Me detuve en la entrada del trabajo de Dua. Bip, bip. El gruñido del motor se apagó. Estoy en la tienda de discos en al norte de Beverly Hills.
Algunas personas en el lugar se detuvieron a mirarme. No me toquen, soy famosa. Bueno, en realidad no, no me miraban a mí directamente sino a mi auto de nueva edición.
Cuando entré a la tienda, Dua estaba detrás de la caja de compra. Se ve tan sexy con su uniforme. Me acerqué y la saludé.
—Bebé, ¿me acompañas a dar un paseo?
—Hall, cariño, tengo trabajo.
—Te pago el resto del día, ¿vamos?
—No es por el pago, mi jefe nos está viendo.
Giré hacia el lugar donde su mirada se clavaba. El hombre serio con barba de Santa Claus nos observaba.
—Hola, amigo, te queda bien esa...cabellera rubia.
—Dua está en horario de trabajo, no de visitas.
Caminé hasta él y le sonreí. No podía ser difícil.
—Hallie Daniel's, encantada—. Extendí mi mano para saludarlo, el me respondió molesto.— Sé que la chica linda de ahí está trabajando, pero quisiera dar un paseo con ella en el auto nuevo.
—Espera a su hora de salida.
—¿Por favor?
—No, si quieres llevarla, espera hasta las 6 de la tarde.
El hombre con barba se fue. ¿Jo jo jo? Me senté cerca de la repisa donde estaban los discos de vinilo. Cielos, hay demasiado arte aquí.
—Oye, baja de ahí—. El jefe parecía ogro gruñón.
—¿Quiere un café?
—No, sólo baja de ese lugar.
—Bueno...—me dejé caer de nuevo al suelo. Y me distraje viendo discos por los pasillos.—¿Señor, aquí venden golosinas?
—Pregúntale a Dua, ella está a cargo de la tienda. Yo ahora sólo te superviso aquí.
—Tranquilo, no voy a quemar su tienda... Creo, ¿tiene fuego aquí?
—Si vas a fumar, es afuera.
—No, no voy a fumar.
Me acerqué al mostrador donde estaban las golosinas de colores. Compré gomitas con forma de ositos, M&M's y dos golosinas con dulce de leche.
—Bebé, ¿quieres comerte al señor oso?
—Hallie...
—Abre la boca—ella lo hizo y le di un gomita roja. —Esas son mis favoritas.
—Sabor fresa.
—Como tus labios—. Miré a nuestro alrededor. No estaba el brujo malvado. Y besé a Dua.
—Hallie, ¿por qué separas los M&M's?
—Es por el orden en que los pienso comer, están por colores, ¿cuál te gustaría probar primero?
—Uno azul.
—Perfecto, como el nuevo auto.
—¿Compraste otro?
—Sí, tenía un poco de ahorros y utilicé otro poco de emergencia, luego lo recupero... te va a encantar, es azul océano eléctrico. Un huracán.
Cuando marcaron las 6, ya estaba sujetando la mano de Dua para salir de la tienda.
—No es cierto.
—¿Qué?
—Hallie, ¿te compraste un Lamborghini?
—Sí bebé, ¿te gusta?