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          Pasó bastante tiempo antes de que Jimin volviera a ver a Taehyung de nuevo. No lo suficiente como para olvidar su cara o nombre, ciertamente, de modo que gritó éste cuando lo vio junto al montón de leña situado en los terrenos exteriores del castillo. Taehyung le sonrió de ese mismo modo que había hecho la primera vez que se conocieron, dejando caer la pila de troncos que llevaba en mano para sacudirle la mano a Jimin.

     –Hola, blanco –se burló, sentándose sobre uno de los montones de ramas para así poder arreglarse la camisa. – ¿Vienes aquí fuera a robarme mi madera?

     –Negro –saludó Jimin, sentándose junto a él e intentando parecer tan desasosegado como su acompañante, apretándose el descuidado delantal alrededor de la cintura. –Meramente adquiero la suficiente cantidad para abastecer los hornos de la cocina.

     –Al igual que yo, pero para la caldera de mi padre –suspiró Taehyung, sacando de su bolsillo un pequeño fardo de una sustancia amarronada, oscura, y ofreciéndoselo a Jimin. –¿Tabaco?

     –¿Eso no es para los adultos? –dijo el recién llegado antes de poder reprimirse, reproduciendo en su mente imágenes de los cocineros casados echándose montones de tabaco húmedo bajo sus labios superiores.

          Taehyung rio, tomando un gran y generoso mordisco del túmulo que conformaba la sustancia. Lo masticó lentamente, como si estuviera intentando no saborearlo demasiado, y después formuló una expresión contrariada y molesta que traicionó la experiencia de una forma demasiado realista. –Claro, puede que sí. Pero pronto me moriré por intoxicación de humo, ¿así que por qué no tentar al destino con algunos asuntos de adulto antes de irme?

          Jimin frunció el ceño ante esto, observando su rostro. –¿En serio? –A él le parecía bastante sano. Podía ver algo de cansancio bajo sus ojos, quizás, pero ninguna diferencia alarmante respecto al resto de la juventud que Jimin conocía.

     –No, la verdad es que no. Padre dice que existe, pero yo no le creo. Últimamente se inventan enfermedades para todo, ¿cierto? Para asustarnos y que paguemos el tratamiento. O algo peor: medicina.

          Jimin tan solo se quedó mirándole, disfrutando del modo en el que el tabaco combinaba con las manchas negras de todo su rostro. Parecía ser una persona tan interesante sin tan siquiera intentarlo; escupiendo el tabaco y limpiándose los dientes con el dedo índice. El chico rió una vez que terminó tal tarea, deleitándose del rostro desconcertado de Jimin.

     –En realidad no me gusta el tabaco –confesó Taehyung, metiéndose el resto del abultado paquete de nuevo en el bolsillo de su pantalón, quitándose el polvo aglomerado sobre la prenda a continuación. –Tan solo lo uso porque estoy guapo cuando lo hago.

          Sorprendido por la cruda honestidad del niño, Jimin rió, aunque las palabras de Taehyung quedaron reducidas al ridículo cuando el más alto de los dos sonrió salvajemente y un trozo de negro tabaco se le quedó atrapado entre los dientes, dando la sensación de que le faltaba uno. Habia pasado mucho tiempo desde que Jimin se había reído tanto: el aliento se le atragantó en la garganta y los ojos comenzaron a llorarle mientras Taehyung continuaba sonriendo, a simple vista  complacido consigo mismo, sin llegar a percatarse en momento alguno de la desfortunada situación en la que se encontraba su boca.

     –Lo tienes en los dientes –consiguió decir Jimin medio asfixiado entre risitas, alzando un dedo para señalarle donde exactamente. Taehyung frunció el ceño y agarró su mano, recorriendose los dientes con la lengua mientras Jimin juraba para sí mismo que las orejas del chico se le habían teñido de rojo al completo.

     –Una desgracia común de esta práctica –se defendió Taehyung, escupiendo hacia la izquierda y carraspeando con fuerza. Hoy Jimin podía oler el humo en él; el calor. Esto le hizo inclinarse más cerca de el chico inconscientemente, fascinado por el aroma imposible de encontrar en las cocinas a pesar del origen flamígero que compartían. Era algo tan nuevo.

ALL THE KING'S MENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora