"Dejame sola"
"No hagas esto"
"Estoy embarazada"
"Te amo"
"Deja de seguirme"
"Creo que me enamoré"
"Dejame amarte"
"Acepto"
"Esto no esta bien"
"No necesito tu ayuda"
"Soy un desastre"
"¿Porque a mi?"
"No quiero volv...
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Carmella entra a su departamento bastante temprano esa mañana, la rubia había pasado toda la noche con el pelinegro.
Ambos se habían quedado dormidos en el muelle de Brooklyn, mirando a la ciudad de Manhattan.
Mella había enloquecido al darse cuanta que el sol comenzaba a salir y había matado del susto a Baron al golpearlo fuertemente en el hombro para que despertara.
Ahora mismo, el aroma a bacon, huevos y café inundaron las fosas nasales de la fémina.
Con cuidado, la pelirrubia hace su camino a la cocina, revelando a su primo bastante concentrado mientras preparaba lo que al parecer era el desayuno.
-Buenos días- Dice el bicolor sonriendo de lado, percatándose de la presencia de la rubia.
-Hola- Es lo único que dice la fémina.
-¿Que tal dormiste?- Pregunta Seth aún sin despegar la mirada de la sartén.
Rápidamente, una imagen de ella misma dormida en los brazos de Baron se hizo presente en su cabeza.
-Bastante bien- Dice Carmella.
-Me alegra- Dice su primo volteando a verla con la sartén en la mano -Tengo que decirte algo.
Seth coloca los huevos revueltos en un plato donde ya yacían los bacons.
Carmella avanza hasta la pequeña mesa en su cocina y se percata de dos platos, ambos llenos de comida y dos tazas de café negro.
-¿Que paso?- Pregunta la rubia aún confundida.
La fémina no llegaba a atar los cabos sueltos.
Su primo le había hecho el desayuno, pero no estaba muy segura a donde quería llegar.
Carmella toma asiento y su primo la imita.
-Me voy Mella- Dice el bicolor -No puedo seguir esperando a que ella regrese, tengo que hacer algo.
-Espera- Dice la rubia interrumpiéndolo -No pides irte solo así, ¿a donde iras?
-Iré a buscarla- Dice Seth tomando el bacon en sus manos para darle una mordida -Se donde está.
