Sex Note (Parte 17)

4.8K 146 39
                                    

           

Escuchando aún la película de fondo, mi atención se concentra en jugar con la lengua de Laura, a la cual tengo aprisionada bajo mi cuerpo mientras le devoro la boca con agradecimiento de la mamada que me ha regalado hace unos minutos. Con lo cortada que es para estos temas, agradezco mucho su esfuerzo...

— ¿No ves? Te he dicho que habría dejado la tarjeta bajo la puerta. —oigo que murmura la voz de Cristina abriendo la puerta de la suite, haciendo que separe mis labios de los de Laura para levantar la mirada y verla entrar a ella junto a Ana y un par de maletas.

— ¿Ya ha comenzado la orgía? —pregunta Ana al verme encima de mi gatita, provocando que cansinamente me ponga en pie para recibirlas y deje a Laura acomodarse.

— Eso será más tarde, de noche. —respondo riendo a la vez que las veo dejar su equipaje a un lado.

— ¿Sólo por la noche? —contesta con una mueca Ana—. Para el cumple de Cristina montaste una orgía todo el día.

— No, yo le regalé un dia de completa libertad con mi poder. —le rectifico recordando la celebración de hace un par de semanas—. Ella fue la que quiso usarlo para montar una orgía.

— En fin, felicidades. —dice Ana acercándose a darme un beso y aprovechando para restregarse un poco. Vaya ninfómana me busqué...

— Gracias. —respondo con una sonrisa.

— Felicidades Lyon. —repite Cristina dándome también un beso.

— Gracias. —repito sonriente mientras enarco una ceja al ver a Ana olfatear el aire—. ¿Qué haces?

— Me has mentido, has dicho que no habías hecho nada y aquí noto un leve aroma a semen. —protesta Ana haciendo que ponga los ojos en blanco. Joder con su olfato...

— ¿Qué eres ahora? ¿Un perro policía? —me burlo dándole un azote antes de dejarme caer en el sofá de nuevo riendo.

— No, soy tu perrita. —contesta la castaña sentándose encima de mí y comenzando a restregarse sin vergüenza, ganándose una mirada de desaprobación de Laura—. Y tu perrita está cachonda y con ganas de que la folles.

— Y me parece muy bien, pero aún no. —respondo riendo, aunque los excitantes movimientos de cadera de Ana me están despertando de nuevo la libido—. Ya es hora de ir a cenar a algún lado.

— Ya iremos después. —insiste la castaña con suplica, jadeándome en los labios—. Mira cómo me tienes.

Relamiéndome inconscientemente los labios, su mano agarra la mía para arrastrarla dentro de sus pantalones, obligándome a notar la tremenda humedad que impregna su ropa interior. Sin poderlo evitar, mi mano esquiva la fina tela para tocar su mojado coño, empezando a masturbarla para placer de mi perrita, que me gime al oído.

— ¿Y esto? —pregunto con el morbo por la nubes cuando mi mano se desliza un poco más de lo normal y contacta con un familiar objeto en su trasero.

— Tu regalo de cumpleaños. —contesta Ana sonriendo perversamente—. ¿Quieres probarlo ya?

— ¿Tú también? —pregunto a Cristina sin poder ocultar la emoción de mi voz al poder tener esos dos culos para mi esta noche.

— Mi regalo no es un simple anal. —responde la pelirroja desilusionándome un poco pero atrayendo mi atención. ¿Qué me va a regalar?

— ¿Simple anal? Puede que tú lo tengas más abierto que una ventana en verano, pero yo no. —se burla Ana con una mirada de suficiencia—. En mi culo no han entrado más de cinco hombres, y seguro que lo va a disfrutar más que lo que sea que le regales.

Sex NoteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora