Sex Note (Parte 16)

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— Por fin. —murmuro al despertarme con un sonrisa, mirando el calendario de encima de mi escritorio donde tengo marcado el dia de hoy en rojo. Por fin soy legalmente adulto, por fin voy a poder comenzar a ejecutar mis planes.

           

Poniéndome en pie, me estiro sonriente mientras tacho con un rotulador el día que marca mi cumpleaños. Agarrando algo de ropa del armario, me meto en el baño para darme una larga ducha escuchando a mi madre de fondo por la casa.

— Felicidades hijo. —dice mi madre dándome un abrazo cuando un cuarto de hora después salgo de mi habitación para ir a comer algo, ya que me he levantado bastante tarde.

— Gracias mamá. —respondo rompiendo el abrazo unos segundos después para ver en su cara bastante emoción. Desde que se enteró que me marcho, se ha puesto muy sensible y cariñosa. Supongo que no se esperaba que su hijo se fuera tan pronto de casa...

— Ven, vamos a comer. —contesta mi madre casi arrastrándome a la cocina, donde me deja ver todo un repertorio de mis platos preferidos encima de la mesa—. Te he preparado todo lo que te gusta.

— Gracias mamá. —repito dándole un beso en la mejilla y ocupando el asiento que me indica.

— Aún no me creo que te vayas a ir tan pronto, ¿no podías esperar algunas semanas más después de tu cumpleaños? —me recrimina mi madre sentándose al otro lado de la mesa para verme devorar literalmente la comida.

— Ya te dije que no puedo, no depende de mí. —comento con una mueca. Para dejarme una vía de escape en caso de que quiera volver por aquí, le conté a mi madre una historia convincente de porqué voy a desaparecer.

Ella cree que iré a un país extranjero con un amigo para vivir nuevas experiencias, en el cual subsistiré trabajando a medio tiempo en una empresa de su familia. Desde luego a ella no le parece bien que no siga estudiando, pero ya le he dejado claro que es lo que quiero hacer, y puesto que soy mayor de edad no puede evitarlo. Aunque supongo que cuando esa empresa imaginaria empiece a crecer, y su hijo sea un puesto alto y bien remunerado en ella, no le parecerá tan mala idea...

— ¿Pero qué harás con Ana? —continua mi madre con mala cara.

— Mamá, ya lo he hablado con ella. —respondo suspirando interiormente de que intente usar a mi novia falsa como recurso para que me quede—. En cuanto ahorre un poco y me instale la llevaré conmigo, ella también está ahorrando y preparándose para ir.

El resto de la comida se la pasa intentando retrasar lo inevitable hasta que, con un suspiro y asumiendo mi marcha, comienza a preguntarme si lo tengo todo listo para el viaje y a recordarme cosas que hacer en la nueva casa donde viva.

— ¿Sí? —digo cuando mi teléfono suena en el bolsillo, teniendo que dejar el tenedor para responder ante la mala cara de mi madre.

— Soy Laura. —responde la morena—. Me habías dicho que te llamara cuando terminara de recoger mis cosas.

— Sí, sí, perdona. —contesto mirando el ceño fruncido de mi madre—. Ahora iré, agarro el equipaje y voy.

— Vale, pues... Hasta ahora. —murmura Laura.

— Hasta ahora. —repito colgando el teléfono.

— ¿Dónde vas ahora con el equipaje? ¿No te vas mañana? —pregunta mi madre viéndome retomar la comida con mayor velocidad, terminándome el plato rápidamente.

— No, no, el avión sale hoy por la noche, y había quedado con Ana para pasar la tarde con ella. —miento viendo la mala cara de mi progenitora cuando me levanto de la mesa.

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