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Pero acostarse con ellos no estaba tan mal. Era fácil con Jimin siendo tan adorable y suave y carnoso en todos los lugares correctos; tan dispuesto a complacer y tan ansioso por elogios.

Taehyung le había invitado a unirse a ellos junto a los establos y Jeongguk fue bienvenido con la imagen de Jimin arrodillado en el suelo y atado con gruesos cinturones de cuero, con el culo teñido se un suave rojo. Taehyung sostenía una correa marrón en la mano y Jeongguk estaba bastante seguro sobre donde había estado unos momentos antes de que él llegara aquí. Jimin sonrió alegremente a su llegada, moviéndose ligeramente para verlo mejor, pero gimoteando cuando sintió dolor asolando su resentido trasero.

Taehyung sonrió burlonamente, tomando las manos atadas por las muñecas de Jimin y levantándolo hasta dejarlo de pie. –Mírate, hecho todo un desastre. Un chico castigado con pena de azotes fingiendo ser ayudante de cocinas, ¿no le parece, su Alteza?

Jeongguk no encontró fuerzas en sí mismo para hacer otra cosa más que asentir, localizando semen en el muslo izquierdo de Jimin y dejando vagar su cabeza con la imagen mental de sí mismo bajándose los pantalones y follando la corrida de Taehyung de vuelta al interior del cocinero, llenándolo hasta su máxima capacidad.

–Estoy bastante seguro de que incluso los condenados a tal tratamiento serían vistos con malos ojos si hallaran placer en la sodomía y el bondage –musitó Jeongguk, riendo ante el pensamiento. Siempre había tenido predilección por la vertiente más sádica del poder, y Jimin estaba precioso inmovilizado por el cuero. Ya roto.

El más pequeño gimió suavemente; sus ojos buscando a Jeongguk, repletos de súplica en sus profundidades, y su pelo un halo alrededor de su cabeza. El príncipe inhaló bruscamente cuando Jimin dobló su cuerpo hacia delante hasta acabar con la cabeza contra el suelo cubierto de heno, dejando su culo a plena vista mientras sus muslos temblaban.

–Es lugar de una doncella recibir el miembro de los hombres, pero aquí estás, suplicando por él –continuó Taehyung, trazando la sudorosa espalda de Jimin con los dedos, como si estuviera tocando la más frágil de las porcelanas. –Demente por tenerlo dentro.

El más pequeño lloriqueó, moviendo la espalda con ligeras sacudidas mientras tensaba el culo, inintecionadamente causando que más semen resbalara por sus muslos. Aun sin ver su cara, Jeongguk sabía que Jimin debería estar ruborizándose con el más oscuro rosado y que sus ojos estarían apretados con fuerza por la vergüenza. Taehyung parecía estar pensando exactamente lo mismo porque caminó hasta su rostro y le agarró la barbilla, tocando las pequeñas hileras de semen que aún quedaban en los extremos de sus labios.

–La puta real –le susurró Taehyung, exhalando de una forma más bien seca y áspera. –¿No puede estar satisfecho con solo una polla, hmm?

Alejándose de Jimin, rodeando su cuerpo de nuevo, Taehyung volvió a ponerse de rodillas y meter su aun húmeda polla en el estirado agujero del chico, de la más rápida y superficial forma. Jimin gimió, abriendo bastante los ojos mientras tomaba la sorpresa con gusto. Jeongguk captó la indirecta y bajó sus propios pantalones para imitar a Taehyung, clavando velozmente su polla en la húmeda entrada de Jimin. Esa fracción de segundo fue todo lo que había esperado y más y se estremeció cuando sintió el semen de Taehyung adhiriéndose a su propia longitud mientras la sacaba. Por lo poco que sabía, puede que hasta su saliva hubiera acabado ahí dentro. Jimin estaba realmente hecho un desastre.

–Vamos a llenarlo hasta que no pueda más –dijo Taehyung con voz grave, tumbándose sobre el suelo y colocando a Jimin sobre su regazo, junto a una pila de heno, para después colocar las piernas del chico a cada uno de los lados de su cintura. La espalda de Jimin se arqueó naturalmente y la cabeza la rebotó hacia un lado, logrando que Jeongguk mantuviera contacto visual con él durante unos momentáneos segundos.

ALL THE KING'S MENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora