirando seria a su amiga. Parecía una escena de celos entre pareja. Eso no.
—El problema es que, lo estaban haciendo en mi cama.
—Le dije que podíamos hacerlo en la barra del desayunador—intenté excusar y la chica que tenía el cabello castaño me miró sorprendida.
—Creí que iba a ser sólo una noche.
Negué y señalé hacia el refrigerador color plata.
—Con Dua todo el día... ¿tienen jugo? ¿O algo de leche?
—Hay leche de almendras.
—Perfecto, una de mis favoritas, ¿puedo tomar un poco?
—Sí, adelante.
Me dirigí a la cocina mientras discutían, desde el pasillo estaba admirando el sensual cuerpo de Dua mientras se vestía.
Tuve sexo con una diosa. Me desmayo.
Bebí un poco de leche. Ellas continuaron hablando y otra chica llegó al departamento. Mi miró como si no esperara mi presencia.
¿Acaso Dua nunca presenta a sus conquistas?
—Hola, ¡sorpresa!
—Hola, ¿está Dua?
—Sí, está en su habitación discutiendo con su esposa.
—¿Esposa?
—Pix.
—Aaah—rió un poco y dejó algunas bolsas en la cocina—¿por qué discuten?
—Porque nos encontró en una situación divertida... disculpa, ¿a Dua cómo le gusta su café?
—A Dua no le gusta el café—su amiga me respondió desde la alacena, estaba bajando una caja de cereal.
—Gracias ser todopoderoso, me salvé—cerré los ojos y sonreí antes de ver a la chica llegar a mi lado.
—¿Por qué lo dices?
—Es que, a mí tampoco me gusta el café y... soy pésima para preparar uno.
—Le gusta los licuados, batidos, malteadas...
—Creo que puedo con eso.
Pobre ilusa Hallie. Agradece que Frank estaba a tu lado o ese desastre hubiera terminado en mega desastre.