-Toma-digo ofreciéndole mi teléfono.
Ella lo agarra y mira la pantalla.
-No entiendo para que quieres que vea las conversaciones que tienes con esta chica-me mira a los ojos tratando de descubrir porque le pedí que hiciera eso.
Después de unos segundos sonrío y respondo.
-Es alguien que conocí en una fiesta y ahora no me quiere dejar en paz-frunce el ceño y luego sonríe.
-Y ¿Qué pinto yo en todo esto?-fija su mirada a la pantalla y lee de nuevo el mensaje-a menos de que quieras darle celos conmigo.
-No, solo quiero que me ayudes a decirle que no quiero verla... Y no quiero sonar grosero.
-Dile que no-dice con la intención de devolverme el celular.
Con una mano tomo el teléfono y con la otra sujeto a muñeca de Tory, ella trata de soltarse pero no lo logra.
-Suéltame-dice y frunce el ceño.
Me mira como si quisiera matarme, tal y como lo hizo cuando estábamos en mi casa.
-Por favor-digo mirándola a los ojos.
-Suéltame y lo are-dice poniendo su otra mano en mi muñeca.
La suelto y ella empieza a escribir.
-Toma, ya debes estar contento.
Ahora no puedo, estoy en un asunto de vida o muerte te escribo después.
-Que soberbia eres-digo riendo.
-¿Soberbia? ¿Por qué?-dice tratando de contener la risa.
-Un asunto de vida o muerte-digo con una carcajada.
-Eres ridículo.
-¿Tomamos un helado?
-Después de una buena pizza siempre se tiene que comer un helado.
Ambos sonreímos y nos dirigimos a comprar un par de helados... Luego de un par de horas hablando y paseando por el centro comercial empiezo a pensar en cómo me había llevado a Tory, en que pasara cuando lleguemos a mi casa y por supuesto el hecho de yo tener que soportar el sermón de Josh.
-Tenemos que irnos-digo levantándome de un banca.
-¿Por qué?-dice si moverse de donde estaba.
-Ya es tarde y en lo personal ya tengo bastantes problemas por tu culpa-digo poniendo mala cara.
-Está bien-dijo con un tono de sorpresa. Sé que tal vez ella debe cree que estoy loco por mi repentino cambio de humor, pero tenía que hacerlo si quería que mi relación con Josh mejorara.
Conduje de regreso a casa y como antes, no hablamos en ciertas ocasiones la vi de reojos revisando su teléfono o mirando por la ventanilla. A penas cruzamos la puerta Josh me miraba con enojo.
-Yo me tengo que ir a casa-dice Tory extendiendo la mano para que le de las llaves-Josh, vienes.
-No, relájate me quedare para hablar un rato con mi hermano-dice dedicándole una pequeña sonrisa.
-Hasta luego... asunto de vida o muerte-ambos nos reímos.
-Chao-y se va.
-¿A dónde fueron?-dice mi hermano poniendo su mano en mi hombro.
-La lleve a un hotel y el resto es historia-digo con mucho sarcasmo en mi voz y con una sonrisa maliciosa.- ¡Obviamente no idiota!-le grito dándole un golpe en el pecho-solo fuimos a comer algo al centro comercial.
-Te explique sus reglas Lucas-dice en tono de reproche.
-Escucha, yo no quiero nada con esa chica solo fuimos a comer algo-no sé porque me molesto por algo tan tonto como este tema-pensé que te agradaría ver que por lo menos estoy intentando llevarme bien con la familia de tu esposa.
-Está bien, no creo que tú quisieras salir con una adolescente.
-Quien sabe-digo con ironía.
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EVERY ROAD LEADS TO YOU
JugendliteraturSuerte y destino, Lucas no creía en las dos o le costaba mucho hacerlo. Tal vez fue por eso que siempre se sintió bastante torpe al lado de Tory.