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Llegué al departamento de Dua. Hoy Frank había abierto la puerta. Ahora me encontraba en la sala.

—¿Y...no ha regresado del trabajo?

—No, seguro se detuvo en la tienda.

Hablé con Frank por un par de horas más mientras preparaba la cena. Eran las 10 y Dua no había regresado a casa.

—Debería salir a buscarla, ¿y si se perdió?

—Si te vas, seguro igual te pierdes, mejor espera.

Transcurrió media hora más y ya no pude esperar más.

—Ya es tarde, saldré a buscarla.

—Hallie, seguro que se fue con Pixie a algún lugar. Tal vez a uno de esos cumpleaños que olvido siempre. 

—No me dijo nada.

—Tal vez se le olvidó o fue improvisado.

El reloj marcó las 11:10. Tic toc, oh no. ¿Dua, en dónde estás?

Busqué mis llaves y salí a buscarla. Frank se quedó en el departamento. Me había asegurado que, si llegaba Dua a casa, me avisaría.

La ciudad es maravillosa, pero mi frustración no tanto.

De pronto mi teléfono comenzó a recibir la llamada.

—¿Si?

—Hallie, Dua ya llegó a casa.

Respiré de nuevo.

—Bien, en unos minutos estoy por ahí.

—Hallie...creo que no es necesario, ella está bien, Pixie estaba con Dua. ¿Te parece si vienes a verla mañana temprano?

Asentí.

—Mañana nos vemos—no podía terminar la llamada—Eh, ¿Frank? ¿Podrías decirle a Dua que tenga lindos sueños y que me gustaría estar con ella?

—Yo le digo.

—Creo que eso es todo. Lo demás no puedo decirlo porque es censurado.

Escuché que riera un poco.

—Buenas noches Hallie.

—Buenas noches Frank.

Termina la llamada y subo por la carretera en dirección a la colina.

La ciudad está a mis pies.

He sacado un cigarrillo para dejarlo en mis labios. Esos son los cigarrillos favoritos de Dua.
 
—Estoy enamorada.

Lo repito en mi mente varias veces más.

Se lo digo a la ciudad. Se lo digo a mis padres. Se lo digo al cielo. Se lo digo al mismo infierno. Se lo digo a ella, mi ángel.

En la mañana siguiente, me dirijo a la casa de Dua.

Frank abre la puerta.

—Hallie, adelante, estás en casa.

Cuando entro, Dua está bebiendo algo que parece café pero no es café. Cuando me ve, sonríe.

—Hallie, cariño, ven.

—Te ves hermosa.

—Estoy en pijama.

—Te ves más hermosa.

Tomo un beso de sus labios y saludo a Pixie. Ella si está bebiendo café.

—Mañana hay una fiesta en casa... Y están invitadas. Las esperaré por ahí.

—Cada fin de semana tienes fiesta.

—Pix...—Dua buscó silenciar a su amiga. Yo reí porque era verdad.

—Es reunión nocturna.

Bebí un poco del vaso de Dua. ¿Qué demonios es eso?

—Hall, cariño, ¿me acompañarías a caminar?

Acepté al instante.

the hills › dua lipaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora