Capitulo 41

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Mi entrenador definitivamente se ha vuelto loco, bueno ya lo estaba, pero ahora sí que rebaso los límites de su poca cordura, nos hizo correr durante horas y horas y... ¡HORAS!, y en cada vuelta que completábamos se acercaba a nosotros y nos gritaba cosas como "APRESÚRENSE IDIOTAS" o "¿QUÉ DEMONIOS HACEN INEPTOS? HASTA MI ABUELA CONDUCE MEJOR QUE USTEDES" y mi favorita "QUE ESPERAN NENAS DE MAMI, INCREMENTEN LA VELOCIDAD. CLARO COMO NO SE ESTÁN MASTURBANDO PREFIEREN IR LENTO". En fin ese hombre con acento irlandés nos mantuvo en la pista hasta casi la una de la madrugada, enserio estaba tan exhausto que preferí llamar a un taxi para que me llevara a casa, al llegar como un zombie camine directo a mi cama ni siquiera recuerdo como me quite los zapatos solo me tire en ella y dormí profundamente hasta el día siguiente.

Cuando me desperté a las diez de la mañana recibí una llamada de Verónica para que almorzáramos hoy. Me dijo que tenía un par de noticias importantes que contarme así que me apresure en bañarme y comer un sándwich de queso, llame a un taxi para ir a buscar mi moto y al llegar verifique la hora 11:52.a.m, saque mi celular y le escribí a David.

A qué hora sales del colegio?

Después de un par de minutos respondió.

Dentro de un par de minutos. Por?

Iré a buscarte estaré ahí en unos quince minutos

Tardo un momento en responder.

De acuerdo😁

Conduje sin mucho apuro, sabía perfectamente a donde ir. Al llegar a la secundaria Clear Lake no pude evitar una sonrisa nostálgica es curioso que mis padres no hubiesen pensado en inscribir a Daniela, Sofía y David en otra secundaria que no fuese en la que Verónica, Josh y yo estudiamos, podía recordar casi a la perfección todos los buenos momento que pase en aquel instituto, vi como todos los estudiantes salían y luego de unos minutos pude ver a mi hermanito caminar y mirar a todos lados, al verme empezó a caminar a paso ligero hacia mí.

-Hola- dijo con una media sonrisa.

-Que tal- dije como saludo abrazándolo de costado.

-¿Por qué viniste a buscarme?- pregunto mientras se montaba en la moto.

-Vamos a ir a un almuerzo con Vero.

-Ah, ok.

Nos fuimos de allí y tuve que conducir al centro de la ciudad al restaurante donde me cito mi hermana, llegamos y nos atendió una chica de cabello y ojos negros que no dejo de mirarme y sonreírme todo el rato que le tomo llevarnos a la mesa donde se encontraba Verónica sentada con un cuaderno en las manos, cuando la chica estaba a punto de irse se despidió poniendo una mano en mi hombro e ignorando por completo a David.

-¿Por qué siempre tengo que pasar por cosas así cuando estoy con ustedes?- se quejó con un suspiro.

-Tienes trece ¿verdad?- él asintió- en tres años lo empezaras a entender.

Caminamos a la mesa.

-Al fin llegas- dijo Vero al verme y sonrió aún más al ver a nuestros hermano menor- ¡hola! ¿Por qué no me dijeron de venias?

Ambos nos sentamos, David junto a ella y yo frente a ambos.

-Ni yo lo sabía- dijo con inocencia.

Tomaron nuestras órdenes y en unos veinte minutos ya estábamos comiendo.

-Y bien, ¿cuál es la gran noticia?- comente después de un rato.

Ella se limpió las comisuras de la boca y con una sonrisa respondió.

EVERY ROAD LEADS TO YOUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora