La fogata en la playa continuaba y los chicos estaban hablando de historias absurdas.
Dua estaba a mi lado. Fumando.
-Bebé, ¿me das un beso?
Ella giró un poco hacia mí, sostuvo mi barbilla con su mano libre y me besó. Una chica llegó detrás de nosotras.
-Chicas, Norah ya llegó, ¿quieren acompañarnos en su yate?
-Creo que estamos bien aquí. Gracias.
Dua me miró, no esperaba mi respuesta. La amiga de Norah lo notó.
-¿Tú si quieres acompañarnos? Va a ser divertido.
Abracé a Dua y le dejé un beso en la mejilla.
-Mira la estrella del horizonte, puede brillar tanto como...-intenté distraerla.
-¿Van a pensarlo?-la chica rubia insistió. Vi que sujetara la mano de Dua. Oh no, eso no.
Aparté su mano y abracé más a Dua.
-¿Qué pasa Hallie?
-Bebé, ¿me acompañarías a dar un paseo por la orilla de la playa?
-Hall...
-¿Si?
Asintió en silencio. No comprendía nada. Le dejé un beso más en la mejilla.
Avancé con ella por el borde del agua, sin liberar su mano de la mía. El viento era fresco. Me siento libre con ella.
-Cariño, ¿por qué no querías ir?
-Norah hace ciertas cosas en su yate y no quería que estuvieras ahí.
-¿Qué cosas?
-Folla con los que quiere... Demasiado explícito. Y tú le gustas.
-¿Cómo sabes eso?
-La lámpara mágica me lo dijo, además, ¿a quién no le gustarías?
Ella me miró.
-Envió a su amiga-la zorra-para algo especial. Y no quiero que te hagan daño.
-Hallie, ven aquí.
Me abrazó. Me besó. Y regresamos a la fogata con los chicos.
Cuando nos acercamos, Tyler ya estaba ahí, con otros dos chicos. Uno de ellos, el de ojos verdes, no dejaba de ver a Dua.
-Hola a todos-saludé para regresar la atención.
-Hallie, Dua, les presento a mis amigos, Isaac y Matt-Tyler los presentó como trofeos.
Así que, el chico que no deja de ver a Dua se llama Isaac.
Nos saludaron y terminamos hablando con los demás acerca de los planes para el inicio de semana. Matt se perdió por ahí. Isaac se quedó junto a nosotras, o mejor dicho, junto a Dua.
El chico seguía hipnotizado.
-¿Y cuál auto tienes?
-Tengo un Mustang.
-¿Cuál modelo?
-¿Sabes de autos?-por su tono me dejó claro qué tipo de persona era.
Sonreí.
-¿Y a qué te dedicas?
-Soy entrenador personal-miró a Dua-y hace algunos meses inicié con un restaurante de comida inglesa. Soy chef profesional.
Yo creo que mejor ahorramos lo de "profesional" y le dejamos con chef.
-¿Me permites?-le pedí a una chica la botella de vodka.
Dua me estaba mirando. Isaac la miraba a ella.
Levanté la botella.
-¡Chicos, oficialmente tenemos al chef de las fiestas!
Miraron al chico que señalaba, ellos respondieron con ánimo para Isaac y regresé la botella.
-Bienvenido.
-Supongo que gracias.
Supones bien.
Después de estar ahí por más tiempo, vi que el chico se acercara de nuevo a Dua.
Y comenzaron a hablar.