EVERY ROAD LEADS TO YOU

Capitulo 18

Objetivo 2: Escapar del colegio- Mayo

¿A qué hora paso por ti?

Le envió un mensaje a Tory, estoy en mi apartamento comiendo cereal, ella me había escrito a las 6:00 a.m. solo para decirme que la recogiera a cierta hora en su colegio.

- ¿Qué hora es? -pregunta Margoth con un bostezo.

-Ocho treinta de la mañana-digo levantándome del sofá, intento ir a la cocina, pero ella me lo impide haciendo que me vuelva a sentar, se sienta sobre mí- necesito ir...

Me besa de una forma intensa y provocativa, mete sus manos debajo de mi camiseta rozando mi torso.

- ¿Por qué no te quedas? será más divertido-dice mirándome a los ojos, ahora soy yo el que la besa con creciente deseo. Empieza a mover las caderas y la pego más a mí.

Estaba a punto de olvidarme de todo y quedarme con Margoth, al fin y al cabo, ella tenía razón quedarme aquí con ella era más divertido y no tendré ningún problema con mis hermanos. Le beso el cuello y bajo hacia su clavícula cuando suena mi teléfono.

-No contestes.

-Debo hacerlo-digo y saco mi celular del bolsillo, veo la pantalla y leo en nombre de Tory.

Aparto a Margoth y me levanto.

-Te espero en el patio del colegio en treinta minutos. -dice y se le nota que está nerviosa- no tardes.

-Te veré allá, relájate -digo y corto la llamada. Me acomodo la camisa.

- ¿Qué es tan importante para irte ahora? -dice tan enojada que prácticamente está gritando. - es otro "asunto de vida o muerte"-añade con mucho sarcasmo.

-Solo te diré que cumplo mis promesas-digo con un tono suave y calmado-puedes irte cuando quieras- tomo las llaves y me voy.

Mientras conduzco el enfado que sentí al dejar el apartamento fue disminuyendo con cada kilómetro que pasaba. Al estar en el punto de encuentro que me estipulo Tory, me quede sentado al otro lado de la calle viendo el pequeño edificio y el inmenso campo vacío, por alguna razón me intriga que llevara Tory puesto y empiezo a recordar la última vez que la vi, en como esos jeans se ajustaban a la perfección a sus caderas (lo que contrastaba con la camisa algo holgada que llevaba) lo suave de su piel cuando bese su mejilla y en esos ojos color miel que no dejaron de brillar de la emoción en todo el día. Sacudo la cabeza para quitarme esa imagen.

Alzo la vista y la veo correr hacia donde estoy, lleva una playera blanca con una camisa de jean desabotonada y tiene puestos los jeans. Cuando cruza la calle y se detiene frente a mi está jadeando del cansancio.

- ¡No te rías! -dice golpeándome en el pecho-sabes todo lo que tuve que hacer para poder salir sin que nadie se diera cuanta, en especial con Carry estudiando a dos puertas de distancia.

-Bueno vámonos antes de que alguien se dé cuenta y a mí me lleven preso-digo riendo todavía, ella se monta y nos vamos.

- ¿A dónde vamos? -dice alzando la voz.

-A un lugar divertido.

Llegamos a una plaza que a estas horas está completamente vacía, estaciono y nos dirigimos al parque.

-Espera, me hiciste escapar de clases solo para venir a un parque para niños-dice con ironía- ¿en serio?

-Es divertido y tenemos todo el día para hacer lo que quieras-digo y nos sentamos en los columpios.

-Te pasa algo-dice dándome un puntapié en la pierna.

-No es nada- digo mirando al suelo. La verdad es que no quiero contarle nada que tenga a Margoth en la conversación.

-Eres mal mentiroso- dijo ella al darme otro golpe, pero esta vez en el brazo-se trata de la chica de los mensajes ¿verdad? - no sé si lo dijo con un tono entre molesto y cansado.

-Cree que es mi dueña, cuando en realidad somos amigos.

-Amigos como tú y yo.

-S... ¡NO! nada que ver-digo intentando sonar tranquilo.

Sin duda alguna las relaciones (de amistad) que tengo con Tory y Margoth son completamente distintas.

-No es por meterme ni nada, pero si no la quieres ¿por qué tienes sexo con ella? - apenas las palabras salieron de su boca la miro sorprendido y algo nervioso- ¡Por Dios! no soy tan ingenua como piensas. -dijo con una sonrisa.

-A veces las personas solo pueden tener una relación de pura satisfacción corporal-digo pensando en los momentos en los que Margoth y yo estamos juntos sin tener sexo y en lo desagradable y a veces incómodos que son- algún día sabrás de lo que hablo.

-No lo creo- ella negó con la cabeza, tenía una pequeña sonrisa- quiero hacerlo con alguien a quien ame, ya sabes que sea especial- aunque trate de evitarlo no pude, la mire de reojo con una sonrisa en mi rostro.

-Bueno, espero que lo consigas-digo tocándole el hombro.

- ¿Cómo fue la tuya? -dice sonriendo. Empiezo a reír.

-No te lo voy a decir-digo entre carcajadas.

- ¿Por qué no? -me grita y empuja.

- ¡Fácil! todavía eres virgen.

-Touche.