Sex Note

Sex Note (Parte 13)

Despertándome por el ruido que oigo en el salón, me revuelvo en la cama frotándome los ojos, viendo que Cristina ya no está a mi lado y que por la luz que entra por la ventana ya debe ser mediodía. Levantándome de la mullida cama me acerco a la maleta, sacando de dentro un bóxer y poniéndomelo antes de ir al salón.

— ¿Qué pasa aquí? —pregunto a Laura, la cual está sentada en el sofá con un portátil nuevo entre sus piernas, ignorando a las dos chicas de su espalda.

— La perra ha comenzado enseñándole la ropa que se ha comprado, y no sé cómo han acabado discutiendo de haber quién es más puta. —contesta la morena centrando sus hermosos ojos en mí, algo sorprendida de verme únicamente en ropa interior.

— A saber... —suspiro agotado acercándome a esas dos que apenas han notado mi presencia, enfrascadas en su discusión. Por suerte les separa una mesa que si no...

— ¡Claro que sí! Anda y vete a chupársela al equipo de futbol, que parece que con el de baloncesto no tuviste suficiente z...

— ¡Basta ya! —digo levantando por primera vez a voz con ellas—. ¿No puedo ni descansar tranquilo sin que discutáis?

— Hostia que susto. —responde Cristina agarrándose el pecho del sobresalto—. Ha comenzado ella y...

— Me da igual quien haya comenzado, las dos sois igual de culpables. —contesto notando la cara de preocupación de las dos por mi enfado—. No pido que os llevéis bien pero al menos, ¿no podéis aguantaros sin peleas ni discusiones? ¿No podéis estar tranquilas como Laura?

— Pero es que...

— Me gusta esa cierta competitividad que tenéis por mi aprecio, pero estoy harto de tener que frenar disputas entre vosotras. —protesto con un suspiro exasperado.

— ¿Pero por qué tuvo que ser ella? Hay muchas perras cal... —comienza a decir Cristina.

— Me da igual, me gusta y te tienes que aguantar. —respondo con contundencia—. ¿No se supone que erais amigas? Pues al menos soportaros, ¿entendido?

— Entendido. —contesta Cristina con mala cara.

— ¿Entendido? —repito mirando a la castaña.

— Sí. —asiente Ana con un suspiro y con la misma mala cara—. Vaya dictador...

— Daros un beso. —ordeno agarrando una silla y sentándome.

— Ni de coña. —protesta Cristina mirándome como si estuviera loco.

— ¿Besarla? No v...

— No es una petición, es una orden. —digo cabreado ganándome miradas de reproche.

— ¿En la boca? —pregunta la pelirroja con el ceño fruncido—. Ya te dije que no soy lesbiana.

— Dijiste que no te iban las mujeres pero que no les hacías un asco si llegaba el caso. —le rectifico con los brazos cruzados—. Así que dale un beso.

— Pero llegado el caso, no con ella. —protesta nuevamente la pelirroja.

— Hacedlo. —exijo con rostro serio, haciendo que se miren entre con odio y preocupación—. Ya.

— Hijo de puta. —murmura Cristina con el ceño fruncido rodeando la mesa para quedarse delante de Ana, que tiene la misma cara—. Espero que te hayas lavado los dientes...

— Lo mismo te digo. —contesta con cara de asco la castaña.

Después de unos momentos de indecisión, finalmente ambas se echan hacia adelante y juntan sus labios apenas un par de segundos antes de separarse para verme, haciendo que levante una ceja.