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—Nena, permíteme verte bailar.

Su mano se desliza por la mía hasta alejarse, y contengo la respiración. Quiero tocarla de nuevo.

Ella camina hacia el escenario. Es ella y esa manera de mover sus caderas de un lado a otro. Tiene un trasero perfecto.

Bebé, quiero que me sostengas en tu cuerpo.

Sus manos acarician el metal y juega a deslizarse en él. Es un baile de ella, exclusivo para mí.

—Cariño, mírame, mírame y no te detengas.

Ella me llama. Su voz terminó de arrastrame. Estoy en el suelo.

Las curvas que forma con su cuerpo se convierten en más ardientes, provocadoras. Te deseo.

Y de pronto ella comienza a tocarse. Acaricia su abdomen, acaricia sus senos, acaricia su cuello y mantiene los ojos cerrados. Lo está disfrutando.

¿Estás pensando en mí?

Sus labios se presionan como si contuviera un gemido de placer, un placer propio. Todo se torna erótico. Completamente sexual.

Nena, ¿qué haces conmigo?

Ella sube, juega con mi vista y provoca un incendio entre mis piernas. Sabe hacerlo.

La iluminación es escasa para traicionar a mi mente, pero puedo verla moverse entre la oscuridad. Quiero ser todo lo que toca.

Muerdo mi labio cuando veo cómo baja, abre las piernas y baja más, abre esas malditas piernas como si esperára tenerme entre sus caderas.

Quiero saltar de mi asiento y hacerla mía en el suelo, pero ella se arrastra y puedo ver como descubre más su cuerpo.

—Nena, lo haces bien... Sígue bailando, sígue haciéndolo.

Sonríe, juega con su cabello desordenado y se arrodilla frente a mí. Me está mirando, me está arrancando la ropa con esa jodida mirada.

Mueve sus caderas como si yo estuviera debajo de ella. Se descubre el pecho y se lleva un dedo a la boca. Quiero que me tenga de esa manera entre sus labios. 

Cierro los ojos y escucho su tacones. Está caminando hacia mí. Es mi fin, voy a morir.

—Cariño, feliz cumpleaños—besa mis labios mientras sujeta mi barbilla. La presión de sus dedos me sostiene por más tiempo.

—¿Sabías que todos los días cumplo años?

Escucho su risa suave y baja por mi cuello, con besos llenos de calma y lujuria. Su lengua prueba mi piel. Está sentada encima de mí, me tiene como ella desea.

the hills › dua lipaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora