—Hallie, ¿y a qué te dedicas?—el padre de Dua parecía cada vez más curioso. Me agrada.
—A la industria de whiskey.
—¿Eres empresaria?
—En la mayor parte del tiempo, pero prefiero ser admiradora de Dua.
El señor y la señora Lipa rieron, y continuaron cerca del asado. Mi atención tenía que apartarse de la ropa de Dua. ¿Por qué eres así?
—¿Cuáles son tus intenciones con mi hija?
—Darle... —el papá de Dua comenzó a tener un ataque de tos. Y la chica presionó mi mano con la suya.
Señor, usted me preguntó.
—Hall.
—...amor, darle mucho amor a Dua.
Los amigos de Dua continuaron celebrando con Julian.
—Hallie, ¿quieres más vino?
—No, gracias, tengo algunos planes para la noche y debo conducir—besé los labios de Dua y en ese momento me olvidé de todo. Besa perfecto. Besa dulce. Besa ardiente. Todo lo hace bien.
—Cariño...
Uff agradezco que me detuviera.
En el jardín trasero de la casa llegó una pareja con una niña, la pequeña inmediatamente corrió hacia Dua.
—Tía, tía...¡abrazo!
Dua se arrodillo y abrazó a la pequeña niña. Demasiado adorable, no puedo con tanto.
—Cariño, saluda a tía Hallie.
La pequeña me miró y extendió sus brazos hacia mí. Ay, ya tengo una sobrina.
—¡Abrazo!
—Ven aquí pequeña—la cargué entre mis brazos. Creo que si pesa un poco, bueno, mucho en verdad. No me debo de quejar, Dua pesa más, mucho más.
Sus manos comenzaron a jugar con el collar que llevaba. Auch, me ahorca.
—Bebé, tengo una idea.
—¿Cuál cariño?—Dua tenía una sonrisa de diosa. Su brazo me estaba sujetando en la cintura.
—Aw, mira sus manos, es una lindura...—besé las pequeñas manos de la niña y miré a Dua—perdón, me distraje bebé, te decía que...¿qué te decía?
—Que tenías una idea.
Sus manos acariciaron mi cabello y lo noté. Que sostengan a la pequeña niña, y a mí también. Dua me está mirando demasiado directo.
—Eeh...bebé, me encanta tu mirada—suspiré—te decía que, podemos ir a Hollywood Sign, como me pediste esa noche.
—¿De verdad? Espera cariño, ¿Cuándo te lo pedí?
—Cuando consumiste ese dibujito de banana...—vi su rostro confundido. No lo recuerda.— Va a ser divertido... Por cierto, ¿cómo se llama esta pequeña princesa?
—Louise.
—Bien Lou, ¿quieres acompañar a la tía Hallie a comer galletas?—la niña me estaba mirando con una sonrisa.
—Siiii
Presionó mi cara con sus manos y pareció divertirle mi desesperación.
—¿Vas a robarle galletas a mi hermano?
—Sí, vi esas galletas en la cocina, ¿quieres acompañarnos?—besé su mejilla. La pequeña Lou me estaba viendo. A ella igual le di un beso en la mejilla.
—Después las acompaño...Hall, no te metas en problemas, mi hermano después va a buscar sus galletas.
—Lo recompensaré con un paseo en el auto antes de irnos.
Dua sonrió y me regresó varios besos cortos en la mejilla, moví un poco mi rostro para que su último beso terminara sobre mis labios.
—Ya regreso con Lou, hola, adiós—sostuve la mano de Louise y la agité un poco para que saludara.
La bajé para que caminara un poco y sostuve su mano.
—Vamos Lou, las galletas nos esperan.