Sex Note (Parte 10)

7.7K 189 84
                                    




— A clase. —dice mi madre a través de la puerta, despertándome del plácido descanso en el que me encontraba.

— Voy. —respondo con un suspiro sentándome en el borde de la cama, frotándome la cara con sueño.

Ayer me pasé todo el día haciendo planes y experimentando con la God Note, descubriendo nuevas cosas de la mágica libreta. Puedo controlar a personas sin que me escuchen directamente, cosa que probé por teléfono, pero en cambio no puedo conseguir que la gente haga cosas que vayan más allá de su potestad, como dormirse en menos de 30 segundos... Pero desde luego el mejor descubrimiento fue que puedo usar hojas arrancadas de la God Note, por lo que no tendré que arriesgarme a ir con ella a todos lados.

Antes de irme a dormir, recorté una hoja y las transformé con grapas en una pequeña libretita que me cabe en la palma de la mano. Lo sé, es un poco cutre para un objeto mágico, pero me será mucho más útil tanto para que los demás no se den tanta cuenta, como para proteger la fuente de mi poder. A partir de ahora dejaré la libreta bien guardada y usaré esta pequeña libretita, para las órdenes.

*******

— ¿Qué es eso que tenías que hacer ayer con tanta prisa? —pregunta Cristina mientras como cada dia en el descanso estamos debajo de un árbol apartado, le pelirroja recostada en éste y yo abrazado a Ana con la cabeza apoyada en sus piernas.

— Varias cosas. —respondo separándome de los labios de Ana para alzar la mirada y observar sus ojos verdes—. Básicamente conseguir dinero, probar los límites de mi poder y hacer los preparativos para este fin de semana.

— ¿Preparativos? —contesta la pelirroja con el ceño fruncido.

— Este fin de semana os voy a secuestrar en la suite de un hotel y os follaré hasta hartarme. —digo provocando sus ojos en blanco y una risa de Ana—. He tenido que preparar una excusa para mi madre, el hotel, etc.

— Me pongo cachonda solo de pensarlo. —gime Ana colando su mano en mis pantalones y mordiéndome el labio antes de besarme.

— ¿Puedes parar al menos en el instituto? Se supone que yo soy su novia. —protesta con el ceño fruncido Cristina.

— ¿Y qué más te da que piensen los demás? En unas semanas dejarás de verles. —responde la castaña agarrándome la polla dentro de mis pantalones. Desde luego ella es más zorra que Cristina, a mi no me engaña, ella lo hace por placer y no por deber...

— Deja de fingir que estás enamorada de él, anda. —comenta la pelirroja.

— ¿Fingir? Yo no finjo ni los orgasmos, no como tú. —contesta la castaña dándome un nuevo beso—. Me gusta, estoy enamorada de él, de su poder y de su tremenda polla.

— Eso es estar encaprichada, no enamorada. —escupe Cristina.

— Pues anda que tú sabrás mucho de amor. —se burla Ana—. ¿No será que también estás enamorada de él y estás celosa de que prefiera manosearme a mí?

— ¿Qué prefiere manosearte a ti? Más quisieras, eres simplemente su juguete nuevo y ya está. —dice Cristina con altanería—. Le gusta más tocarme el culo, que esas tetas de vaca que tienes.

— ¿A quién llamas tetas de vaca? —responde con el ceño fruncido Ana—. Culo gordo.

— ¿Qué he dicho de las peleas? —corto con firmeza. Tratar con las dos es como estar en medio de una guerra constante...

— ¿Cuál de las dos es tu favorita? —pregunta Cristina acariciándome el rostro sonriente—. Tu putita, ¿a que sí?

— ¿A qué prefieres a tu perrita? —contesta Ana masturbándome bajo la ropa.

Sex NoteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora