Sex Note

Sex Note (Parte 12)

Despertándome lentamente ante los movimientos de la persona entre mis brazos, que inútilmente intenta escapar sin que me dé cuenta de mi abrazo, retengo con fuerza a Laura volviendo a pegar su pequeño cuerpo contra el mio, sintiendo su desnudez bajo las sábanas.

— ¿Qué quieres desayunar, gatita? —pregunto sonriente cuando sus asustadizos y hermosos ojos azules se giran para mirarme.

— ¿Por qué me llamas gatita? —responde con el ceño algo fruncido.

— ¿A ti que te parece? —comento divertido desviando mis ojos hacia uno de sus arañazos en mi hombro.

— Perdón. —contesta avergonzada Laura—. Pero me llamabas gatita antes de lo de anoche.

— Te llamo así porque eres pequeña, hermosa y con un carácter bastante agresivo. —digo dándole un beso—. Como un gatito.

— ¿Y lo de putita y perrita? —pregunta con curiosidad refiriéndose a los apodos de Cristina y Ana.

— Lo de putita se le ocurrió a Cristina. —contesto dándole pequeños picos—. Y lo de Ana, es porque es más viciosa que una perra en celo.

— Visto así, me gusta el mío. —dice Laura haciéndome reír.

— Me alegro. —respondo mirando el techo de la habitación.

— ¿Puedo ducharme? —pregunta la morena haciendo que la libere de mi abrazo.

— No me tienes que pedir permiso para todo, eres libre mientras no diga lo contrario. —contesto dándole un beso.

— ¿Puedes girarte? —me pide algo vergonzosa Laura—. Tengo la ropa en la mochila.

— No, tienes que acostumbrarte a estar desnuda para mí. —niego sonriente haciéndola sufrir—. Además que ya te vi sin ropa anoche.

— Pero ahora no estamos a oscuras, me da reparo. —protesta la pequeña.

— ¿Por qué? Eres hermosísima. —pregunto acariciando su cuerpo por debajo de la sábana, dándole un suave beso en los labios.

— ¿A ti no te incomoda que otra persona te vea desnudo? —dice la morena, haciendo que niegue con la cabeza y me destape, mostrándole mi desnudez.

— Estoy seguro de mí mismo, y más con vosotras. —murmuro con seriedad.

— Ya, pero tu porque tienes algo de lo que presumir. —se queja algo avergonzada Laura, mirando de reojo mi polla.

— Y tú también. —argumento destapándola, haciendo que se tape ligeramente con las manos—. No te tapes, a mí me encanta tu cuerpo.

— Me dijiste que serías sincero. —protesta la morena intentando volver a taparse con la sábana.

— Y lo soy. —digo algo molesto levantándome y ubicándome encima de ella, sujetándole las manos a cada lado de su cabeza.

— Soy pequeñita, apenas tengo pecho, ni el culo que tiene Cristina. —se queja removiéndose.

— Pues a mí me gusta, eres preciosa. —replico aprisionando entre mis labios uno de sus pezones—. Además, el culo de Cristina es único.

— Pero es eso, todos tenéis algo de lo que estar orgulloso menos yo. —contesta la morena con el ceño fruncido—. Cristina su culo además de un cuerpo envidiable, Ana más de lo mismo y tiene una delantera espectacular, y tú tienes... Bueno, lo que tienes ahí.

— Tú tienes unos ojazos que me atrapan, una carita de ángel que podría enamorarme, tu pequeño cuerpecito de hada, con tus lindos pechos. —murmuro besándola—. Así que no quiero que te avergüences, ¿entendido?